Capítulo 11: Reencuentro.

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Pero no fue tan lindo ver cómo se volvían a ver Jack y Shen. 

Segundos después de que hubiésemos salido a la libertad, después de que se estirara, tomara aire fresco y sonriese; o bueno, eso supuse porque estaba de espaldas a mí, Jack se acercó y me dio un cálido abrazo en forma de agradecimiento; esto logró que se me subieran los colores al rostro y que soltara risas nerviosas. Se separó y me miró, esbozando una amplia sonrisa. Cuando estaba abriendo la boca para decirme algo, llegó nuestro príncipe azul.

 -Vaya, el par de tórtolos volvió a unirse. Pero... Me encargaré de volver a separarlos.- Declaró el antes mencionado, mostrando una sonrisa orgullosa.- ¡Y seré recordado como "Shen, el gran guardián del último guerrero joven de la diosa Luna"!

-Querrás decir "Shen el cobarde", bastardo.- Expresó Jack en defensa- Mira que dejar a Rosy a merced de esos horribles guardias, ¿Qué tenías en mente?   

  -Vencer, como siempre.- Afirmó este, con su típico tono altanero.- Podía ser capaz de atraparte, luego de que esta moza te liberase; pero también estaba la contraparte, que la desdichada muriese en el intento. Sea como sea, salía ganando, ¿Que no? En ambas versiones lograba, contigo, un beneficio. Y, en el segundo caso, acabar con otra servidora.

-Tú, hijo de...- Noté que Jack comenzaba a enojarse de más y lo detuve. Realmente, nunca me importó que se me atribuyera aquello, porque sé de qué soy y no soy capaz. Nunca me importó, porque realmente yo me quiero mucho. Y me alegra ver que Jack también me tiene algo de afecto. Además, no quiero que se sienta mal por exigirle a su cuerpo más de lo que ya dio. 

  — No te preocupes, Jack, no tienes por qué gastarte con él. Ya estás muy débil, y debes descansar...—Lo calmé. Su mirada furiosa se encontró con la tranquilidad de la mía, y se transformó.

  -Pero... ¡¿No oyes qué está diciendo?!- Y la mirada volvió, aunque ahora veía al guerrero Sol  -Óyeme bien, principito de poca monta, tú y yo nos vamos a enfrentar tarde o temprano, porque no dejaré que me vuelvan a capturar tú o tus soldaditos afeminados; y mientras eso pasa, no quiero volver a verte la cara, ¿Me entendiste? 

  -Eso no es parte del trato que hicimos tu querida Rosy y yo...  -Canturreó aquel, alzando una ceja y viéndose las uñas.

-Rosy me dijo que tan sólo ibas a ayudar a sacarme, no me dijo nada más... -Me defendió ahora Jack, aunque su tono fue perdiendo confianza poco a poco.

  -Hss... ¿Confías tanto en tu Rosy? ¿Qué tal si... Aww... Te mintió?- Se burló el más alto, haciendo que se me subieran los colores al rostro, y no por un sonrojo.

  — ¡No mientas! ¡Nunca le mentiría a Jack, ¿Me oyes?! Y, ¡Nunca te dije que Jack iba a ser capaz de escapar, ¿no?!— Miré a este en busca de una mirada positiva, pero lo que vi me devastó: Su cara, pálida, apuntando al suelo, y sus ojos, muy abiertos, perdidos entre las piedras que marcaban el camino de entrada al castillo. Parecía haber perdido el alma, la esperanza... O la confianza en mí.— ¿J-jack? 

Shen comenzó a reírse de la escena, sabiendo que era muy dolorosa, al menos para mí. Por fin, Jack me miró... Su mirada reflejaba confusión y decepción mezcladas con tristeza. Parecía estar herido, no quería que se sintiese así.
Se deshizo de mi mano, la que todavía mantenía reposando en su brazo, y se alejó unos pasos.

-Ya no sé en qué creer...-Musitó, aún mirándome.- ¿Tenías que venir con este? ¿De verdad querías salvarme, o lo ayudabas en su maldito plan, Rosalina? ¿De verdad debería creerte? ¡¿Por qué habría que confiar en alguien que acabo de conocer hace a penas una semana?! ¡Aléjense de mí, ustedes dos! ¡No quiero verlos de nuevo!- Tras decir esto, echó a correr, haciendo que gritase su nombre para detenerlo, pero no logré nada.

Miré al causante de todo este drama, el cual ni siquiera había prestado atención al momento, sino que estaba mirando hacia el bosque, y aproveché para propiciarle un golpe en la cabeza.

-¡Ey! ¡¿Quién te crees para...?!-Empezó, pero lo interrumpí. 

— ¡¿Viste lo que hiciste, animal?! ¿¡Eres consciente si quiera de los sentimientos de los demás!? ¡Por fin fui capaz de librar a Jack! ¡Hace mucho que lo extraño, y tú... Tú...!—Me desahogué, gritándole, realmente estaba a punto de echarme a llorar.— ¿¡A caso no cabe en tu cabezota algo MÁS que no seas tú!? ¡¿O es que siempre tienes que ser tan...?! ¡Agh!—Sin aguantarme más la ira, le dí otro golpe, aunque ahora en el brazo, y me eché a correr para poder enjuagar mis lágrimas sin su maldita mirada encima.

Mientras tanto, con Estrella.

  — Es hora de ir a buscar a Jack, Arece.— Acaricié a mi caballo, hablándole cerca del oído.

-¿Vas ya por tu hijo, señora?- Me preguntó el hada, acercándose por detrás, y dándome un susto... Creo que esta situación sí que me está afectando. 

 — Sí, yo... No puedo dejar a Jack así, a la intemperie... 

-Lo amas mucho, ¿No?-Preguntó ahora, acariciando a Arece también.

  — Más que a mi propia vida...— Declaré, haciendo que mi mirada se perdiese en la lejanía: estaba recordando aquellos bellos momentos, de cuando Jack era un bebé, cuando salió su primer diente, cuando hizo su primer hechizo, aunque fuese de magia blanca, cuando pudo transformarse en lobo, ¡vaya que nos sorprendió a todos, hasta a él mismo, he de decir! Cuando creció, y cumplió sus doce otoños... Cuando... Vaya, la mayor parte de las cosas que he vivido con él son situaciones muy alegres pero muy cortas... Creo que nunca tuve el tiempo necesario para prestarle mucha atención... Qué mala madre soy...

-Sé que él también te quiere... Más de lo que crees...-Habló Manzanilla, sacándome del trance-...Dime, Galaxia, ¿Qué te parece si envío a mi querida Emma para que busque a tu muchacho por los aires y lo guíe de camino al campamento? 

—Le amaré si lo hace, su Majestad, pero no creo que sea necesario... Sé que Jack puede volver...

-¡No se diga más! ¡Emma! ¡Tengo una misión para ti, linda!- Y, diciendo esto, se fue en busca de su hija.

Jack, estés donde estés, por favor vuelve... 

El último servidor de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora