—El me gusta.
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La afirmación fue clara y llena de confianza. Y es que no podía ser de otra forma.
Lo vio por primera vez el primer día de clases durante el recorrido que le daban a los alumnos de nuevo ingreso, no diría que le tomo mucha importancia, solo paso por su costado ignorando a todos. ¿Que si le llamo la atención?, bueno, una mata de pelo verde no era algo que se olvidara tan fácilmente, menos aún si era natural. Sí, su primer encuentro fue realmente poco memorable, pero las cosas no terminaron ahí.
De forma obligatoria debía elegir algún taller artístico a parte de sus clases normales. Su primera opción era teatro, por el simple hecho de que una clase donde podría hablar a gritos bajo la justificación de que todos te escuchen le convenía a su carácter, sin embargo todas las clases de teatro que podían entrar en su horario se llenaron antes de que pudiera inscribirse. Luego de eso optó por pintura, escultura e incluso coro pero había tardado tanto para ese entonces que no había ningún solo taller que tuviera algún espacio.
Resignado a eso fue a pedir ayuda a dirección y lo anotaron en la única clase que no estaba llena. Grabado, no tenía ni la más mínima idea de que era eso pero supuso que cualquier cosa era mejor a reprobar el año entero solo por no poder inscribirse a un taller inservible. Entró a su primera clase bastante desganado, pero al abrir la puerta lo primero que sus ojos se toparon fue un chico con pelo de arbusto.
No supo porque pero una parte de él sintió una curiosidad enorme por saber más sobre él. Parecía ensimismado. Ignoraba absolutamente a todo y a todos, nada parecía importarle más que la clase. La mirada verde del chico recorrió el salón inspeccionando todo, justo en el momento en que se posó sobre él su corazón dio un brinco y fue en ese entonces que supo que estaba perdido.
Sin embargo él no lo miraba, parecía que ni siquiera se había dado cuenta de su presencia, detestaba que las personas lo ignoraran, lo admitía, le gustaba llamar la atención. Se dijo a sí mismo que no quería ser ignorado y menos por él. Así que hizo lo que mejor sabía hacer para llamar la atención. Ser el mejor. Se propuso a sí mismo que no había nadie en esa clase que fuera mejor que él y de esa forma el chico de pelos verdes posaría su mirada en él sí o sí. Una vez tomada la decisión pensó que si quería ser el mejor debería por lo menos saber en qué consistía la clase ya que no había puesto atención a la maestra y hasta ese momento seguía sin saber que se hacía en "grabado".
Resultó que la materia de grabado se hacían grabados. Una parte de él se sintió fatal por llegar a esa absurda conclusión. De manera más específica con ayuda de punzones y cuchillas tenía que tallar en placas de madera, acrílico o metal alguna imagen para luego entintar la placa y estampar la imagen en una hoja de papel como si fueran sellos.
Entonces comenzó a esforzarse, la primera vez que la maestra les pidió grabar algo el chico de pelo verde se encontraba sentado frente a él. No tenía ni la más mínima idea de que grabar, miró hacia enfrente y contemplando los rizos de ese chico no pudo pensar en nada más que un frondoso bosque. A partir de ese entonces supo hacia donde estaban dirigidos todos su trabajos. Sin embargo a pesar de todos sus esfuerzos él siguió ignorándolo.
Días más tarde fue a la biblioteca, buscaba un lugar tranquilo donde estudiar y poder escapar de el trío de chicos que sin consultarlo se le habían pegado como chicles diciendo ser sus amigos. Camino hasta el fondo de la biblioteca asegurándose que sus "amigos" no lo siguieran y llegó a una zona con mesas únicamente para dos personas. Inspeccionó el lugar, en el segundo piso justo detrás de las estanterías, considerando que sus amigos apenas ponían un pie en la biblioteca era el lugar perfecto para ocultarse, también era un lugar silencioso, se notaba a leguas que solo los nerds estaban ahí, pero, lo que lo convenció de quedarse ahí fue esa mata de pelo verde que se encontraba en la esquina. Definitivamente ese era el lugar perfecto para estudiar durante sus horas libres.
Un lunes se encontraba corriendo hacia su clase. Se le había hecho tarde todo por culpa de Kaminari, Kirishima y Mina que habían insistido en ir a jugar hockey de mesa durante la hora libre que tenían debido a la ausencia de su maestro. Comúnmente no le importaría llegar tarde a una clase y menos a una de arte, pero llegar a tiempo le aseguraba poder escoger un lugar cerca del pecoso. Sin mirar bien el camino chocó con alguien justo en la puerta del salón.
Si por su carácter fuera habría gritado, insultado y amenazado al causante de ese accidente aun sabiendo que era él quien no estaba prestando atención a su camino, pero antes de que pudiera hacer algo su mirada chocó con una de ojos verdes y sintió como el tiempo se detuvo. El otro chico lo miró como si fuera la primera vez que lo hacía —muy probablemente era así— se quedaron segundos eternos contemplándose hasta que el chico de pelo rizado sacudió su cabeza murmurando un disculpa y entró al salón.
A partir de ese momento sintió como la actitud del chico cambió, como si se hubiera dado cuenta por primera vez que estaba vivo. Comenzó a participar más en clase y se esforzó más en todo lo que hacía, lo vio hablar con el resto de sus compañeros pero le causo bastante molestia que no le dirigiera la palabra a él. Noto que él también tenía talento para el grabado, atardeceres, explosiones, fuegos artificiales. Pronto se volvió una competencia silenciosa de quien hacía el mejor trabajo, y , a pesar de eso ellos no se habían acercado ni un poco.
Siguió yendo a la biblioteca siempre que quería algo de espacio, a pesar de haber coincidido bastantes veces el peliverde ni siquiera había notado su presencia. Una tarde lo encontró en el área de química tratando de alcanzar un libro, de haber sido alguien cualquiera lo habría ignorado para concentrarse en sus deberes, en cambio al tratarse de él no pudo evitar tomar el libro que trataba de alcanzar y dárselo no sin antes de marcharse murmurar —Deku—. El insulto salió solo, quizá era por la costumbre o porque por alguna razón sintió que le quedaba, no conocía su nombre, en la clase nadie se había presentado y ya se estaba cansado de llamarlo ojos verdes o cabello de arbusto para referirse a él.
El año terminó con ambos sacando una calificación perfecta en la materia y continuando sus visitas a la biblioteca pero sin ningún avance entre ellos. Resignado decidió que para su siguiente año de se inscribiría en otro taller a tiempo, si era honesto consigo mismo tallar pequeños detalles en madera usando pequeñas cuchillas era agotador, además si su intención era seguir viendolo aún le quedaba la biblioteca.
El primer día de su nuevo año no pudo evitar sonreír cuando vio entrar al salón una mata de pelo verde, el chico lo miró nervioso y saludo con su mano tímidamente.
—Hola, Deku —saludó aún cuando nunca saludaba a nadie, el acto no pasó desapercibido para ninguno de sus amigos.
—¡Aahhhhhhh! —. El grito chillón de Mina no se hizo esperar una vez Katsuki le hizo esa pequeña confesión respecto al chico de pelos rizados.
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🌠Reb
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Encuentros
FanfictionLa primera impresión que Izuku tuvo del rubio cenizo tal vez no fue la mas relevante, caso contrario a Katsuki que se enamoró del pecoso en un instante. La perspectiva de los dos respecto a sus primeros encuentros. Un encuentro, un momento, un detal...