La nada

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No podemos negar lo evidente, creo que siempre lo supimos tú y yo. Estuvo frente a nosotras todo el tiempo.

Te confesaré algo: cuando recién empezábamos nuestra relación, mi intuición me dijo que aún no superabas a tu ex y que por ende no estabas lista para una relación, pero otras veces te veía tan segura que me convencí a mí misma de que sólo eran ideas mías, de que realmente no había nada más.

Me he tomado unos días para no pensar, es que la última vez fue demasiado, fue como si cayeran millones de bombas. Por ahora estoy más tranquila, más de lo que me gustaría, y es extraño. Me asusta un poco porque no siento nada, me siento vacía por dentro, como si algo se hubiese extinguido. Trato de averiguar por qué no hay algo que me haga sentir, pero simplemente no hay nada. Siento que voy de un extremo a otro; la última vez que escribí creo que no fui muy objetiva, de hecho hasta te bloqueé de whats (sólo por un día, pero lo hice) y a la mejor ni te diste cuenta, pero estaba muy enojada. Y ahora es como "x" o "nada pasa", y no creo que sea una buena señal.  Con todo esto me siento perdida y algo confusa.

Platiqué con un muy buen amigo, puedes estar tranquila porque no le conté absolutamente nada, sólo le dije que necesitaba "filosofar" para resolver mi duda existencial. Siempre me ha gustado hacer eso porque de alguna manera me tranquiliza.

Le dije a mi amigo que me preocupaba sentirme vacía y que al no sentir nada, ya estoy sintiendo algo, así que... ¿qué es la nada? ¿qué es este gran vacío que siento?

Él literalmente me dijo esto:

- No puedes sentir algo que no hay. Esa sensación de vacío sólo es la causa de no querer sentir algo. Es causada por tu mente cuando hablas de sensación. ¿Sabes? No es necesario tener algo y perderlo para sentir lo que es nada.

- ¿O sea que mi cerebro lo hace al propósito?

- Sí, para evitar algo.

Me costó entenderlo al principio, pero luego todo tuvo sentido. Es decir, mi cerebro genera esa sensación para evitar el hecho de que tengo el corazón roto. Más o menos así lo entiendo y ¡vaya! funciona como un analgésico para el dolor.

Cuando una infección nos invade y ataca nuestros cuerpos, lo normal es que nos mediquemos, pero si no hay medicina se debe aprender a vivir con ello esperando a que en algún momento desaparezca... o podríamos rendirnos hasta esperar que nos mate.

No estoy diciendo que seas una infección, Montenegro, es sólo que eres como un no sé qué, que está en mí y que mi cerebro trata de bloquearlo con la nada. Como un mecanismo de defensa.

Se escucha muy estúpido esto, pero para mí tiene tanto sentido. Realmente desconozco si te ha pasado en algún momento lo mismo que estoy pasando ahora.

Sigo soñándote. Sigo oliendo tu perfume en la calle y es bien cagado porque me di cuenta que no eran imaginaciones mías, sino que chicas pasaban junto a mí y llevaban puesto el perfume que tu usas. O pasa que como salí en estos días, de tantas cosas que podía haber, siempre veía algo que me recordara a ti. Es bien curioso porque justamente cuando todo acabó, tal parece que la vida o el karma o lo que sea responsable de esto, te impide estar tranquila o como mínimo no deja que nos olvidemos un poco de nuestra tragedia. Y ugh! Siempre pasa así.

No sé qué esté pasando contigo, pero espero que estés bien, después de todo me sigo preocupando por ti. Me sigues importando. Que patética soy.

Hay muchas cosas que quisiera decirte, pero no encuentro la manera de hacerlo, de hecho no hay palabras, de nuevo no hay nada.

Como siempre, espero que sigas leyéndome.

Posdata: Me gustaría volverte a contar un cuento. Tal vez lo siguiente venga acompañado de uno.

El final de un amor másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora