-¡¡Papá!! ¡¡No!! ¡¡Qué haces?!!-.
Gritó al ver a su padre destruir su teléfono con un martillo. ¡Se estaba pasando!¡No era para tanto! Fue corriendo a recoger lo que quedaba de él. Al menos el chip estaba intacto.
-¡¡Te vas y recoges tus cosas ahora!! ¡¿Donde está la portatil?!-.
-¡¿Para qué quieres la portátil?! ¡Ya destruíste mi celular, no estás conforme con eso?!-.
-¡Spetto! Tráemela ahora!-. Exclamó Jude a la sirvienta.
-S-sí Señor, ya enseguida-. Respondió con la cabeza gacha.
-Y tú Lucy, estás castigada desde ahora. ¡Prepara tus cosas, nos marchamos!-.
-¡¿QUÉ?! A-a dónde vamos?!-.
-Donde ése idiota Dragneel no nos pueda encontrar y arruinarnos toda la existencia! Me escuchaste?! No lo volverás a ver! JAMÁS!-.
-¡¿Cuál es tu problema con él?! Si te animaras a conocerlo sabrás que es diferente...-.
-¡¿Ahora me dirás qué hacer?! Es ése chico el que te vuelve así, no te acercarás a él jamás, nunca. ¡¡Olvídate de él!!-.
-No lo haré! Y no me moveré de aquí-.
El hombre camino furioso y tomó el hombro de su hija con mucha fuerza y brutalidad. La arrastró a la fuerza por las escaleras a su habitación. La tiró a la cama y le lanzó unas cuantas maletas.
-Ahora mismo empacas. No quiero oír ningún pero. AHORA-.
-Ya soy mayor de edad!! ¡¡No puedes obligarme a nada!!-. Le gritó histérica.
-Pero vives bajo mi techo, y yo me encargo de ti mientras sigas debajo!! No me vuelvas a hablar con ese tono jovencita. Me escuchaste?!-.
-NO.ME VOY.A MOVER.DE AQUÍ-. Dijo mientras se acomodaba en su cama.
-Spetto!-.
-S-sí señor? La portátil... - dijo temerosa - se encuentra abajo, necesita algo más?-.
-Empaca todas las cosas de Lucy, luego las tuyas. Nos vamos-.
-Pero señor...-.
-TÚ TAMBIEN TE PONDRÁS EN CONTRA MÍA?!?!-.
-N-no Señor!! Ya enseguida!!-. Dijo entrando acelerada a la habitación.
Su padre, de unos 40 a 45 años de cabello rubio y de aspecto cansado se encontraba exaltado y malditamente furioso. Su hija se había atrevido a responderle! Intolerable.
Pero no, había más Se había reunido con ese muchacho Dragneel aunque él le había dicho que no lo hiciera desde hace ya meses. Lo había desobedecido.
-Te guste o no te guste, vendrás conmigo. No dejaré que ese maldito niño sin propósito de vida salga con una chica como tú, Lucy-. Trató de calmarse y concienciar a su hija.
-Deja de hablar como si lo conocieras. Déjame decirte algo, Papá y prepárate para esto - Se levantó de su cama y se paró frente a él - Lo amo. Lo amo como tú amabas a mamá, lo amo desde lo más profundo de mi ser. Y aunque me alejes de él, no podrás cambiarlo-.
Explotó.
-¡¡Tonterías!! - la tomó del cabello y la empujó frente a él bajando las escaleras. Dio un tropezón - ¡¡Spetto!!-.
-¡¿Señor?!-.
- Las cosas están listas?!-.
-Ya falta poco, Señor Jude-. Dijo mientras en el fondo moría de preocupación por Lucy.
-De acuerdo, vamos al auto - la tomó del brazo y Lucy forcejeó - Vamos! Anda!-.
Se acercó a la puerta y la abrió con fuerza.
El Rey de Roma apareció.
-Qué demonios haces tú aquí?!-. Le gritó al muchacho, que solo parpadeó de la impresión.
-Señor Jude, vengo a hablar con usted - pasó su vista a la muchacha - Lucy?-.
La joven sonrió y se sintió aliviada. Había llegado su salvador.
-¡Natsu!-. Fue lo único que pudo decir.
El joven se asustó al verla así, su querida novia de ojos achocolatados, de cabellos dorados y su sonrisa que la caracterizaba y lo había enamorado...¿Qué le hizo?
El hombre estaba arto y empujó al muchacho, sacándolo del camino.
-Suéltela que la lastima! Hablemos señor por favor - dijo mientras veía como metía a su amada en el asiento trasero del auto - No haga cosas sin pensarlo-. La encerró dentro.
-¡¿SIN PENSARLO?! ¡Tú, enclenque del diablo, te faltan cien años para hablarme así!! Vete de aquí antes de que me anime a hacer algo...-. Dijo mientras lo miraba echando chispas.
-Natsu, por favor-. Su padre había bloqueado el vehículo.
-¡Cierra la boca Lucy!-. Exclamó su padre. Estaban haciendo una escena en el barrio pero eso no importaba - ¡Spetto! Las ¡¿Cosas donde están?!-.
-Y-ya está señor-.
- En cuanto a tí, maldito malviviente, no te quiero ver más cerca de mi familia, de mi hija - Spetto cargó todas las cosas y esperó para poder subir al vehículo - Si te veo a tan solo metros de mi hija otra vez, que Dios me perdone por lo que haré-.
Sin más rodeó el auto, abrió a Spetto y subió al asiento del conductor. Lucy desesperada, golpeó la ventana de la puerta del vehículo como si eso fuera a liberarla.
Su Natsu se alejaría de ella, ya no vería sus ojos color jade, su cabello color rosa y su enorme sonrisa que volvía sus piernas gelatina. Las promesas que habían hecho, de vivir juntos, se desvanecía.
-¡Natsu!¡Natsu!¡Natsu!-. Gritaba repetidas veces mientras las lágrimas empapaban su rotro.
-Lucy, Lucy. Espera, tranquila. Te encontraré - dijo mientras posaba sus manos por el vidrio tratando de acercarse a ella lo más posible - Juro que lo haré. No te alejarán de mí - buscó algo rápidamente dentro del cuello de su remera, sacó una medalla - No lo olvides, siempre estaré contigo. Tenlo presente-.
El auto empezó a arrancar después de varias veces de intentarlo.
-Natsu, - se moría de miedo - no. Natsu no,no,no-.
-Lucy escucha. Te amo. Te amo demasiado que duele. Espérame si? Lucy...Lucy...-.
-¡¡Yo también!! ¡¡Yo también te amo!!-. Dijo mientras golpeaba con más fuerza las ventanas con grandes sollozos evitándole hablar.
El auto aceleró y Lucy se horrorizó. Subió al asiento y persiguió a Natsu por la ventana. Mientras que él trataba de mantener el ritmo con el auto.
-Natsu!¡Natsu!¡¡NATSU!! ¡¡NOooo!! ¡¡AAaaa!! - Gritó llorando mientras desesperada observaba cómo se alejaba lo que más amaba.
Natsu siguió el auto hasta que le fue imposible debido a la velocidad de éste. Cayó de rodillas en medio de la calle.
Lo haría. Juraba por su vida y por la de los dos juntos que lo haría.
-Te amo mi Luce-.
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Juro que lo haré
FanfictionEl padre de Lucy estaba en desacuerdo de su relación con el muchacho Natsu. Era un caso perdido comparado con el futuro brillante que Lucy tendría. Enterado de que seguían coincidiendo, decide llevar a Lucy a su vieja casa para separarlos. ¿Podrán N...