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Me desperté en una habitación que no conocía. Estaba oscuro y me empecé a agobiar. Encendí una lámpara que estaba sobre la mesilla y al ver una foto de Malú y a su perra Rumba durmiendo sobre la cama a mi lado me di cuenta de donde estaba.

Vi que a los pies de la cama había un jersey, supuse que de Malú, y me lo puse.

Rumba se acercó a mí cuando vio que me movía y la cogí en brazos para acariciarla. Con ella aún en mis brazos salí de la habitación y bajé las escaleras en busca de Malú.

La vi sentada en uno de los sofás, y ella también me vio en cuanto me acerqué un poco. Me miró de arriba a abajo, fijándose en que llevaba puesto su jersey y tenía a Rumba en brazos.

Me senté a su lado y tras darle un beso a la perra la dejé en el suelo.

-¿Qué hora es?- pregunté -

-Las seis y media. Te quedaste dormida en el sofá y preferí llevarte a la cama.

-Gracias.

Me volvió a mirar y me sentó sobre ella.

-Me encanta como te queda mi jersey..

Sonreí y besó mi cuello. Puso sus manos en mi culo y me acarició a su antojo.

Gemí cuando su boca se encontró con la mía y deslizó sus manos por mis piernas.

Se levantó conmigo en brazos y me tumbó sobre el sofá sentándose sobre mí. Movió sus caderas lentamente y mis caderas se alzaron.

Me quitó el jersey y la camiseta y sus manos fueron directas a mis pechos.

-¿Quieres que sigamos?- preguntó-

Asentí y me desabrochó los pantalones.

Cuando las dos estuvimos desnudas, hizo que con sus dedos me corriera en cuestión de minutos. Nada más llegar al clímax alcé las caderas y tanto su mano como el sofá se mancharon de mis fluidos.

Me puse bastante roja y me cubrí la cara con las manos.

-Lo siento..- dije bajito-

-¿Qué sientes?

Se sentó sobre mí y me descubrió la cara para besarme. Comenzó a mover sus caderas lentamente, aumentando el ritmo, hasta que volvió a encenderme.

Y con sus movimientos, hizo que nos corriésemos las dos.

-¿Quieres que te lleve a casa?- preguntó después de cenar-

-No hace falta, pero gracias.

-¿Seguro? No me cuesta nada, de verdad. Incluso lo prefiero.

Y sin decir nada más subió a calzarse. En diez minutos estábamos montadas en su coche.

-Oye, tengo una propuesta para ti. Bueno, para tus amigas también.

-Dime.

-Este fin de semana tengo concierto el sábado en Barcelona. Sé que pilla un poco lejos, pero vamos a organizar algo súper guay. Podríais venir, yo os doy entradas.

-No sé, no depende de mí. Pero sería increíble, ¿hablo con ellas esta noche y te digo mañana?

-Claro, no te preocupes.

Sonreí y entrelazamos las manos unos minutos.

-¿Te apetece subir?- dije cuando llegamos a mi casa-

-¿Perdón?

-A ver..están mis compañeras de piso pero..puedes conocerlas..solo si quieres.

-¿Tú quieres?

Ella, MalúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora