Capítulo 14: Un sueño.

3 0 0
                                    

—¿Que el monstruo mató a Jack?— Pregunté en un tono de desprecio, levantando una ceja— Es broma, ¿No? Es decir... ¿Un monstruo le ganó al mismísimo y bonísimo Shen?

—Shen... Si quieres estar aquí, tendré que enseñarte algo de modales...— Me dijo la no tan bonísima Rosy con su calmada voz.

—¡Pamplinas! ¡Yo no necesito modales! ¡Ustedes necesitan educación! Mira que mentirnos...

—Shen... Es sólo una niña...

— ¿Y? Ni yo a su edad decía ese tipo de mentiras.

—Shen... Esto no es sobre ti...— Y esas palabras... Me llegaron al alma. Ya las había escuchado en algún momento, en algún lugar, por alguna persona... Pero... ¿Quién? 
Divagué por mi mente, sin siquiera notar que mi mirada se perdió en algún punto en el piso, saboreando las palabras "esto no es sobre ti"... 
Entonces... Tuve ese recuerdo: un sueño que tuve, quizá de cuando tenía 9 años; que trataba sobre mi hermano. Sueño en el que, frente a mí, se quitaba la propia vida tirándose del punto más alto del castillo... Todavía me acuerdo de que desperté gritando y llorando, y que pronto fui a abrazarlo... Obviamente, mis padres fueron a ver qué era tanto escándalo, y me vieron ahí, patéticamente llorando en su regazo. Él, para calmarme, me dijo: "Tranquilo, no pasa nada, ¿No me ves que estoy aquí?"
Viví los siguientes días, luego, las siguientes semanas, y después, los demás meses atento a aquella: la maldita entrada a las torres más altas. 
Llegué a hacer guardia frente a ella varias noches. Llegué a vigilar a mi hermano mientras este dormía.
Me aseguraba, aunque no tenía en cuenta de que mi hermano quizá era capaz de deshacerlo, de que estuviese cerrada a cal y canto, y sólo así podía dormir.
Quería mucho a mi hermano, ¿Para qué decir que no? 
Pero un día... No sé qué pasó... Terminé hallándolo allá arriba... Comencé a gritar, con miedo a que le pasase algo. A penas he notado que él también estaba llorando.

—¿¡Fue mi culpa, verdad!? ¡Por favor, dime si no te hice algo!— Rogaba, estaba lejos de donde él se encontraba, lo que me aterraba aún más.

—¡Shen! ¡No todo se trata sobre ti!— Me espetó, pasándose las manos por los ojos.— Son... Problemas propios, ¿Sí?... Problemas que no entenderías... 

—¡Por favor, Arthur, quiero ayudarte!

—¡No, ya lo he decidido! Lo lamento.

—¡Arthur!—Grité, desesperado, ¿A caso nadie escuchaba todo este barullo?
Finalmente... Esto fue lo último que Arthur escuchó... Se fue... Y no hice más que gritar y llorar...
Me asomé rápidamente, y noté que ya estaba a punto de impactar con el suelo...

Luego de ese día, mis padres me dijeron que hablara de todos los problemas que tuviese, que dijese lo que pensaba, porque ellos nos querían tanto a mi hermano como a mí... Y no querían que ese fuese mi final también. Y así se los prometí.

Por eso, el reino se me terminaría heredando a mí.
Por eso, intento ser el mejor en todo lo que hago... Quiero llegar a la altura de mi hermano... Supongo que por eso quiero vencer a Jack, quien actualmente es el mejor en su descendencia.
Por eso me duele oír aquellas palabras "Esto no se trata de ti" pues... Me traen muy malos recuerdos.

Y me parece que todo esto ya se lo había contado a Rosy, ¿Lo habrá hecho a propósito?

—Yo... Lo lamento... Lo he olvidado...— Me dijo, y noté por qué: tenía una lágrima felizmente resbalando por mi mejilla. La limpié rápidamente, lo que hizo que saliera de mi trance.— ¿Es normal que te pase esto? 

