Depredador || Kim JongIn

VIII. Enredado en ti

Estoy cansado de tratar de ser normal,
Siempre pienso demasiado,
Me estoy volviendo loco,
¿Y qué pasa si estoy jodidamente loco?
Bebe Rexha, I'm Gonna Show You Crazy.

Capítulo VIII

JongIn no sabía qué pensar, ni mucho menos qué decir, la mejor palabra para describir su estado, sería de extrema fascinación.

El mayor de los dos había tenido razón, ya que el interior del museo era sensacional. Los ornamentos y la cubierta de cristal, eran increíbles. La exposición también lo era, con las esculturas de yeso que retrataban a los animales en diferentes etapas de la vida, desde  concepción, alimentación, hasta la muerte; dejando a JongIn simplemente sin aliento.

Eso, y la presencia reconfortante del psiquiatra, que a través de las salas de exposición, lo había guiado en las diferentes presentaciones. De una manera bastante paciente, le había descrito lo que las obras  querían representar. Siendo JongIn tan poco conocedor del mundo artístico, apreciaba el detalle que tenía el otro hombre con él.

Sin embargo, su concentración había saltado por una de las ventanas del lugar, y su fascinación actuaba directamente hacia ese par de grandes ojos con ese bonito resplandor. No tuvo mayor reparo que bajar levemente su vista hacia el cuello del mayor, parcialmente oculto en un suéter cuello tortuga color crema, que resaltaba, más si era posible, su piel blanca. Su perfil realmente era uno de sus mayores fuertes, pensó el menor con su mirada fuera de las esculturas que el psiquiatra observaba.

—¿Qué te parece esta obra? —preguntó el mayor sin dirigirle la mirada, viéndose sumergido en la pieza de una escultura frente a él.

—Creo que es bastante hermosa. 

Claro, también lo era la figura que señalaba el psiquiatra.

JongIn podía jurar que la obra de arte más valiosa en todo ese lugar, estaba a un par de centímetros de distancia. Una especie de alarma sonaba al fondo de su mente, haciéndole recordar que esto solo era una salida.

Con suerte, obtendría un amigo al finalizar la noche.

El psiquiatra giró su cuerpo, encontrando una pequeña sonrisa dirigida hacia él; lo que hizo que sus mejillas se enrojecieran, llevando su mirada hacia sus propias manos.

—¿Escuchaste algo de lo que te acabo de decir? —mencionó tras unos segundos en un tono que pretendía ser frustrado.

—Por supuesto —contestó seguro JongIn, aunque francamente no era el caso—. Solo que me distraje. —Finalizó mirándolo directamente a los ojos.

—Uhm vaya... Yo creo que hablo demasiado. Soy un monólogo completo —opinó tímidamente llevando sus manos hacia su cabello azabache—. Te estoy aburriendo ¿verdad?

JongIn no comprendía de dónde sacaba aquella conclusión tan fuera de sí.

"Pensaba que era aburrido ¿alguien le diría aquello?".

No era eso lo que quería decir, el menor negó rápidamente en un gesto gentil.

—Para nada... eres encantador —añadió en un tono cálido.

Los ojos del psiquiatra se ampliaron y sus mejillas que habían mantenido un tierno rosa; se enrojecieron llegando hasta sus orejas.

"¿Fue demasiado para decir?".

Más allá de eso, JongIn consideró que era mejor decir las cosas que contenerlas. Ya había sufrido las peores consecuencias el año pasado por hacer esto último.