CAMREN || En tus últimos días

Capítulo XII

Nota de la autora: reproduzcan el vídeo en la multimedia ahora, para que disfruten mejor la lectura.
- Amy (Eimy :v)

Nuestro último año de escuela. No hay mucho que resaltar de ese año, salvo por uno de los mejores momentos que me ha pasado hasta ahora en mi vida, y sí, estoy hablando de mi primera relación "íntima" con Lauren.

Hay varias palabras para describir ese evento: hermoso, mágico, especial; pero la palabra que más lo caracteriza fue "natural", ¿Por qué? Pues sencillo, ella no me llevó a una cabaña de madera ubicada en un bosque donde esperaba por mí una cama con pétalos de rosa, tampoco me llevó a una playa donde lo hicimos frente al mar, no me llevó a una cara habitación de hotel ni ordenó champaña y fresas para hacerlo más lujoso. No.

Fue natural porque ella no lo planeó y yo tampoco.
Un día durante las vacaciones estábamos acostadas en su cama, con nuestras manos juntas y los dedos entrelazados solamente viéndonos mutuamente, y acariciándonos, disfrutando de la compañía de la otra.

— Quería enseñarte una canción que escuché ayer, me encantó porque me recordó a ti y lo perfectas que somos juntas - Se levantó y de los parlantes de su estéreo comenzó a escucharse la suave melodía de una guitarra

Yo me senté en la cama mientras la miraba hacer movimientos suaves con sus brazos al aire y la canción de fondo. Yo sólo podía sonreír al verla, al ver lo hermosa que ella era.

— Baila conmigo Camz - me dijo extendiendo una mano en mi dirección e inmediatamente la tomé

Ella colocó ambas manos en mi cintura mientras yo rodeé su cuello con las mías. Empezamos nuestros balanceos de un lado al otro, siguiendo el ritmo de la canción. Yo escondí mi cara en el hueco de su cuello aspirando su dulce aroma. Lauren colocó una mano en mi rostro y me hizo levantarlo, para verla fijamente a sus hermosos ojos esmeralda, se acercó a mi y me besó suavemente, demostrando todo su amor con ese simple acto. Y a medida pasaba el tiempo las prendas iban desapareciendo con rapidez, sin embargo la suavidad y profundidad de aquél beso jamás cambió, fuimos retrocediendo hasta que caímos en la cama ambas completamente desnudas.

— No sé cómo hacerlo - Dije nerviosa por arruinarlo

— Yo tampoco lo sé. ¿Averiguamos juntas? - Dijo ella

Así pasamos el resto de la tarde hasta muy entrada la madrugada, entre besos tiernos y caricias suaves, explorando más a fondo el cuerpo de la otra en un acto lleno de amor, donde la lujuria ni siquiera se había aparecido. Es el mejor recuerdo que tengo de ella.

A veces me pregunto qué hubiese pasado si ese día no me hubiese separado de ella, si cuando me llamó hubiese salido inmediatamente de casa y podría haber llegado a tiempo. Me pregunto si es verdad eso de que las cosas pasan por una razón, yo lo dudo. Tal vez ella tenía razón y mi amor hacia ella no fue suficiente para acabar con sus demonios, quisiera haberla tenido un poco más...

Junio, maldito junio.