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-¿Qué sucede? -preguntó Tsukishima a su lado-. Has estado callado todo el camino ¿qué pasó?
Yamaguchi negó con la cabeza. En realidad, no quería agobiar a su amigo, de seguro se molestaría muchísimo y enfrentaría a la chica por haberle dicho esas cosas, se haría un escandalo en toda la escuela, y todos hablarían sobre ellos, sobre Tsukki. No quería llegar a tanto.
Pero tampoco podía ocultar su evidente estado de ánimo, estaba enojado, triste, decepcionado, ansioso, todo al mismo tiempo, y por supuesto que Tsukishima lo notaba.
-Puede sentir que no estás bien ¿qué pasa?
Yamaguchi se detuvo en seco. Le miró a los ojos unos segundos y después bajó la mirada.
-¿Tú… eres feliz conmigo?
Tsukishima estaba confundido.
- Pensé que estabamos juntos por que eramos felices...
El pecoso siguió caminando, apretando los puños.
-¡Tadashi! -gruñó Tsukki.
Yamaguchi se detuvo en seco, meditó por unos segundos, luchando contra el impulso de disculparse.
-Sabes que tu voz de Alfa no funciona en mí -dijo mirándolo con severidad por sobre su hombro.
-Yo no…
- Tú sí… -continuó, caminando en su dirección. - Justo ahora, lo intentaste.
Ambos se miraron, midiéndose.
-No me di cuenta… -respondió Tsukishima, por dentro se preguntaba cómo es que Yamaguchi podía distinguir su voz de Alfa de su voz normal y él no.
Yamaguchi suspiró.
-En verdad no puedes deshacerte de todo eso.
-Lo intento.
El pecoso alcanzó la mejilla del rubio. Sabía que Tsukki también sufría, pero no sabía cómo ayudarle.
-Vamos a casa -dijo sonriéndole de nuevo.
Los dos caminaron en silencio, se sentía todavía la tensión. Tsukishima todavía quería saber la razón por la que Yamaguchi había estado tan molesto, pero parecía prudente no hacer ningún comentario, por el momento.
Apenas entraron a la casa del más alto, cuando Tsukki le atrajo, abrazándolo con fuerza.
-Quiero que quede claro que soy feliz contigo, Yamaguchi… así que nada de lo nadie diga o haga, hará que decida alejarme -dijo casi en un suspiro, escondiendo el rostro en el cuello del pecoso-. Incluso si dejas de quererme, no podría ser capaz de apartarme de tí.- Le abrazó con mas fuerza-. Así que por favor…
Yamaguchi sentía que se quedaba sin aire, más por las palabras de Tsukki. El rubio pocas veces decía cosas como esas y sabía que cuando las decía, debía tomarlas muy en serio. Porque no sólo eran palabras lindas y confortantes para él, sino para Tsukishima mismo. Un intento desesperado de aferrarse a él y a lo que tenían, rogándole que no lo dejara ir.
-Te amo, Tsukki.- Sonrió, abrazándolo de vuelta-. Lo siento.
El rubio negó con la cabeza y después besó su frente.
-Entonces…
-Está bien, Tsukki, fue una bobada -dijo besando su frente también-. Iré por mis cosas ¿estás seguro que no quieres venir a casa? Mi madre quería tener una comida familiar y sabes que eso te incluye a ti.
-No, tengo que ordenar la habitación antes de que mis padres lleguen.
Yamaguchi se encogió de hombros y subió las escaleras para buscar su mochila.
El rubio lo observó, tan alegre como solía ser. Sonrió para sí mismo y se dio media vuelta. Lo que vio en ese momento hizo que se le congelara la sangre, mientras escuchaba al pecoso bajar las escaleras de nuevo, dando saltitos de dos en dos.
-Me voy, Tsukki -dijo dándole un beso rápido en los labios.- Te veo mañana.
Tsukishima sonrió de vuelta y le abrió la puerta.
-Lo que dije hace unos momentos… -empezó a decir cuando Yamaguchi ya estaba fuera de la casa.- Es en serio, nunca lo olvides.
Tadashi sonrió de la forma más sincera y Tsukishima adoraba lo simplemente hermoso que podía ser. Se despidieron nuevamente y el rubio cerró la puerta detrás de si, suspiró y caminó a la cocina.
-¿Qué haces aquí? -preguntó irritado.
-Pensaba... esperar a mamá y papá aquí en casa -respondió su hermano, visiblemente nervioso.
Tsukki miró directo a los ojos dorados de Akiteru.
-¿Vas a contarles lo que viste?- Quería sonar lo más neutral posible.
-Sabes que ocultarles algo es imposible…
-No lo es, yo lo he estado haciendo por mucho tiempo.
-¿Cuánto?
-Años.
-¡¿Años?! -se cubrió el rostro con ambas manos.- ¿Por qué él, Kei? Demonios ¿cómo es que no lo vi venir?
Tsukki gruñó y se cruzó de brazos.
-Si de verdad me conocieras, Akiteru, sabrías porque él y nadie más…
El mayor levantó la mirada y se encontró con la mirada de su hermano. Más humano que nunca.
-¿Cuándo empezaron a… cómo es que ustedes dos?
-No lo sé… -respondió con honestidad.
Realmente no estaba seguro de cuándo o cómo empezaron a ser más que amigos, ya que nunca hubo una especie de confesión de parte de ninguno de los dos. Sólo fue normal que desde niños se quisieran y se tomaran de las manos o abrazaran.
En esos días, ni siquiera Tsukishima sabía del instinto protector de los Alfas, no sabía si realmente él sería uno de ellos como sus padres aseguraban, pero sabía, al ver a Tadashi, que quería protegerlo como a nadie en el mundo, que quería pasar la vida a su lado.
Recordaba su primer beso mucho antes de presentarse como Alfa, cuando Yamaguchi llegó asustado a su lado porque alguien le había dicho que como Beta no podía tener amigos que no fueran como él, con miedo de que Tsukki dejara de hablarle por no ser un Alfa o un Omega, recordaba que había besado su frente por instinto y después no pudo detenerse hasta besar sus labios. Y Yamaguchi no se negó, le devolvió ese beso inocente.
A partir de ese momento los besos inocentes se hicieron comunes y aumentaron cuando llegaron a la pubertad y las hormonas hicieron de las suyas, ambos aprendían de sus condiciones distintas a su manera y lo hacían juntos, entonces todo era más que simples besos acalorados.
Tal parecía que nunca había llegado a presentar a Yamaguchi como su pareja por que nunca habían necesitado explicarle a alguien más su relación, ni siquiera con Suga o con Hinata.
-¿Ustedes saben que va a ser muy difícil, verdad?
-Ya es difícil...
Akiteru frunció el ceño.
-¿Todos lo saben?
-No, sabemos que muchos se incomodan cuando ven a una pareja que no es la típica Alfa-Omega… -dijo Kei-, eso incluye a nuestros padres -miró fijamente a su hermano-, es por eso que no lo decimos libremente... quiero proteger a Tadashi...
-¿Cómo? ¿Cómo mantendrás a Tadashi a salvo de eso? ¿Es que piensas ocultarlo siempre?
El rubio menor apretó los puños.
-Sabemos que no será asi para siempre... sólo es mientras estemos en Miyagi.
-¿Piensas escapar con él?
-Sólo quiero que nos vayamos de este lugar, juntos...
El mayor suspiró.
-No sólo eso Kei, no se trata sólo de lo que otros piensen o digan sobre ustedes, es que tú nunca vas a poder marcar a Yamaguchi, nunca vas a poder unirte a él… ¿estarás bien con eso?
El menor miró al centro de la mesa, claro que había pensado en aquellas cosas también.
-Tú instinto siempre te hará buscar a un Omega, si no puedes crear un vínculo con Tadashi, siempre estarás buscando a alguien más ¿estás bien con nunca sentirte completo? ¿Qué pasará cuando estés en celo? ¿Podrá Tadashi soportarlo? El cuerpo de los Betas no es como el de los Omegas, puede que él no lo resista y termines lastimándolo…
Tsukki dio un golpe en la mesa.
-Ser Alfa u Omega no se trata sólo de eso… Yo sé que no va a ser fácil, justo ahora no lo es. Ya sé que Tadashi no es un Omega y sé lo que eso significa.
El rostro del menor se distorsionaba, era la primera vez que Akiteru veía angustia en él.
-Amo a Tadashi.- dijo finalmente-. Quiero protegerlo, quiero estar con él. Él me hace feliz y yo quiero que él también lo sea ¿tiene algo de malo?
Akiteru se mordió el labio.
-No tiene nada de malo...
Kei apretaba los puños por debajo de la mesa.
-Va a ser difícil, Kei, voy a estar aquí apoyándote, pero tienes que decirles a nuestros padres, no podemos ocultar estas cosas…
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Llevo dos meses sin actualizar :c perdón! Siento que se me va la vida y no hago nada xD PEROOO no estoy en hiatus ni nada! Sólo no he tenido tiempo ni de revisar mis fics (perdóname Laet por todos los errores que leerás en este y en Vete ;A; te he decepcionado una vez más!!)
En fin! Espero sigan por aquí, seré honesta, me cuesta un poco regresar al hilo de esta historia pero trabajaré duro!
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Ámame
Fiksi Umum-OmegaVerse- En esos días, ni siquiera Tsukishima sabía del instinto protector de los Alfas, no sabía si realmente él sería uno de ellos como sus padres aseguraban, pero sabía, al ver a Tadashi, que quería protegerlo como a nadie en el mundo, que qu...