III. ¿Es amor?

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Compartiendo y aprendiendo incontables emociones contigo, todos los días (...).
Dime, si esto es amor.
EXO, What is love.


Capítulo III 


Kim JongIn estaba más que decidido a compartir con el psiquiatra, todo por lo que había tenido que pasar a causa de los síntomas de una esquizofrenia paranoide, diagnosticada meses atrás por el especialista Park, a quien secretamente le agradecía todos sus esfuerzos y métodos que había empleado para que desistiera de la idea de enfrentar a la supuesta persona que estaba manipulando su vida.

Cada día estaba casi del todo convencido, que había sido producto de su imaginación. No le gustaba llamarlo alucinación, ese término le sonaba enfermizo, ni mucho menos la expresión delirio, para referirse a la sensación —actualmente menos constante— de ser observado. Así que, constantemente se alejaba de cualquier término clínico que le recordara su estado mental.

Con toda su buena disposición, entró al consultorio, sentándose como de costumbre, frente al hombre de ojos grandes. Fue recibido por su psiquiatra con una expresión más ligera de lo habitual, JongIn correspondió igualmente, finalizando con una pequeña sonrisa. Hoy, el de tez clara, usaba un par de gafas de marco grueso color negro, que lo hacían ver demasiado intelectual, según JongIn.

—Señor Kim, antes de empezar quisiera aclararle que efectivamente revisé minuciosamente las anotaciones del doctor Park frente a su caso, con fines informativos —indicó el psiquiatra bajo un tono neutro—. No ha sido mi intención extralimitarme, ni mucho menos hacerle creer que he disfrutado leyendo su historia clínica. Debo recordarle que todo lo que ocurra bajo este consultorio es de carácter confidencial.

Percibió cierta vulnerabilidad en lo expuesto por el otro hombre, por lo que se limitó a asentir levemente con su cabeza gacha. Quería exteriorizar cuanto antes lo ocurrido el año pasado.

—¿Le parece si empezamos? —preguntó el de tez bronceada con cierto rastro de ansiedad, evitando mirarlo directamente.

—Por supuesto, señor Kim —contestó mucho más relajado con una leve sonrisa—. Normalmente se da inicio desde la aparición de la primera sintomatología, pero esta vez partiremos desde el final —prosiguió haciendo una pequeña pausa en su enunciado—. Quiero saber cómo se ha sentido en estas últimas semanas.

Aquella pregunta revoloteaba dentro de su mente.

"Cuál sería la respuesta adecuada... debería decir que me encuentro perfectamente ¡no!".

Negó para sus adentros, sería extraño si respondía de esa forma, tal vez, realmente debía decir lo que sentía en ese momento; después de todo estaba pagando por ese tiempo, y lo más importante, era su salud la que estaba en juego. Concluyó JongIn su debate interno.

—Me he sentido realmente solo —respondió taciturno con su entrecejo fruncido. Intentaba encontrar las palabras precisas para describir aquella sensación de soledad que lo asfixiaba—. Aislado, como si lo que tuviese realmente fuese contagioso y nadie quisiera acercarse a alguien enfermo... todos optan por alejarse.

Pensó cuando las llamadas de sus amigos se hacían cada vez más esporádicas. Nadie realmente estaba allí y la soledad parecía absorber sus mejores deseos. "¡Mierda!" No quería sonar como una víctima, especialmente cuando recordaba que fue él quien primero se alejó de todos; sus amigos solo le dieron tiempo. 

—¿Cuándo dice todos a quién se refiere? —El psiquiatra más interesado en la reflexión de su paciente, necesitaba saber a quién se refería concretamente.

Depredador || Kim JongInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora