Que el Viento Sople a tu Favor

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Estaba llegando a su casa, justo a tiempo para la hora de la comida y comería sentado junto a familia, de no haber sido porque ya había comido y estaba lo suficientemente lleno como para comer dos veces seguidas, así que entró y saludó a su madre.

—Hola mamá ya lleguéle dio un beso en la mejilla y caminó a las escaleras—

¡Espera! ¿Cómo te fue con el Doctor? — le dedicaba una mira triste digna de una madre preocupada —

Bien, mi corazón esta bien— le entregó los resultados del chequeo de los exámenes médicos —

Tomó los papeles y los miró, después miró a su hijo y prosiguió — ¿No piensas comer con nosotros?—

—Ya comí, no te preocupes— le dio una cálida sonrisa y corrió para su cuarto —

La madre de Sonic fue con sus otros hijos y se sentó a comer con ellos.
   Sonic no resistió las ganas de mandarle un mensaje a su nuevo amigo, así que lo hizo. —“Adivina quien tiene tu número”—

~¿Cómo conseguiste número?~

~Me robé tu celular mientras estabas en el baño~

~Eso es violación a la privacidad... Y robo~

~Jajaja lo ciento pero quería saber mas de ti y como no querías darme tu número, esto fue lo mejor que se me ocurrió ~

Ambos erizos empezaron a charlar, mientras la madre de Sonic, comía un poco preocupada por los resultados de su hijo.

Mamá, Saldrá de ésta, ya verás que su hija mayor trataba de darle consuelo, como respuesta solo sonrio—

Adiós DulcineaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora