VI. Solo curiosidad

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Más allá de tu mirada nerviosa
veo las paredes derrumbándose
y poco a poco el amanecer va llegando.

EXO, The Eve.


Capítulo VI


JongIn eataba concentrado en el proyecto que debía entregar a primera hora del día siguiente. Este consistía en el diseño estructural de dos jardines interiores, uno estilo barroco y el otro rococó.

Había contado con suerte, cuando sus jefes accedieron a que podría dedicarse a su trabajo desde otra ciudad. Y como un milagro, al no ser despedido ante aquel evento, del que no le gustaba recordar.

Su habitación se convirtió en su lugar de trabajo, donde se dedicaba a diseñar los planos. De vez en cuando, tenía reuniones por videollamada para explicar con detalle sus diseños; también se reunía virtualmente con sus clientes. Todo parecía funcionar a la perfección.

Lo que sea para mantenerse alejado de esa ciudad.

Ocasionalmente hablaba con sus amigos, las conversaciones siempre eran lo mismo: "¿cómo estás?", "¿te has sentido bien?", "¿y tú trabajo?" "¿estás comiendo?", y las respuestas tampoco cambiaban: "bien", "mejor en estos días" , "igual, diseñando", "como tres comidas diarias".

Daba la impresión que caminaba en un campo minado, no podía darse el lujo de pisar una mina, o en su caso, mostrar el  mínimo signo de regreso de alguno de sus síntomas.

No quería que se volvieran a preocupar por él y hacerles pasar por lo mismo otra vez. Así que se guardaba el resto para sí mismo: aún se sentía inseguro al salir del edificio donde vivía, de vez en cuando miraba hacia atrás cuando caminaba, algunas noches no podía dormir bien, y cuando lo hacía, despertaba con la sensación de haber soñado con el depredador.

No tenía ganas de salir y darle un vistazo a la ciudad, ni mucho menos, estaba interesado en conocer nuevas personas; tan solo estaba Yixing, su arrendatario, y desde luego, su psiquiatra.

Aquel hombre se había convertido en lo más parecido a un amigo, claro que debía pagarle, aun así, era el único que lo escuchaba sin juzgarlo, "porque ese es su trabajo"; su mente le recordó, que su amabilidad era parte de su papel como  terapeuta. De seguro se comportaba de la misma manera con sus otros pacientes, pensó.

No había nada más allí, no era el comienzo de alguna amistad, ya tenía sus propios amigos.

"¿Por qué querría tener más?".

Ese último pensamiento, le hizo sentir triste y solitario.

Su estómago sonó producto del hambre. Cuando vio la hora, se dio cuenta que había estado trabajando seis horas ininterrumpidas en sus diseños. Era cerca de las 9 de la noche y no había comido nada desde el almuerzo. Se dirigió hacia la cocina y para su sorpresa, notó que no había nada en los estantes, tampoco en la nevera.

Tomó su chaqueta y salió de su hogar hacia un market 24 horas, a unas calles más abajo.

Cuando llegó al lugar, estaba desértico, aparentemente no había nadie a la vista. Esto le generaba cierta ansiedad, algo irónico ya que le gustaba estar solo en su departamento; pero cuando se encontraba en otro lugar, el sentirse solo le era abrumador.

Rápidamente pagó por un ramen instantáneo y cuando estaba por irse, vio por el rabillo del ojo a su acosador-.

"No, no, no existe JongIn, recuerda que no es real".

Depredador || Kim JongInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora