"Agridulce Espera"

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Corrían los minutos y ella permanecía inmóvil. Con risas ahogadas por tanta felicidad.

Él vendría por ella. La salvaría de este cautiverio.

Sonreía despues de tanto tiempo, que hasta le dolía sonreir, es más casi había olvidado cómo hacerlo. Llevó sus manos a su rostro, limpiandose las lagrimas que no paraban de salir. Ese sentimiento en su pecho aumentaba cada vez más evitando que el aire suficiente llegara a sus pulmones.

Cómo lo amaba! No había cambiado ese sentimiento a pesar de la distancia.
Y que a él le sucediera lo mismo sólo la hacía sentirse en la gloria absoluta.

Reía, no podía evitarlo. No podía tranquilizarse.

Observó a Spetto que sonreía con ternura y la abrazó. La abrazó con mucha rudeza mientras gritillos salían de ella.Spetto prolongó el abrazo y acariciaba su espalda tratándo de que la respiración de Lucy se normalice.

- Él...volverá Spetto...Él está en camino...É-Él esta cerca y-
-Si Lucy, el esta cerca y vendrá por ti-.
-Si..si..si- Asentía como niña pequeña

Spetto tuvo que romper el abrazo.
-Que harás con tu padre?...Lucy?-.
-Y-Yo...yo..-.

Las lagrimas se intensificaron y cerró los ojos cansada.
Cansada de vivir de esa manera, cansada de tener este problema con su padre.
Cómo podía aceptar a Natsu? Que debía hacer? Qué debía de hacer él para que lo aceptase? No lo sabía.

Una punzada de dolor que de a poco iba esparciendose por su ser la abrumaron. Estaba inmensamente feliz por que lo vería de vuelta y, como si la impidesen ser feliz, aparece de nuevo otro problema.
Pero el problema había estado presente desde que su relación comenzó aún así, ellos siguieron juntos.

Respiró profundo y se puso de pie.Al menos Natsu estaría cerca de ella, y eso la aliviaba más. No pasaría este sufrimiento ella sola pero...¿Seguirían ocultandose de su padre?

Cerró los ojos y se dirigió a su habitación. Spetto la vio como, con pasos dolorosos se adentraba a la casa para ingresar a su único pedazo, pero no lo suficiente de felicidad.

Juntó sus manos para luego tomar el celular y observarlo.Esperaba que el muchacho llegue pronto para poner fin al depresivo ambiente del hogar.
Asintió con la cabeza. El joven lograría hacerlo, de eso estaba bien segura.

Él cambiaría la idea que tenía impresa en su mente. Era un joven único, de espíritu envidiable. El amor que sentía y siente por Lucy lo hizo cambiar. Lo hizo por ella.

Sólo esperaba que llegara pronto.

~

Encendió su pequeño componente y se dejó caer a la cama. Observo el techo de su nuevo "hogar" mientras trataba de mantener su mente en blanco.
No queria llorar más. Natsu estaba en camino y, de alguna u otra manera lo vería de vuelta.

Lo vería de vuelta! Su enorme y hermosa sonrisa! Sus palabras de aliento, sus dulces palabras, sus fuertes brazos abrazándola mientras reía cerca de su oído para, finalmente darle un beso en donde ellos se volvían uno y sus corazones se derretían al sentir el contacto del otro.

Quería verlo pronto...Quería oler su esencia... Lo quería a su lado...Cuidándola.

No pudo evitar sonreír una vez más antes de sentir sus párpados pesados. Dias de estar en vela estaba dando frutos en su cuerpo.

Estiró su brazo en busca de él y cerró los ojos. Buscó su mano para tomarla pero no la encontró. No había nadie a su lado.
Respiró profundo.

Ven rápido...Natsu.

~

-Lucy! Abre la puerta!-.

Al momento en que la oyó se puso de pie. Quizás tenía el sueño liviano.

-Qué sucede Spetto?-.
-Necesito que bajes a comer, ya es bastante tarde-.
-Lo siento. Quedé dormida, qué hora es?-.

No quería alarmarla, pero debía decirselo.

-Son las 4:20 y aún no has almorzado, ni siquiera has desayunado además...Tu padre no tardará en llegar-.

Tu padre...
Mi padre?

Sintió un escalfrío subir por su espalda para luego descender por sus brazos. Su padre volvería.

Pero ella no quería que fuera él, quería a otra persona. Tenía que actuar normal si no quería que su padre se enterara y a la vez debía de actuar diferente.
Porque él se lo había dicho.

"Volveré antes de la 5, si no cambias tu rostro te la verás conmigo"

Su pulso se disparó en ese momento, aún no podría enfrentarse a su padre. Buscó alguna salvación en su habitación y cayó en cuenta. ¿Qué es lo que estaba buscando? No había nadie.

-Eh...Eh...Eh...-.

¿Qué es lo que debería hacer? "Cambiar su rostro" era muy dificil. Debería de actuar o disimular? Parecía que ese era el caso.

-Tranquila Lucy, aquí estoy. Contigo-.
-Gracias Spetto-.

Ella sonrió antes de abrir la puerta y conducir a Lucy en la cocina.
Se sentaron en la mesa y Spetto sirvió la merienda, ya era bastante tarde para dar el almuerzo.
Agradecieron por la comida e iniciaron una conversación disimulando para la llegada de su padre.

Mientras tanto, fuera de la casa, un auto se estacionaba en frente. Descendió un hombre con suma elegancia mientras observaba su hogar. Esperaba que esa jovencita haya cambiado en algo, por que o sino el la ayudaría a cambiar.

Caminó con paso apresurado a la entrada de la casa e ingresó. Para este hombre algo pasó desapercibido.

El "causante de sus problemas" se encontraba doblando la esquina mientras avanzaba por la calle lentamente y sin apuro hasta detenerse frente a una casa en donde se encontraba la persona que más amaba en este mundo y que no había descanzado hasta encontrarla.

Detuvo el auto en frente y observó el establecimiento. Esperaba que se encontraba bien despues de tanto tiempo. Él la cuidaba vaya a donde vaya y no tenerla cerca, casi lo destruye. Pero él mismo no se lo permitió.

Ella fue, es y será su salvación y no echaría a perder todo lo que ella había hecho por él.
La escuchó tan lastimada a través del celular que casi estalló en ira y a la vez evitaba derramar lágrimas. No lloraría. No lo haría por ella.
Porque el sabía que todo eso era pasajero, la volvería a ver. Eso sin duda.

Golpeaba con sus dedos una pequeña caja revestida de rojo entre sus manos. Los nervios se hacían presente en él.
Cuánto tiempo había estado esperando para entregárselo, planeó para que todo saliera perfecto pero esta situación cambió radicalmente sus planes.

Espérame Luce, ya estoy aquí. Pero antes, sólo falta una cosa por hacer...
Señor Jude, prepárese. Porque comenzaremos de nuevo.

No me cansaré de luchar por ella. Le demostraré cuanto vale su hija para mi.

Mi vida esta entregada a ella y sólo a ella. Sin ella, no podría vivir.
Tu espera, mi querida Luce, ha terminado.

Juro que lo haréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora