La Leyenda De Los Siete Mares [KookGi]

VIII

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–Oh, yo estoy bien, gracias. Me conmueve su interés.– JungKook hizo tronar su espalda y volteó seguidamente al oír las rocas romperse, cayeron y abrieron de nuevo el canal de paso para su barco.

Todos abordo celebraron y Yoongi sonrió a JungKook.
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Una vez que el ocaso apareció el torrente marino se encontraba en calma y el barco en busca del libro se encontraba supervisando que todo en el barco estuviera bien.

JungKook se encontraba en el timón mirando a cierto azabache jugar con el can mientras estaba sentado en la punta del barco. Yoongi río y posteriormente fue hacia donde estaba el menor.

–JungKook... Te doy las gracias por rescatarme.–

–Bueno... De nada.–

–Naciste para esto.–

–Si, el mar es mi hogar. ¿Y tú?. ¿Eres de tierra o de mar?.–

–Me encanta el océano, incluso he soñado con una vida así pero sé que no es posible.– El azabache trató de sonreír sin embargo sus labios sólo fueron capaces de formar una mueca.– Tengo responsabilidades en Siracusa.–

–¿Abandonarías tus sueños?.–

Yoongi suspiró profundamente.

–Sí.– Contestó rápidamente mientras ocultaba su rostro entre sus brazos.

JungKook lo miró comprensivo, se acercó al mayor y tomó su mano delicadamente; le sonrió sólo como él sabía hacerlo, tiró suave de su mano y lo guió al timón para que tomara el mando.
Yoongi frunció el ceño de manera sarcástica y JungKook señaló inocentemente con su ceja el horizonte, Yoongi le sonrió de vuelta y miró hacia el frente al igual que JungKook.

–He recorrido el mundo. He visto cosas que ningún hombre ha visto, pero nada, nada se compara con el mar abierto.–

–¿Y es esto lo que siempre quisiste?. –

JungKook rió suavemente.

–En realidad no. De niños Jimin y yo queríamos unirnos a la naval del rey y defender a Siracusa con valentía... pero con los años cambiaron mucho las cosas. Él es un príncipe y yo... Bueno, en realidad yo nunca le tuve envidia hasta que una mañana un barco llegó al muelle, un barco con su futuro.– Elevó la mirada al cielo que ahora se encontraba estrellado.– Fue lo más hermoso que había visto.–

–¿Qué iba en ese barco?.–

JungKook tomó aire de manera lastimera y posó sus ojos sobre los de Yoongi.

–Tú. –Yoongi abrió un poco la boca y los ojos a la par que se giraba para tenerlo de frente.– Jimin te recibió en el muelle, subí al primer barco que zarpó y no volví... Hasta ahora.–

Yoongi lo miró, estaba en shock, no sabía qué decir al respecto; el pirata aprovechó el momento para tomar de nuevo la mano del embajador de manera lenta, se acercó cuidadosamente al rostro del más bajo a tal punto que sus alientos se rozaron y justo en el momento de choque Yoongi posó su mano libre en el pecho del menor mientras cerraba los ojos y le negaba el lujo ver lo que le provocaba. El bajito giró su cara segundos después y JungKook bajó la mirada; en ese momento un destello de luz apareció, Yoongi y el capitán giraron su campo de visión para averiguar de qué se trataba, notaron que varias estrellas se acercaban rápidamente a un punto frente a ellos, punto que tenía lugar en los cielos y dichos astros dejaban a su paso un rastro de luz rojiza la cual se expandía lentamente con el objetivo de teñir el cielo de ese color.
Al momento en que todas las estrellas colisionaron provocaron una pequeña explosión de brillante neblina y entre esta se apreciaba una enorme línea vertical que destellaba aún más en su interior.