Esa mañana muy temprano Yamaguchi estaba esperando Tsukki fuera de su casa, como todas las mañanas para ir a la escuela.
-Que inusual que te hayas retrasado. -Sonrió Yamaguchi al ver salir a su amigo.
Tsukki suspiró. Últimamente era él quien se disculpaba por todo con Yamaguchi, pero es que últimamente sentía que todo lo que hacía salía mal de alguna forma.
-Yamaguchi… -dijo después de que empezaron a caminar.- Creo que no deberíamos venir a mi casa en un tiempo…
El menor lo miró sorprendido.
-¿Se han enterado?
Tsukki se mordió el labio.
-Akiteru… él estaba en casa ayer cuando regresamos de la escuela y nos vio.
-Pero Akiteru es tu hermano, no creo que vaya a decirle a tus padres.
-Él quiere que sea yo quien les diga…
-Oh… -respondió, bajando la mirada.- Y... ¿Sería tan malo que ellos supieran?
-Ayer eras tú el preocupado por que se enteraran.
-Y tú el que decía que no podían decir nada sobre nosotros.- Lo miró con ternura-. Sólo es una pregunta Tsukki.
El rubio guardó silencio.
-Mis padres no son como los tuyos… mi madre estaría muy molesta. Ella quiere que la familia que formemos sea como la familia "perfecta" que ella tuvo… un esposo Alfa, una mujer Omega…
Yamaguchi bajó la mirada, claro, él no podía tener a los hijos de Tsukki, por lo tanto no podía darle una vida perfecta, siempre se trataba de eso.
Ambos se quedaron callados, hasta que Tsukki se giró a su amigo.
-Se los diré, aunque será un poco complicado que lo entiendan.
-Sabes lo que pienso -respondió suspirando-. Si te va a causar muchos problemas, es mejor seguirlo manteniendo en secreto.
-¡Es que tampoco quiero eso!
El menor se mordió el labio.
-Pase lo que pase estaré contigo Tsukki.-Le dio un beso en la frente.- Tú conoces a tus padres y sabes que es lo mejor, yo estaré aquí contigo, siempre.
El rubio sonrió. Ahora sólo necesitaba un plan.
Siguieron su camino hasta que llegaron a la escuela, todo parecía diferente a lo normal, desde que atravesaron el patio caminando y en el pasillo antes de entrar a clases, Yamaguchi empezó a sentir un ambiente distinto.
Podía sentir algunas miradas sobre él y eso era bastante inusual. Un casi imperceptible silencio por un milisegundo cuando entro al salón que prefirió ignorar, de seguro estaba siendo paranoico.
-¡Aquí estaba! -suspiró aliviado al sacar el cuaderno de tareas-. Pensé que lo había perdido.
-Así que no hiciste ninguna tarea -le molestó Tsukki y Yamaguchi sonrió nervioso.
Abrió el cuaderno para recordar la última anotación que hizo y justo en esa página, en letras rojas, gigantes y mal escritas se leían las palabras “Sucio Beta”.
Sintió un escalofrío recorrerle la columna y cerró de golpe la libreta.
-¿Qué pasa? -preguntó el rubio a su lado.
Yamaguchi estaba perplejo, nunca en su vida le habían molestado por ser Beta, por ser bajito cuando era niño si, por sus pecas, por ser a veces demasiado pasivo, por miles de razones, pero nunca por ser Beta, nunca antes nadie había usado la palabra Beta para intentar denigrarlo.
-Nada.- sonrió a su lado-. Olvidé que teníamos tarea y no la hice.
Tsukki rio.
-Entonces apresúrate.
-Voy al baño -se excusó y arpovechando que Tsukishima se había encaminado a su asiento, salió con la libreta en la mano.
Caminó a toda prisa por los pasillos abarrotados y con el corazón palpitando fuertemente.
Ya estando sólo repasó lo que acababa de pasar, arrancó la hoja de la libreta con furia y la aplastó, por su cabeza pasaban miles de cosas mientras veía el pedazo de papel arrugado en sus manos, negó con la cabeza y lo lanzó al cesto de basura.
Debía tranquilizarse, debía pensar con calma. Evidentemente lo de hoy y su encuentro con la chica de ayer no eran coíncidencia, pero se preguntaba si sería prudente hacer algo, si podría cambiar algo enfrentando a esa chica.
Regresó al salón e intentó, por todos los medios, actuar normal.
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Mini actualización!! Es mi plan continuar con este fic antes que cualquier otro xD pero necesito meterme en ritmo otra vez, pensaba que actualizando podría recuperarlo jajajaja
Ojalá continúe gente interesada ;A; cómo me animaría saberlo!!
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Ámame
Ficción General-OmegaVerse- En esos días, ni siquiera Tsukishima sabía del instinto protector de los Alfas, no sabía si realmente él sería uno de ellos como sus padres aseguraban, pero sabía, al ver a Tadashi, que quería protegerlo como a nadie en el mundo, que qu...