♢2♢

39 6 1
                                    

Después de su pequeño encuentro con el famoso Flynn Ryder, los guardianes se reunieron en la sala de Norte con urgencia. Al parecer, las cosas se estaban poniendo peor de lo que pensaban. Se tenía fe en que Sandman combatiría con Pitch, pero había la duda de si su poder resistiría lo suficiente como para pelear contra la nueva recluta, ya que, por experiencia, solamente una fuente de luz puede acabar con la oscuridad.

—¿No puedes darme de tu poder? —preguntó Jack, mirándole con preocupación. .

Su pequeño amigo formó figuras encima de su cabeza, explicando detalladamente cada una de las razones por las cuales su idea era simplemente mala. Después de un tiempo, terminas acostumbrándote y le entiendes con facilidad. Es un gran alivio.

—Hablaré con el hombre de la Luna esta noche, mañana por la mañana daré noticias. —sentenció Norte, dando a entender a todos los presentes que la hora de descansar y retomar fuerzas había llegado.

Nuestro amigo albino caminó sin ganas hasta su habitación, yendo directamente hasta la ventana y observando el exterior. Las noches en el polo eran la vista más bonita que podría presenciar jamás, y le dolía ya no tener ese brillo tan hermoso en sí mismo. Parecía que la vida quería obligarle a permanecer en ese infierno por más tiempo, justo cuando pensaba terminar con su deber por siempre, aparecen más problemas que lo retienen. Es ridículo.

Bufó con molestia, dejándose caer en la cama, mirando al techo, suspirando de una manera tan vacía y sintiendo, de nuevo, ese hueco en el pecho. Era fastidioso, porque le recordaba lo solo que estaba, le hacía ver que no había nadie a su lado que le calmara los dolores y los miedos, y que jamás habrá alguien así.

—Sé que no merezco favores, pero ni siquiera te pido que me des algo, sólo quítame el dolor, no importa si eso implica quitarme la vida. —susurró a la nada, sabiendo que la Luna le escuchaba atentamente, pues a veces le hablaba y atendía a su llamado; pero, de un instante a otro, parecía voltearle la cara cada vez que charlaban. —Te lo suplico... ya no puedo. —

Dejó que las lágrimas saliesen sin impedimento alguno, se desahogó en esa oscura y fría noche hasta que sus ojos se cerraron en un profundo sueño. Ese no era el Jack Frost que veían a diario, él solía ser juguetón y alegre, tenía la costumbre de hacer travesuras que hacían reír a cualquiera, disfrutaba de cada día como si fuera el último.
Él siempre parecía ser feliz. Tan feliz, que incluso llegaba a ganarse la envidia de muchos. Entonces ¿qué pasó? ¿Por qué, repentinamente, todo se terminó desmoronando? ¿Él qué hizo para merecerlo?

Supone que, con el tiempo, la respuesta terminará por llegar... o eso espera.

Abrió los ojos, mirándose a sí mismo a lo lejos. Parpadeó un par de veces para verificar que lo que estaba frente a él era real, intentó acercarse, pero algo le retenía y no tenía idea de qué era.

—¡Oye! —habló, haciendo eco en lo que creía era una habitación, aunque ésta era demasiado oscura y amplia, y no recibió alguna señal.

Iba a alzar la voz, molesto, pero calló. Alguien más se estaba acercando hacia el chico, era una chica rubia y su cabellera era demasiado larga; tenía un vestido lila y estaba descalza, y parecía que un gran resplandor la iluminaba completamente, como si ella fuera una cálida luz en esa habitación tan negra y tan helada. No tuvo la fuerza de quitarle los ojos de encima, simplemente la observó, era hermosa.

—Jack... —

A lo lejos, una voz hizo presencia, llamando la atención de ambos. Ella volteó a verlo y conectaron miradas por unos segundos, antes de que la oscuridad cubriera todo de nuevo.

—¡Jack! —

Abrió los ojos repentinamente, asomando la cabeza y observándose a sí mismo en la cama de su habitación. Soltó un bufido y llevó sus manos a su cara, suspirando con tranquilidad. ¿Qué fue todo eso?

—Jack Frost, si no sales en este instante, juro que- —antes de que la chica terminara, la puerta fue abierta de un tirón, dejando a la vista los cabellos blancos alborotados y una mirada de pocos amigos.

—Ya cállate, Mérida. —soltó con fastidio. —¿Qué es lo que quieres? Ve a molestar a Hiccup... —

—Es el hombre de la Luna. —

—Oh vaya, ¿has hablado con él? —comentó con ironía, dejándola en el umbral de la puerta y yendo a dejarse caer en el colchón nuevamente. —Si lo ves, dile que es muy descortés dejar hablando solo a alguien. —

—Jack... escogió a un nuevo guardián. —dijo la pelirroja, consiguiendo que el muchacho se levantara de golpe y la mirara con mucha sorpresa. —Iremos por ella en unos minutos, así que arréglate rápido. —

—Sí, yo... espera ¿ella? —preguntó, deteniendo cualquier movimiento para centrarse en su compañera.

—Sí. Al parecer es una maga de luz o algo así. Sólo sabemos que habita en una torre en el bosque del reino Solar. Ha sido protectora de ese lugar desde hace décadas. —medio explicó, ya que tampoco tenía la suficiente información de 'la nueva'.

—Ah... okay. —asintió, distraído. ¿Será que tendría que ver con ese extraño y para nada común sueño que tuvo?

Negó repetidas veces, era una tontería.

☀ Sunlight ☀ 【HIATUS】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora