Fanboy {Aguslina}

✿060✿

Agustín

—Hola– dije cuando su rostro apareció tras la puerta de su apartamento.

No dijo nada, simplemente sonrió invitándome a pasar.

—Traje helado.

—Planeas que veamos películas románticas y lloremos mientras comemos helado? Ya lo hice demasiado, me cansé de ese plan.

—Lo bueno es que.. también traje mi guitarra.

—Ese plan me gusta más.

Nos sentamos en en sillón y saqué mi guitarra de su estuche.

—Okey, dime una canción, yo toco y tu cantas.

—Estas loco? Yo no canto– río

—Si cantas, recuerda que grabamos una canción juntos.

—Prefiero escucharte a vos. Mejor yo toco. –dijo tomando mi guitarra.

–Sabes tocar?

—La verdad no –soltó una risa. ¿Porque no me enseñas?

—Bueno, te voy a enseñar la primera canción que aprendí, toma firme la pm y pon tu índice en do y tu anular en mi.

—¿Así?– dijo mostrando cómo tenía tomada la guitarra. Me rei

—No– tome su mano, y con la mía la guíe, posicióne sus dedos delicadamente sobre las cuerdas, pase mi brazo por su espalda rodeándola y conduje su mano izquierda pasándola lentamente por las cuerdas creando un acorde.

—Lo logre– susurro mirándome a los ojos, su simple mirada me revolucionaba, sabía que si no me movía lo iba a lamentar después, pero preferí seguir disfrutando de su cercanía, y de su suave mirada viéndome.

Su teléfono sonó rompiendo el silencio y alejándonos.

Cuando vio la pantalla de su celular, su mirada pasó de una dulce y suave a una triste y fría.

—¿Está todo bien?

—Si –su tono de voz también se había vuelto seco —Es Valentina, no se cansa de llamar.

—¿Quieres que hablemos de eso?

—¿Para que? Siempre que hablo de eso  caigo en cuenta de lo tonta que he sido,  ademas, no quiero seguir llorando por eso.

Pero las lágrimas ya estaban corriendo por sus mejillas. La abracé

—Tu eres la chica más buena que conocí nunca, no eres ninguna tonta – dije con ella aún entre mis brazos.

—Yo se que nada de lo que diga va a solucionar eso, a lo mucho te podré subir el animo, ademas no soy bueno dando concejos, pero siempre voy a estar aquí, no importa la hora ni el lugar, si tú me necesitas ahí voy a estar.

No dijo nada simplemente sollozaba mientras yo la contenía.

—Cuando te conocí, nunca pensé que terminaría así – dijo separándose, más tranquila.

—Así como?

—Con un tu camisa mojada por mi llanto – soltó una risa señalando mi ropa. —Perdón.

—No te preocupes– sonreí

—Gracias, por simplemente estar, porque por tu simpleza y también por tu esfuerzo por animarme me doy cuenta que me he encontrado un tesoro, personas como tu, son escasas, y me di cuenta que tu eres el ídolo, y yo tu fan.

Maratón 5/10
mañana continúo babies!