Otra perspectiva.

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Ella y Mina habían formado algo sí como "El club para hacer que sus amigos ciegos estuvieran juntos". Cuando conoció a Mina ella llegó directamente a ella y sin rodeos le dijo.

—A mi amigo le gusta tu amigo—. Señalo al rubio de ojos rojos y no hizo falta que le explicara qué se refería a Izuku pues era el único amigo con el que había estado. Tan pronto ella dijo eso Uraraka no pudo evitar sonreír y comenzar a hablar con ella sobre sus teorías respecto a los sentimientos de su amigo. Al instante las dos congeniaron formando una verdadera amistad con el objetivo común de hacer que sus amigos eran felices.

Las cosas eran simples. A Bakugou le gustaba Izuku, y muy probablemente el sentimiento era recíproco pero su amigo no quería admitir nada, y no podía decirle nada de Katsuki hasta que lo admitiera, a ella y a sí mismo. Así que era el deber de ellas lograr que él aceptara algo por el rubio y luego hacer que se volvieran una pareja.

Claro que mientras la idea de Mina era encerrarlos a ambos en un cuarto y obligarlos a besarse Uraraka decidió, por el bien y la integridad de su amigo, que deberían ir un poco más lento y agradeció que Mina hubiera decidido hablar primero con ella porque tendía a ser un poco extremista. A regañadientes ella aceptó que hacer algo como eso solo ahuyentaría a Izuku y acordaron empezar por cosas más simples que fueran uniéndolos poco a poco.

Lo primero que hicieron fue tratar de acercar más a sus grupos de amigos. Las dos chicas aprovechaban cada oportunidad, cada hora libre, cada trabajo en equipo y cada tarea para estar juntas y de esa forma que ellos dos también lo estuvieran, sin embargo a penas y los veía hablar o siquiera dirigirse la mirada.

También cambiaron el acomodo en la forma de sentarse, Ochako le pidió a Izuku que se sentaran en el extremo izquierdo con el pretexto de que le gustaba estar cerca de la ventana. Mina por su parte obligó a los tres chicos a sentarse una fila más adelante argumentando que desde atrás no podía ver el pizarrón. De esa forma Izuku y Bakugo estaban sentados uno enfrente del otro, pero ambos sólo parecían enfocados en la voz del maestro y en estudiar. Porque sí, los dos eran igual de nerds, cada uno a su manera pero nerds.

Nada. Ningún avance o algún acercamiento. Parecía que no tenían interés en convivir uno con otro y Ashido se sentía desesperada. No le gustaba esperar y sentía que las cosas iban lento, Ochako trataba de explicarle que solo había pasado una semana y que no podía esperar cambios en tan poco tiempo, y justo cuando Mina estaba a punto de tomar medidas un poco más extremas algo ocurrió.

—¡Kacchan!—. Nadie sabía de dónde había salido ese apodo cuando nunca los veían convivir entre ellos sin embargo el pecoso comenzó llamar a Katsuki con ese mote tan cariñoso y la reacción de él, a diferencia de lo que sé podía creer era bastante tranquila, es más Uraraka podía asegurar que un pequeño sonrojo se instalaba en sus mejillas cada vez que escuchaba ese nombre. Él también le tenía un apodo a su amigo "Deku" en realidad Bakugou lo había usado desde el primer día de clases y más que un apodo parecía un insulto, pero de forma tan tranquila que le hacía pensar que había alguna razón especial para esos apodos.

El miércoles de su segunda semana de clases tendrían su taller por primera vez. Era la única clase en la que estaban separados ya que cada quien elegía su propio taller de acuerdo a sus gustos. En esta ocasión iría a fotografía, decidió inscribirse con su amigo ya que el año anterior parecía no haberla pasado muy a gusto.

Lo primero que ella vio al entrar al salón fue a un grupo de dos chicos y una chica sentados en el rincón mientras esperaban la llegada de su maestro. Al instante se dirigió a la peli-rosa pero antes de que ella pudiera preguntar algo ella respondió.

—Bakugo no está aquí, no quería que lo siguiéramos así que no nos dijo a qué club se inscribió—habló adivinando su pregunta. —Nosotros nos metimos aquí porque nos comentaron que era la clase más fácil de pasar. — Uraraka asintió, después de todo no era necesario que los dos estuvieran juntos todo el tiempo. Escucharon la puerta abrirse y todos voltearon al frente para recibir al profesor.

Si esa no era una señal del destino que los obligaba a estar juntos entonces Uraraka no sabia que podía serlo. Claro su amigo no creía en cosas del destino, si se lo comentaba de seguro diría que no era más que una simple coincidencia, y probablemente lo era pero debían aprovechar esas coincidencias.

Lo primero que hizo Bakugo fue ver a su grupo de amigos y al instante empezó a insultarlos por haberlo seguido, segundos después su mirada carmesí se topó con la de Izuku y como por arte de Magia pareció tranquilizarse. Mientras el grupo de amigos estaban atónitos por su repentino cambio de actitud Uraraka no podía evitar pensar que Izuku no era consciente del poder que tenía sobre esa bestia malhumorada.

Las cosas siguieron igual. Cada uno estaba por su lado enfocándose en los exámenes y el estudio, si uno sacaba 9 en una prueba el otro sacaba 10, si uno participaba el otro lo hacía dos veces. Parecía una competencia eterna entre quien era el mejor, apenas hablaban entre sí pero cuando lo hacían hablaban de forma tan confiada y fluida que parecía que era algo normal entre ellos y eso era algo que ninguno de sus amigos se podía explicar. O era así hasta que entró por primera vez a la biblioteca.

Decir que entraba por primera vez era una exageración, por supuesto ya había pasado antes a la biblioteca, pero solo de forma superficial y únicamente en el primer piso de esta. Esta vez tenía que hacer una investigación más profunda así que no le quedó más opción que ir al segundo piso y vagar entre las estanterías del fondo precisamente en el área de Química. Fue ahí cuando los vio.

Estaban sentados uno a lado de otro en una mesa. A pesar de que no podían hacer ruido se les veía hablando entre susurros muy animadamente, nunca había visto a Izuku hablar tan tranquilamente con alguien y por su parte Bakugo parecía haber olvidado su actitud gruñona y malhumorada. Parecían estar ayudándose a hacer la tarea, tenían montones de libros en la mesa y uno leía mientras el otro redactaba. Uraraka sonrió alegre, tal vez, después de todo, no era necesaria su intervención para que ambos se acercaran.

Decidido dejaros por un momento, no quería ser descubierta ya que esas pequeñas reuniones parecían ser secretas, sin embargo no pudo evitar volver al mismo lugar otros días después de la escuela o en horas libres cuando ambos desaparecían para confirmarlo, esa era su rutina del día. En una ocasión, una semana después de que los vio juntos por primera vez no los encontró en el mismo lugar de siempre, no le alarmó en un primer momento no tenían que estar ahí siempre, pero volvió a ir ocasionalmente a verlos para darse cuenta de no habían vuelto a reunirse, o al menos no ahí.

Comenzó a alarmarse, ¿la habían visto?, ¿sé habían dado cuenta de que los observaba y decidieron cambiar de lugar?, ¿habían discutido?, ¿o simplemente habían decidido hacer algo más? No estaba segura de nada porque aunque no estaban en la biblioteca ambos se desaparecían en los mismos momentos. Esto daba como resultado un Ochako preocupada que daba rienda suelta a su imaginación.


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🌠Reb

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