Capítulo 6: El ataque

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Una de esas luces también se dirigía hacia nosotros, rápidamente cubrí a Rosy; tras el impacto esa luz explotó, lanzándonos varios metros más adelante, caímos en unos arbustos y por mi mala suerte el remedio de plantas empezaba a perder efecto y un fuerte dolor llenó mi cuerpo.

—Argh...

-¡¿Jack?! ¿Estás bien? Déjame ayudarte, ha.. hay una cueva unos metros delante; para refugiarnos... Ahí podré curar tus heridas.

— Rosy... Lo siento... 

-¿Eh?

Le di un rápido pero fuerte golpe en la cabeza dejándola inconsciente, traté lo mejor posible de esconderla entre los arbustos y me dirigí lo más rápido posible al campamento. Nada más llegar, pude ver una masacre: todos los lunas que no estaban en la tienda siendo tratados fueron calcinados hasta la muerte.
Una ira que no había sentido antes me llenó por completo y ese calor que ardía en mi interior... No sabía si era lo que esas cosas negras me hicieron, o si era este sentimiento, pero no me importó. Usé toda mi energía para transformarme en un hombre lobo, una técnica que mi madre me enseñó y que muy pocos guerreros de nuestro clan podían dominar; aunque ella me dijo que antes todos podían... ¡Pero eso no importa ahora!

¡Groooooooooooooooow!—  Eso llamó la atención de todos los "Solares" -O al menos así los llamo cuando hay muchos-, quienes empezaron a atacarme en grupo, lanzándome varias bolas de fuego, las cuales desviaba con un solo golpe de mis garras. Ellos se veían bastante asustados, tal vez pensaban que ya no podíamos transformarnos. Já.

-¡Qué alguien llame al general!-Gritó uno de esos guerreros del Sol.

Aproveché y lancé varios y fuertes rasguños a los soldados del clan del Sol, los más cercanos y distraídos, y muchos de ellos caían agonizando y gritando: mis garras habían atravesado sus armaduras. En eso, varias flechas y redes se lanzaron hacia mí, me cubrí con mi pata derecha; la mayoría de estas se encajaron con profundidad en mi piel -o pelaje-, mientras que las redes intentaron atraparme; rompí la mayoría, menos una, que cayó en mi hocico.

Grrrr...

Eso sólo me enfureció más. Hice toda la fuerza que pude para romperla, mientras me sacaba las flechas de mi pata derecha; a su vez, algunos de estos "guerreros" intentaron atacarme con sus espadas, pero yo sólo pude mandarlos a volar con un golpe de mi cola, ya me había sacado las flechas de mi pata así que les devolví el favor, las lancé con toda mi fuerza atravesando el cuello de todos. El cuello de cada uno de ellos.

Los solados dejaron de venir y del medio de las filas salió el general con una cara muy molesta, a la cual sólo le di una sonrisa un tanto sárcastica, y siniestra por mi apariencia actual. Uno de los guerreros que sólo estaban heridos en el piso, gritó:

-¡General Kay! ¡ Acabe con este repulsivo Luna de una vez!

-¡Todos ustedes son unos inútiles!... Parece que esa patética excusa del guerrero Sol tenía veracidad al decir que aún habían Lunas capaces de transformarse... ¡Prepárate!

Mientras Tanto con Rosy

—Auchi...

Me había despertado en un montón de arbustos, desde la forma en la que, al parecer, Jack me escondió. Era capaz de ver una pequeña parte de la entrada de la aldea, sólo podía ver a Jack en su forma de hombre lobo y a otro señor que estaba a punto de salir de los arbustos, cuando vi que unos cuanto soldados del clan del Sol venían con una jaula; quería ayudar pero... tenía mucho miedo para salir.

Mientras tanto con Jack

Él corría a una velocidad impresionante hacia mí y me lanzó un fuerte golpe en el estomago, solo fue capaz de moverme unos cuantos metros, pero dolía como un infierno y para empeorarlo más, ese extraño ardor que sentí el día que desperté estaba volviendo.

Aun con dolor me enfoqué en la pelea y este sujeto Kay  intentó la misma táctica de nuevo, pero esta vez la esquivé y lo levanté para lanzarlo fuertemente contra el suelo; tras eso, le lancé un fuerte rasguño atravesando su armadura, pero... no parecía adolorido por su cara... solo tenía una cara de felicidad.

-¡Ja! Hace mucho tiempo que alguien no me daba una buena pelea. ¿Qué tal si igualo más las cosas, perrito?

En ese momento, Kay se envolvió de luz y una ligera explosión me lanzó a unos árboles, rompiéndolos en pedazos. Cuando mis ojos se volvieron a acostumbrar a la poca luz existente, pude ver que Kay se había transformado en una majestuosa ave fénix. Sabía que ellos eran capaces de transformarse en ellas, pero nunca he luchado con una.
Ahora Kay era tres veces más veloz y me levantó con sus patas, levantándome varios metros arriba; me estaba costando respirar y sentía el intenso y bastante calor que el ave desprendía. Empezó a picotearme rápida y repetidamente en el pecho, su calor empezó hacer que mi pelaje empezara a quemarse. Para ese punto, ambos sabíamos, él con más intención, que si no me liberaba, iba a terminar matándome.
Tiré un fuerte rasguño en su cuello, lo que hizo que me soltara, y que se me quemara la pata.

Caí al menos a unos treinta metros, golpeándome fuertemente contra el suelo. Ya no podía más: mis heridas y ese virus que causó esta epidemia estaban causando que perdiera la consciencia.

-¡Bien hecho mi general!- Exclamó un guardia.

Me percaté, aunque estuviese prácticamente agonizando, de que Kay volvió a la normalidad, cayendo cerca de mi inconsciente cuerpo a propósito y diciendo:

-Hmm... Tienes habilidad muchacho, ¡Esperaré tu revancha con ansias!... Por ahora, átenlo, enciérrenlo y volvamos al palacio con el emperador.

-¡Sí general!-Se escuchó... Y luego no oí más.

Y Rosy...

—¡Jack!— Pude ver cómo levantaron el cuerpo inconsciente de Jack y lo metieron en la jaula que había visto antes, una vez dentro lo empezaron a esposar.
Quería... Quería hacer algo... Pero... Pero tenía mucho miedo...

El último servidor de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora