La tormenta había terminado.
Lauren estaba casi segura de ello.
Sabía que había estado pasando durante los últimos meses, de hecho, había sabido que había estado cediendo desde que Camila y ella se sentaron con Rachel en Jimmy's para dejar su pasado turbulento detrás. Lauren había sentido ese cambio indisputable en el tiempo casi inmediatamente al día siguiente. Había estado consciente del cambio de tiempo; cómo un día los cielos se habían estado abriendo gradualmente, el viento muriendo alrededor de ambas, las olas asentándose bajo sus pies. Sin embargo, fue la tarde en la que ella y Camila se habían tumbado juntas en la playa el día del baile cuando realmente había terminado todo. Se habían quedado juntas bajo las estrellas (las dos entrelazadas en la manta que Camila había llevado con ella) hasta que el sol había bajado por el horizonte bañándolas a ambas en su luz gloriosa. Lado a lado habían visto un nuevo amanecer y con ello, la tormenta que había estado acosándolas durante la mayor parte del año pasado desvanecía.
Al menos el agua turbulenta que Camila y ella habían estado navegando se había asentado completamente y en vez de las furiosas olas que habían estado golpeando contra ellas en cada giro, ahora se enfrentaban a un mar calmado con el que prácticamente se deslizaban hasta su último destino.
Finalmente lo habían conseguido.
Su difícil viaje había llegado a un final y ya no remaban hacia la promesa de un paraíso idílico porque lo habían alcanzado. Habían sosegado la tormenta juntas y todo lo que quedaba para ellas era ahora echar amarras en el puerto y dar un paso en tierra firme donde la tierra era firme y no se deshacía bajo sus pies; donde el brillo del sol era caliente contra sus caras, el canto de los pájaros era música para sus oídos y los paisajes eran innegablemente un complemente de belleza a sus ojos. El único obstáculo que se mantenía entre ellas y esta magnífica utopía era el juicio pendiente, y estaba tan cerca ahora que Lauren podría casi oler el dulce aroma de las flores que adornaban el Jardín del Edén que las esperaba justo al otro lado de él.
"¡Ouch!" se quejó Lauren mientras algo sólido le golpeaba en las costillas dolorosamente consiguiendo captar su atención bruscamente desde sus reflexiones silenciosas. "¿A qué viene eso?" cuestionó, girándose en la dirección desde la que había venido el ataque encontrando a Dinah.
Lauren tenía una mirada de molestia en la cara y no pudo evitar sonar un poco enfadada por la repentina molestia de sus meditaciones.
"Estás mirando fijamente" se rió Dinah, sus ojos mirando en la misma dirección que los de Lauren que habían estado centrados en encontrar a Camila construyendo un castillo de arena con Sofi cerca de la orilla de la playa.
"No" dijo Lauren mientras su mirada volvía hacia su novia.
"Sí, lo estás haciendo," dijo en desacuerdo Dinah, una risa aguda escapándose de sus labios. "Estás mirándola fijamente y lo has estado haciendo durante los últimos diez minutos."
"¿No tengo permiso para mirarla?" le preguntó Lauren ridículamente.
"A Sofi no," bromeó Dinah juguetonamente. "Sólo tiene seis años. Es un poco inapropiado ¿no crees?"
"Dios, eres una idiota," dijo Lauren, golpeando a Dinah en el brazo y poniendo sus ojos en blancos.
Volvió su mirada hacia Camila, una amplia sonrisa apareciendo en su cara mientras estudiaba a la morena que estaba peinando el pelo de su Hermana pequeña. Lauren vio que Sofi murmuraba algo en el oído de Camila en respuesta al gesto y la mayor echó su cabeza hacia atrás y se rió animadamente con lo que había dicho.
"También estás sonriendo" observó Dinah; su voz suave mientras estudiaba a Lauren.
Las esquinas de su boca adquiriendo una expresión similar ante la felicidad obvia de la chica de ojos verdes.
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Trials and Tribulations/Camren
FanfictionEs el primer día del tercer año de secundaria de Lauren después de un verano pasado en un campamento de softbol. Por un encuentro casual, ella consigue hablar con Camila en el pasillo, una chica fascinante con una historia triste. Mientras que Laure...