Miraba al cielo tormentoso, con el alma rota, con el corazón herido, todo el tiempo que había pasado con ese erizo marcó un antes y un después. No podía parar de llorar, realmente le dolía mas de lo que admitía.
Se acercó al borde del edificio y miró al vacío solo una idea surcaba su mente y esta era lanzarse, acabar con su vida seria una salida demasiado fácil y entre su orgullo y su miedo estaba el tirarse o seguir con su vida.
Un paso hacia delante y todo tendría fin... Podía sentir el viento golpeando su rostro, el frío le calaba la piel, miró al cielo una vez mas y respiró hondo...—¡Alto!— llegó hasta la azotea de aquel edificio y con lágrimas en sus ojos corrió hasta él —