—No... Disculpa... Sé que no todo es sobre mí...

—No, no, entiendo... Fue muy insensible de mi parte haberlo dicho... ¡Perdón Shen!—Se abrazó a mi brazo y la moví un poco.

—Ya, no seas cursi.

En eso, la señora mamá de Jack —olvidé su nombre— se acercó a nosotros.

—Ya... Al parecer todo fue un malentendido. Después de todo, Emma no es capaz ni de matar a una mosca.—Dijo esto último con ternura, aunque la cara le cambió cuando dije: "O eso nos hace creer".— Pero bien... Jack sigue suelto, vivito y coleando, pero perdido... Y... Creo que aquí es donde entran ustedes. Pero antes, necesito que me hagan una prueba para que pueda confiar en ustedes.— Pero... Cuando dijo "ustedes", me miró a mí. Vaya casualidad.

—¿No confía en nuestra palabra, señora? Le juro que soy capaz de controlar a Shen, y él es capaz de controlarme.— Dijo Rosy, sonriendo. ¿Por qué usó la palabra "controlar"? No somos criaturas salvajes.

—Tranquila, Rosy, te juro que es sencilla. Amanda, ven por favor...— Llamó la señora a una muchacha de cabellos color negro, de aspecto nerviudo, que se acercó al instante.

—¿Sí, señora Galaxia?

¡Conque era Galaxia! ¡Claro!

—Colócate de espaldas a Shen, si eres tan amable, por favor.— Los tres nos mostramos confundidos, pero ella hizo lo que le pidieron: segundos después, se encontró frente a mí con tan sólo unos pasos de separación. Su melena negra si que era bonita. Rosy me dio un codazo y le puse atención a Galaxia. Ella depositó sobre mis manos dos objetos: una nuez y una oruga. Muerta. Estuve a punto de soltarla, pero ella me dijo que no con la cabeza.

—De acuerdo. Amanda. Lo que harás es lo siguiente: cerrando los ojos, comerás lo que Shen te dé.

—¿Qué?— Dijimos los tres, aunque quien sonaba más perpleja era Amanda.

—Ahora. Shen. Imagina esta situación: Amanda fue tu novia, en alguna ocasión. Estabas perdidamente enamorado de ella, y ambos se juraban amor eterno y una vida plena y unida.—Sonreí. Debo admitir que nuestro hijos serían extraordinarios.— Pero...— Y así, todas mis esperanzas de hijos extraordinarios se fueron.— Ella te fue infiel. Imagínala: ahí, besándose con alguien más, se ve que le gusta el beso y que va para largo. Ellos se dan la mano, se miran a los ojos con gran amor... 

—¡Maldita! — Exclamé, aunque la señora me interrumpió.

—Pues bien. Mantén esa sensación, ese sentimiento: ¡Te rompió el corazón! ¿Que no dijo que te amaría a ti solamente? Ahora, tuviste la oportunidad de darle de comer algo... Y tienes esas dos opciones, ¿Qué le darás?

Si fuese por mí, con todo gusto la tomaba y le metía la oruga muerta en la boca, pero, vi a Rosy... Y... Su mirada... Se veía tan decepcionada... Reflexioné un poco... Y me decidí.
Amanda terminó comiendo una deliciosa nuez. 

—Creo que sí son dignos de confianza. Pues bien, gracias Amanda.

—Hasta luego, Amanda.— Le guiñé y Rosy me dio otro codazo.

—Tengo información acerca de que Jack fue visto por última vez cerca de Armonía; probablemente entró a la cueva, y por eso Emma creyó que lo mató... Aunque sea patético. Su misión será buscarlo por los al rededores y terminar dando con él, ¿Creen que podrán hacerlo?

—¡Somos capaces de todo, señora!—Exclamó Rosy y yo sonreí. 

—¡Pues bien! Entonces, ¿Qué están esperando? Vayan a las casas de campaña y les proporcionarán todo lo que necesitan.

Con estas palabras, nos dirigimos a por nuestros víveres. 
Jack, vamos a por ti.

El último servidor de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora