Louis' POV
Sigo sin poder creérmelo. ¿Por qué? ¿Por qué a mí? Primero me la encuentro en el gimnasio, bueno a ver me enteré de que iba a ir, así que cosa totalmente normal y lógica, pero iba acompañada y ¡de su novio! ¿En serio? ¿Amber con novio? No me lo esperaba ni mucho menos…
Tampoco pretenderás que intimide contigo y te cuente si tiene novio, tratándola como la tratas, ¿no crees? Bueno, dejemos ese tema.
Luego la he visto en los vestuarios de hombre y acompañada de su inseparable novio. Y ya la tercera y remate fue encontrarme a Amber, al novio y a Alessa en el café de Abbey Road, parecían el trío más feliz de la historia, hablando y riendo…
Cuánto daría yo por tener eso, un mejor amigo con el que reírme constantemente y poder hablar a cualquier hora, de cualquier cosa, ya sabéis esas cosas que hacen los mejores amigos, ver partidos de fútbol, picarse el uno al otro, mandarse a la mierda constantemente y luego decir un: 'si yo te quiero muchísimo', y después un abrazo y mil cosas más.
Mientras me monto este monólogo para aclararme un poco, estoy andando en línea recta dentro del baño de chicos del instituto, más que penoso, y aunque no os lo creáis en el baño es donde se hacen las mejores reflexiones. Pero, de repente noto como alguien se choca contra mi espalda mientras voy andando. «Actúa normal Louis» me dice una vocecilla dentro de mi cabeza, y creo que por una vez en la vida le voy a hacer caso, otra cosa es ya como salga.
- ¡Hey! - dice el chico que se chocó contra mí con un tono desenfadado.
- Oops, lo siento tío, yo yo no quería chocarme solo estaba pensando, bueno reflexionando y andando por aquí y refelexionando, porque las mejores reflexiones se hacen en un baño, ¿lo sabías? - hablo tan deprisa que atropello mis propias palabras - Qué más da - digo finalmente, abatido - soy Louis - extiendo la mano a modo de presentación.
- Jajajajajaja Yo soy Harry - dice estrechándome mi mano - Y tienes razón en lo de las reflexiones, no hay lugar mejor que un baño.
- Al fin alguien que me entiende, gracias Dios - digo mirando al techo y agradeciéndole al de ahí arriba de forma cómica que me hayan entendido respecto al tema de las reflexiones.
- Jajajajajajaja ¿Eres siempre así de gracioso?
- Me sale solo - digo encogiendo los hombros de forma inocente - Una cosa Harry, ¿te apetecería venir a comer conmigo?
- ¡Claro! - dice el ruloso chico.
Entramos a la cafetería del instituto, y nada más entrar me encuentro con la mirada furiosa de Alessa, hace que tiemble hasta el último milímetro de piel, pero no por excitación, sino de miedo. No vi chica en toda mi vida con peor mal genio que ella, es la reina de la mala uva, en serio. Decido apartar mi mirada de ella, si cree que me voy a acobardar lo lleva claro, ante todo hay que parecer un macho, además no se corta un pelo, si quiere algo ya se acercara a mí.
- ¿Ya nos abandonaste tío? - dice mi amigo Nash acercándose a la mesa que Harry y yo escogimos y dándome una demasiado fuerte palmada en mi omoplato.
- Yo... Eh, que va tío - digo devolviéndole la palmada aún más fuerte - No siempre tengo que comer con vosotros, ya somos mayorcitos, ¿o no dices tú eso?
- Totalmente de acuerdo. No digo nada - dice Nash alzando las manos.
Veo como Nash se aleja de nuestra mesa para acercarse a la de mi panda diaria, y se lo que estáis pensando; sí, es la panda de chicos guays que humillamos a todo el que podemos; pero como dije, somos guays y cada uno vamos a nuestro rollo, vamos que no tenemos que ir siempre en piña, aunque siempre lo hacemos.
Pasamos una comida bastante agradable, continuamente riendo, bueno, más bien Harry se ríe de mis tonterías y yo me río de lo patético que soy y de la risa de Harry que es demasiado contagiosa. La verdad, en la vida me había reído tanto, y de seguido.
Pero, de repente, todas nuestras risas se cortan cuando escuchamos que una bandeja de comida impacta contra el suelo, nos giramos Harry y yo casi al mismo tiempo, y vemos a Amber caída en el suelo con su bandeja de comida toda esparcida por este, mientras Nash, Riley, Oliver y Matthew estallan en risas, al igual que la mitad de los presentes en la cafetería.
¿En serio yo me divierto haciendo ese tipo de cosas? ¿En qué clase de persona me he convertido? No tiene ni pizca de gracia cuando se ve desde fuera.
Amber, se levanta rápidamente del suelo, se intenta tapar como puede la cara y sale de la cafetería corriendo, pero mientras corre hacia la puerta nuestras miradas se cruzan, su mirada está cargada de dolor, mientras que la mía está llena de culpabilidad.
Me siento en este instante demasiado culpable de todo el daño que he causado, tanto a Amber como a todos los demás chicos y chicas a los que he humillado o insultado... No es nada justo lo que he estado haciendo este tiempo...
- ¿Conoces a esa que viene por ahí Louis? - me pregunta Harry.
- ¿Yo? ¿A quién?
- A ella - dice Harry señalando a una chica que se acaba de acercar a nuestra mesa con una cara de enfado que ni mi madre utilizó en su momento cuando escondí las llaves de mi casa, me negué a decirles donde estaban y estuvieron todo un día entero buscando las llaves.
- E-es Alessa
- No vengas con presentaciones Tomlinson, que nos conocemos.
- ¡¿Qué he hecho yo ahora?!
- ¡¿Te parece poco la escenita que le han montado a Amber?! Te advertí en su día, y esta va a ser la última vez que te advierta, como vuelvas a involucrate en algo que haga daño a Amber, te vas a arrepentir - en su tono de voz la ira va aumentando cada vez más
- Alessa, por una vez no he tenido nada que ver joder
- ¿Pretendes que me lo crea Louis?
- Sé que no me creerás, pero es la verdad.
- No te creo - dice Alessa cruzando sus brazos.
- Estupendo - digo irónicamente.
- Mira machote, solo te pienso decir una cosa. Tú hieres a Amber, yo divulgo cierta información sobre un accidente de hace 9 años...
- Hija de... - me levanto para encararme a Alessa, pero Harry me sostiene el antebrazo y hace que me vuelva a sentar en mi silla.
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Love You? Or Hate You? |Louis Tomlinson|
Fanfiction“Eres preciosa, no tienes por qué condenarte de esta manera." Cuarenta y nueve letras, diez palabras, una simple frase que lo cambió todo. Porque, ¿quién me iba a decir a mí, Amber Lee, que después de todo lo ocurrido en este séptimo curso vendría p...