De recolectores y libros

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1 año después

— El escritor de blogs Kim Jonghyun acaba de publicar un best seller titulado El recolector de momentos, si bien él ha dicho que con esto se refiere a su trabajo de juntar historias de personas comunes y corrientes, no se puede negar la posible vinculación con estos seres mitológicos del mismo nombre.

El monitor del cuartel general del templo se apagó. Taemin con una enorme sonrisa aceptaba las disculpas de sus compañeros y los aplausos del resto.

—Estoy muy orgulloso de ti, Taemin —Jinki palmeó su hombro—disculpa por dudar.

—No hay rencores —guiñó un ojo.

—Hasta te lo dedicó: "A Taemin, quien pudo sacarme del bloqueo" —Jinki sostenía una copia del libro, que nadie sabía de dónde había sacado.

—Pero me gusta más la otra dedicatoria —Taemin tomó el libro de las manos de Jinki—. "Al amor de mi vida, por enseñarme que la mejor forma de vivir es aprendiendo a observar. Gracias, Kibum"

Taemin bajó de la nube del templo y voló hacia el apartamento donde Jonghyun y Kibum vivían. Se paró frente la ventana y vio como ellos jugaban con una pequeña perrita. Esta comenzó a ladrar en el momento que Taemin se sentó en la ventana.

—Roo, ¿qué pasa?

—Jonghyun, mira.

Kibum señalaba perfectamente hacia donde estaba Taemin.

—Eh, ¿hola?

—Creímos que no te volveríamos a ver —Jonghyun tomó a Roo entre sus brazos y se acercó hacia la ventana—. ¿Cómo estás?

—No me quejo, gracias a ti ahora tengo esto —mostró sus alas que ahora eran más grandes—. Me ascendieron.

—Eso es genial. Pero creo que nosotros debemos agradecerte a ti.

—¿Por qué?

—¿No te preguntas por qué podemos verte? —cuestionó Kibum.

—La bola de pulgas me delató —Jonghyun acercó a Roo a Taemin y esta lo lamió. Rio ante la muestra de cariño.

—No, aprendimos a observar. A tomarnos el tiempo para apreciar el día a día.

—Ustedes los humanos son raros, eso deberían hacerlo desde un principio.

—Digamos que nos creemos la raza más inteligente pero no lo somos.

—¿Te veremos seguido? —preguntó Kibum.

—Posiblemente, más si me invitan a su boda.

—Solo si no causas revuelo —lo amenazó Kibum con su dedo índice.

—Prometido —cruzó sus dedos detrás de su espalda.

Luego de despedirse aleteó fuera de allí. Pero en un momento, un zumbido sonó en su oído. Se detuvo en mitad del cielo.

—Oh, aquí vamos de nuevo.

El recolector de momentos [Jongkey]Where stories live. Discover now