Prólogo

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Miraba al cielo tormentoso, con el alma rota, con el corazón herido, todo el tiempo que había pasado con ese erizo marcó un antes y un después. No podía parar de llorar, realmente le dolía mas de lo que admitía.
   Se acercó al borde del edificio y miró al vacío solo una idea surcaba su mente y esta era lanzarse, acabar con su vida seria una salida demasiado fácil y entre su orgullo y su miedo estaba el tirarse o seguir con su vida.
  Un paso hacia delante y todo tendría fin... Podía sentir el viento golpeando su rostro, el frío le calaba la piel, miró al cielo una vez mas y respiró hondo...

—¡Alto!— llegó hasta la azotea de aquel edificio y con lágrimas en sus ojos corrió hasta él —

Adiós DulcineaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora