Tras la destrucción de la Orden Oscura Allen se ve envuelto en una situación que le obliga a dejar todo atrás, a huir de quienes consideraba familia y del lugar que consideraba hogar.
Numerosos eventos y un encuentro cara a cara con el 14° da un gir...
Nota: Las frases entre comillas son las conversaciones que Neah y Allen sostienen dentro del enlace mental.
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La suave brisa invernal recorría las calles silenciosamente. En ellas, los pasos apresurados y las risas de los transeúntes se intensificaban, volviendo aquel ambiente alegre en uno más ruidoso y animado.
Allen elevó la mirada al cielo nocturno. Ignorando el intenso barullo que se intensificaba a su alrededor y haciendo caso omiso de la decena de ojos que lo observaban, de entre sus ropajes holgados extrajo unas pequeñas pelotas, constituidas por una capa exterior de tela de distintos colores y colmadas de semillas en su interior. Hábilmente, lanzó cinco de ellas hacia arriba, moviendo sus manos con extrema precisión y rapidez, atrapando y lanzando de nuevo cada una de las pelotas de vuelta al aire.
Los niños que se encontraban entre esa pequeña multitud lo miraban con asombro y una sonrisa inocente en sus caras. Sus expresiones tiernas e infantiles cambiaban ligeramente por una de preocupación y sorpresa cada vez que las pelotas amenazaban con caer y Allen las atrapaba con facilidad, haciendo un truco aún más difícil después.
Nea, quien observaba silenciosamente las acciones de Allen, no pudo evitar ser invadido por una profunda nostalgia.
Justo en ese momento Allen vestía los ropajes de payaso que Mana solía usar años atrás. Cada parte del conjunto demostraban un intenso cuidado y eran pulcros, sin ninguna suciedad o imperfección que pudiese arruinarlas. Sonrió para sus adentros, admirando la vivacidad y fuerte espíritu que derramaba en su actuación.
Aquel acto aparentemente trivial para la multitud rezumaba los profundos sentimientos de aprecio y amor que Allen guardaba para Mana.
Finalizando su actuación, Allen se inclinó e hizo una reverencia, siendo recibido por los vítores alegres de los niños y aplausos sinceros por parte de los adultos. Aquel grupo de personas lentamente se fue dispersando, hasta que finalmente Allen quedó solo en una esquina fuera de un local.
Con cansancio, Allen recogió todo el material que utilizó a lo largo de ese día en un saco grande y se limitó a empacar el dinero que juntó en silencio. El dinero ganado como payaso no era mucho, pero definitivamente era la manera menos notoria de ganar dinero que las apuestas "nada llamativas" a las que recurrió días atrás.
Después del incidente con Alexander, Nea y él permanecieron en el Arca durante una semana aproximadamente, momento justo en el que las ultimas provisiones y comida se habían acabado. Quisiera o no debía salir y juntar algo de dinero para su subsistencia. Y el hambre descomunal que producía la inocencia ahora que se había recuperado casi por completo no ayudaba mucho a conservar el dinero intacto.
Aprovechando esto, Nea abrió una puerta del Arca que tenía como destino una ciudad cercana al desierto en el que estaba establecida la sede norteamericana. Al ser el maestro absoluto del Arca, Nea podía ir al lugar que quisiera casi sin ninguna limitación, bastaba con una imagen o una descripción bastante detallada de ese lugar y el Arca lo llevaría hacia allí.