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Se está torciendo, el amor y odio.
Nuestros recuerdos hermosos,
Se tiñen de blanco.
Y se desvanecen poco a poco.Se profundizan cada día, se calman.
Las heridas hechas de palabras.
Y mi quemado corazón se volvió negro.
¿Dónde está el amor?(...)
La gente viene y la gente va.
Tú y yo, aún estamos parados en este mundo, que hace crecer
A los aburridos sentimientos.
Acostúmbrate lentamenteA los paseos de mi corazón.
Mis creencias se secaron.
Estoy en fé.
Las moje contigo y los rellené
Hasta el borde,
Encendiendo la llama de mi corazón.
Es un trago de amor.—EXO
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—Sehun-ah, por favor, me gustaría que me acompañes a esta reunión del trabajo. —Volvió a insistir JongIn, obteniendo un suspiro por parte de su novio. —Lo siento, bebé. Esta noche quedé con un amigo a repasar materias pendientes. —Contestaron del otro lado de la línea, su voz sonando apenada y quizás nerviosa. Sin embargo, no le prestó atención a ello y contestó.—Entiendo. Pero me debes algo a cambio, Oh Sehun. —Avisó antes de colgar y volver a su trabajo.
—¿Por qué la molestia, JongIn? —Preguntó su hyung, sacándolo de su nube de ensueño, aquella en donde castigaba severamente a su novio. —¿Eh? No es nada, hyung. —Murmuró, avergonzado por su propia actitud en el trabajo. —Mi novio estará ocupado hoy, y tendremos una reunión todos los que trabajamos en el restaurante. Quizas no pueda asistir, porque no tengo como regresarme tan tarde. —Soltó con honestidad, demasiado confianzudo quizá, pero su kyungsoo se había vuelto un buen amigo que sabía escuchar. Vaya que escuchaba. Do escuchó la tristeza en su tono, y su corazón se apretujo. —Podría venir yo, y llevarte a tu casa, JongInnie. —Se escapó de sus labios sin siquiera pensarlo. No había podido evitarlo. Había sido un movimiento arriesgado, era obvio que el niño no querría a alguien más que no fuera su novio, pero quería intentarlo.
—¿De verdad, Hyung? Pero sería muy tarde, no deberías molestarte. —Y aunque estuviera por desechar su ofrecimiento, en realidad su voz y sus ojos mostraban tanta esperanza y alivio, que no le importó mucho más. —No suelo dormirme temprano, JongIn. Y si me estoy ofreciendo, deberías callarte y aprovecharlo, niño. —Fingió molestia, terminando su bebida, pasaba mas tiempo en el restaurante de lo que le gustaría admitir. Se convencía de que solo era para escapar de su oficina, pero el lugar solía estar lleno de ruido y él detestaba el ruido. Su único alivio era ver al chico.
—Muchas gracias, Hyung. Nos la pasaremos bien, lo prometo. —Exclamó con alegría, y aunque el plan de Kyungsoo solo era pasar a recogerlo cuando terminara todo, el menor tenía otra idea. Y extrañamente, aunque le molestaban los lugares concurridos, si el niño estaba ahí, la idea no le disgustaba. Él deseaba conocer más a fondo al muchacho, aún si estaba pisando tierras desconocidas, estaba comenzando a considerarse un aventurero, dispuesto a saciar su curiosidad de Kim JongIn.
—Bien, nos vemos más tarde. —Murmuró antes de pagar su consumo y dejar propina al mocoso, que poco a poco, entraba más y más profundo en su corazón sin necesitar mucha ayuda, más que su fiel sonrisa honesta.
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La fiesta, en realidad estaba bien ambientada para su gusto, la musica no tan alto, para dejar morir sus conversaciones, de vez en cuando JongIn lo llevaba a la pista, para bailar junto a él. Al moreno le encantaba hacerlo, en otras cuantas ocasiones, llevandose a Jimin y su otro amigo, Taemin, para acompañarlo, pues le seguían el ritmo apropiadamente. Sin embargo, siempre insistiendo en él, porque aseguraba estar fascinado con su destreza. El niño era todo un caso especial, pensó.
El muchacho sabía muy bien como mover sus caderas. Pero era aún mejor verlo sonreír, disfrutando de su compañía. Una sonrisa que era dirigida para él, porque había sido su causante, como diciendo que era el dueño de ella. Kyungsoo sabía que estaba en problemas, porque estaba totalmente perdido en él, ya comenzaba a aprenderse sus gestos a todo, y soñaba con su sonrisa preciosa. Añoraba tanto ser su completo dueño.
—Sí sabes que él tiene pareja, ¿No? Todos aquí son cercanos a su pareja, y deberías cuidar como lo miras si no quieres una paliza, hombre. —Guiñó el ojo el hombre a su lado, no sabiendo en que momento llegó lo alteró, sorprendido, se recompuso al segundo. —¿Cómo es que lo estoy mirando, según tú? —Su tono aspero, con irritación le sacó una sonrisa al contrario quien se veía calmado pese a su hostilidad.
—Soy Heechul, amigo del idiota que dirige este lugar desde su cueva, llamada oficina. —Apuntó a KyungHoon, Do lo conocía, algunas veces se unía a reuniones con otros de sus amigos, no obstante nunca había conocido al tipo con sonrisa cínica y coqueta. Aunque vagamente recordaba, que Min lo mencionó, diciendo que era su amigo gay, y eso no lo molestaba, sino su actitud. "Es un dolor en el culo" —Palabras de Min KyungHoon. —Do Kyungsoo. —Contestó en respuesta a su presentación.
—Y, volviendo a la pregunta. Ya sabes, todos podríamos notarlo, o al menos, los que estamos en tu lugar. Tu miras a ese niño, exactamente como yo miro al idiota de mi amigo heterosexual. —Como algo prohibido. Sí, a eso se refería el hombre, tenía esa sonrisa triste, y a su vez, esa mirada que todo confirmaba. Él comprendía lo que era estar en esa situación. —Este es mi número, cuando sientas que tienes suficiente de esa mierda, podrías llamarme. —Su tono, uniforme como siempre, pero su mirada que a su vez compartía el secreto de ambos, extendió su mano con su tarjeta de presentación, que fue bien recibida por Heechul cuando la tomó.
—Hey, parece que olvidaste mi bebida, Heenim. —Su amigo, recargó su brazo en el hombro del chico, en un gesto posesivo. Donde una mirada interrogante, se posaba en ambos rostros a la espera de que KyungHoon volviera a hablar. —Kyunsoo hyung, vamos a bailar. —Y ahí, se terminó su duelo de miradas, cuando Kyungsoo fue sacado de esa escena tan frustrante.
—Oye, Hyung. ¿Estaban en algo? Ya sabes, no quería interrumpir, pero parecía que se sacarían la cabeza en cualquier momento, no me gustaría que tuvieras problemas con mi gefe. —Y aunque hubo una ligera prisa, por explicarse, Do la dejó pasar, el niño no tendría porque tener celos. Y, Kyungsoo no podía creerlo y lastimarse a sí mismo de esa manera.
—Él tiene mi número, podrá llamarme después. —Se encogió de hombros, restandole importancia, perdiendose el ceño fruncido del menor ante la declaración confianzuda del mayor.
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Cuando la noche había comenzado a llegar al final, Kyungsoo optó por arrastrar el culo obstinado de JongIn de la fiesta. El niño un momento se deprimió, al ver que su amado no estaba a su lado, que buscó consuelo en la bebida, cuando Do se distrajo con Heechul.
El hombre estaba demasiado metido en mierda con su amigo hetero, que lo besaba y tocaba cada que se le apetecía, pero al final solo eran eso: amigos. Y aunque él no era tan bueno dando consuelo, comprendía lo que sentía, y estaba seguro que ambos terminarían en la cama más tarde. Esta noche, sin embargo, no. Puesto que Kyungsoo tenía que dejar al menor en su casa, y tuvieron que posponer su encuentro. A su manera de verlo, sexo era sexo.
—JongIn, maldita sea, ponte de pie. Seguro que a tu novio no le gustará que te traiga en estas condiciones. —Jaloneó al menor, arrastrandolo hasta la entrada de su departamento, donde rebuscando (y tocando accidentalmente su trasero) encontró sus llaves y entró con el menor en cima suyo.
Si no estuviera siendo difícil, la subida a la cama del menor, habría puesto aún más atención, como había una mochila vomitando libros a su entorno, donde tampoco había un novio preocupado al rededor y todo estaba carente de vida. Vagamente predecible. —Sehunnie. —Murmuró entre el sueño el menor, acurrucándose en su cama, partiendo una vez más el corazón del mayor. Quién de pronto recordaba su lugar, y que en la cama que JongIn permanecía, no era la suya. Y que aún más, el menor no le pertenecía.
Heechul tenía razón, ellos simplemente estaban enamorados del chico equivocado.
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❝In love with the wrong boy❞ ━━SooKai .
Fanfiction〘 𝕚𝕟𝕥𝕣𝕠𝕕𝕦𝕔𝕔𝕚ó𝕟 〙 El tesoro de Do Kyungsoo relucía en brillante azul, que se veía opacado con el humo de cañones pretensiosos, que pertenecían al barco de Oh SeHun. Lo único que conseguía era dañar a su pobre JongIn, en el fuego cruzado de...