Y me di cuenta que las heridas de las rodillas duelen menos que las del corazón, y que un Te quiero vale más que todo el oro del mundo.
Y me di cuenta que los cánones de belleza definen unos estereotipos idealizados, y que la belleza se encuentra en el interior.
Y me di cuenta que todas todas mis lágrimas no sirven de nada, y que debo buscar mi sonrisa más a menudo.
Y me di cuenta que la risa es contagiosa, y que la tristeza es aún más.
Y me di cuenta que tengo que aprender a quererme y no a querer, y por más que pretendan hundirme siempre seguiré en pie.