butterfly effect ; the marauders (j. potter)

ミ★ especial

Kalani estaba sentada en la última fila del salón de pociones, como habitualmente hacía, tomaba notas a todo lo que el profesor dictaba tranquilamente.Junto a ella se encontraba James Potter, el cazador del equipo de Quidditch en Gryffindor.

No era extraño que él la observara con aborrecimiento dado al color de su túnica, sin embargo, hoy parecía tener una mayor atención a ella. La pelinegra pretendía no percatarse de la mirada del Gryffindor, pero ya se estaba volviendo un ridículo.

—Está bien, ¿qué quieres? —Kalani dejó de escribir con el fin de cruzar los brazos.

Él le dió una mirada inocente. —¿Por qué piensas que quiero algo? —Se encogió de hombros.

—Quizás, porque no has apartado tus sucios ojos de mi hermosa cara en toda la clase. —Contestó la Slytherin.

—¡Potter, Sayre! Presten atención a la clase. —Regaño Slughorn.

Kalani evadió el comentario del profesor, no obstante, volvió a tomar los apuntes de su clase. En el tiempo que ella escribía, James se encargó de seguir observándola.

—Potter, ya basta. —Gruñó.

—¡No estoy haciendo nada! —Se defendió el azabache.

—¡Claro que sí! Estás invadiendo mi espacio personal con la mirada. —Exclamó Kalani.

James rodó los ojos —Eso es ridículo.

—Tanto como tú. —Contestó de vuelta.

—Muy bien! señor Potter, Señorita Sayre; veo que tienen muchas ganas de hablar, retirense de la sala. —Mandó el profesor. —¡Y tendrán dos horas adicionales, por si les falta tiempo, mañana después de clase!

Kalani abrió la boca para protestar, pero se rindió. Frunció el ceño, tomó sus cosas y salió de la sala con la cabeza en alto.

Se sentó en el suelo frío del pasillo, esperando a su amiga. Él llegó a su lado y se acomodó junto a ella. Kalani lo observó confundida, moviéndose hacia la derecha para evitar acercarse a él. James, sin embargo, decidió hacer lo mismo y acercarse más a ella, con el fin de molestarla. El chico reprimió una carcajada observando a la chica hacer -inconscientemente- pucheros.

—Eres tan imbécil como dicen, Potter. —Comentó Kalani.

James no contradijo nada.

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Kalani caminaba apresuradamente al aula de pociones, al llegar notó que estaba desolado. Se acomodó en uno de los escritorios, esperando que llegara el maestro.

James llegó unos minutos después, preguntando por el profesor. —¿Lo ves en alguna parte? —Él negó —Eso es porque aún no llega, Potter.

El chico se limitó a no decir nada, estaba cansado, no tenía ganas de pelear. —He tenido detención con él antes. No ha aparecido la mitad de las veces. —Apoya sus pies en el escritorio, y suspira. —Si no está aquí en 20 minutos, podemos irnos.

La chica rodó los ojos —Tu comentario me produjo una gran sorpresa, no esperaba que hubieras tenido una detención antes. —Expresó sarcásticamente.

—¿Qué se supone que significa eso? —Preguntó.

—Tú eres... —Lo observó fijamente —Tú.

—Me impresiona tu inteligencia, Sayre. —Responde James. —Así funcionan las cosas, cariño. Yo soy yo y tú eres tú. —Afirmó. —Tal vez deberían comenzar a enseñar biología aquí.

Kalani negó con una ligera sonrisa. Nunca lo diría en voz alta, pero eso fue gracioso.

Ambos jóvenes se sentaron en silencio durante un largo tiempo. El azabache de pronto se levantó —Bueno, él no va a venir. Me voy de aquí. —Se dirigió a la puerta, mirando hacia atrás fijándose que la slytherin seguía en su asiento. —¿Vienes?

La chica estaba despistada más allá de toda creencia. —¿Qué?

—¿Quieres quedarte sola en el aula de pociones durante las próximas dos horas o quieres salir de aquí? —, La pregunta sonó extrañamente genuina.

La chica caminó hacia él. —Vamos.

Potter tenía su mano estirada, ella sólo lo miró —Oh, vamos. Realmente no tienes que tocarme, salgamos de aquí.

Mientras caminaban por el pasillo, Kalani se mordió el labio dudando si lo que estaba por decir sería apropiado. —¿Por qué el cambio repentino en el carácter?

—Sería una persona horrible si me fuera y estuvieras sentada allí toda la noche, ¿verdad?—Se encoge de hombros.

La pelinegra estaba a punto de responder cuando escuchó un grito a su espalda. —¡Sayre, Potter! —Vociferó Slughorn.

La joven miró a James, él la miró a ella. Ambos estaban aterrorizados; sin pensarlo él agarró su mano, empezando a correr.

Antes de que la chica se reactivara, estaba dentro de un armario particularmente pequeño.

La pelinegra suspiró, al captar que el agarre que mantenía el chico en su mano no se ha aflojado. No pudo evitar reírse de la situación. —Sabías que vendría, ¿verdad?

Él solo se encoge de hombros. —A veces lo hace, a veces no lo hace. Simplemente, tuve mala suerte hoy.

Los muchachos estaban demasiado cerca entre sí. Kalani carraspeó mientras miraba hacia abajo.

—Lo siento.—Él murmuró soltando su mano. Admitiendo mentalmente, la mano del azabache le daba cierta comodidad a Kalani. —Realmente no quise meterte en problemas.

La ojiverde le sonrió —Está bien. —Tal vez, necesito relajarme de vez en cuando.

El merodeador frunció el ceño —¿En serio?

La muchacha simplemente asintió. Pasa un latido entre los dos hasta que Kalani se aclara la garganta, sintiendo que sus mejillas se sonrojan bajo la mirada de Potter. —¿Crees que ya se ha ido?

—Oh, uh, sí. —Dice escapando de su aturdimiento. —Yo diría que sí.—Ambos tropiezan al salir del armario, pero James fue lo suficientemente caballeroso para dejar a Kalani salir primero.

—Supongo que te veré mañana. —Se despidió la chica. Comenzando a caminar en dirección a su sala común.

—Si, mañana... —Susurró James.