IV. Cazado

97 21 5
                                    

Cada aliento que tomes.
Cada movimiento que hagas,
Cada atadura que rompas,
Cada paso que des,
Te estaré vigilando.
The police, Every breath you take.


Capítulo IV


SeHun y JongIn siempre habían sido grandes amigos, desde que este último se mudó con su tía a un nuevo vecindario donde vivía SeHun. Y desde ese entonces, se volvieron, prácticamente, inseparables.

Hace poco se habían graduado de la Universidad, JongIn de arquitecto y su amigo, quien era un par de centímetros más alto que él y por un par de meses más joven, como ingeniero civil. Los dos chicos recientemente habían obtenido sus primeros trabajos en compañías diferentes; así que los jueves, al finalizar la tarde, era el día de la semana en el que se reunían en una cafetería del centro, que solían frecuentar desde la universidad.

Sin embargo, había algo esa noche que incomodaba al joven de tez bronceada. Desde que llegaron al sitio, JongIn sospechaba que en una de las mesas del fondo, el mismo individuo con el que se había topado extrañamente esa misma mañana, lo observaba detenidamente. Entrecerró los ojos en dirección al sujeto que ante su mirada, había ocultado su cara bajo una capucha ¡Mierda, estaba seguro que era la misma persona!

Por el momento no pudo hacer más, pues su amigo no paraba de hablar de su más reciente amor platónico, Lilly. Observó a SeHun casi derritiéndose sobre la pantalla de su celular mientras le mostraba fotos de ella.

Un par de minutos pasaron y ya no lo soportaba más. Sabía que estaba exagerando, su reacción no era normal, pero no podía ignorar la sensación espeluznante que le generaba aquella persona a unas mesas más allá, y que ahora parecía concentrado en la lectura de un libro situado sobre la mesa. ¿Sería extraño si de repente se paraba y enfrentaba al sujeto?

SeHun, mira disimuladamente hacia tu izquierda —le dijo a su amigo seriamente—. ¡Hacia tu otra izquierda! replicó JongIn desesperado al intentar que SeHun le diera un vistazo hacia el extraño individuo.

Su amigo, sin disimular para nada, había girado la cabeza hacia la derecha, distrayéndose con dos mujeres en la otra mesa que le habían guiñado el ojo. Jongin llevó su mano hacia su frente sintiéndose frustrado. Una fugaz mirada bastó para corroborar que el sujeto seguía ahí ajeno a lo que había acontecido, puesto que sus ojos seguían sobre el libro.

Tras explicarle brevemente el extraño suceso de esa mañana con la persona que creía estaba a unas mesas más atrás, a lo que JongIn se refirió como su acosador. SeHun, con gesto preocupado, finalmente le dedicó una mirada hacia la dirección que apuntaba; pero para su desgracia, ya no había nadie allí.

El más alto lo miró confundido y JongIn se sorprendió, encogiéndose de hombros, ya que segundos atrás estaba ¡seguro! Esa otra persona estaba allí.

SeHun se lo quedó mirando, elevando una de sus cejas, con una mirada evaluadora. JongIn no entendía qué había pasado, si aquella persona parecía que se hubiese esfumado en el aire.

Lo siento, yo creí ver a alguien allí.Intentó que su tono de voz no reflejara su estado alterado en el que se encontraba.

SeHun resopló cruzando los brazos sobre su pecho.

Intenta relajarte. —Le dijo en tono juguetón. Su amigo no se lo había tomado muy en serio. Creo que tanto estrés en el trabajo te está poniendo un poco paranoico.

Depredador || Kim JongInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora