Déjame ser tu mundo

10: No nos conocemos

Sicalipsis: Significa malicia o picardía referente a temas sexuales.

Apocalipsis = Sicalipsis.

Vaya juego de palabras, ¿no?

Respira Kistune, respira. Es algo de todos los días y lo sabes. Los jóvenes lo practican toda su vida y tú no naciste del espíritu santo, ¿no? Además, sufres el celo cada seis meses y en algún momento tendrás que calmarlo con alguien, ¿no?

¿No?

Mierda.

—¡Kitsune!—llamó mi atención Zina pasando su mano frente a mis ojos—¿Estás bien?

Y volví a la vida. La música volvió a invadir mis oídos y mis ojos siguieron captando las luces del techo. Miré a ambas chicas.

—Sí—asentí—. Solo fue la sorpresa...

Zina vaciló.

—Si quieres... podemos hablarlo en otro momento, ¿bien? —me ofreció y yo volví a asentir—Es mejor. Así podrás asumir la información sin problemas. Ahora, ¿Te gustaría que sigamos bailando o te gustaría sentarte?

—Me gustaría sentarme un rato, ¿Está bien?

—Claro, vamos.

Volvimos a nuestros asientos.

Me quedé quieto por un momento mientras que Lynae salía por algunos refrescos y Zina se quedaba a mi lado.

¿En qué estoy metido?

—Kistune—me habló la pelinegra—¿Está bien si te digo Kit?

Sonreí ligeramente hacia ella, al parecer está intentando distraerme.

—Claro no hay problema—asentí.

Al rato después Lynae volvió con refrescos, y claramente, el mío no era alcohol.

De a poco, ellas hablaron de cosas más triviales. Me hacían reír de experiencias graciosas tanto dentro como fuera del antro. Ni idea cuánto tiempo pasó, pero de la nada, Gabe y Doll ya habían vuelto antes de lo previsto.

—¿No se supone que ibas a volver a las cinco? —Le preguntó Zina con una malévola sonrisa. Gabe frunció sus labios.

—Fue más rápido de lo que creí—dijo sin más—. Oigan, contesten esto con sinceridad, ¿bien? ¿Qué es lo más bonito de mí?

Las tres chicas se quedaron en silencio adquiriendo expresiones de concentración, como si buscaran la respuesta en el interior de sus mentes. En cambio, yo simplemente me quedé esperando a que contestaran junto a curiosa mirada de Gabe.

—¿Tu cabello? —opinó Lynae al fin.

—Puede ser, tus rizos son tiernos—Le siguió Zina.

—Eh...—murmuró Doll—¿tu sonrisa?

—¿Por qué contestan con tan poca sinceridad?—se quejó apretando sus labios y se giró de golpe hacia mí, apuntándome con su dedo indice—¡Kistune, contesta! ¿Qué es lo más bonito que tengo?

Por la sorpresa, salté levemente en mi asiento y lo observé como conejo encandilado. 

Esa no me la esperaba.

—Bueno...—empecé a pensar con cierto nerviosismo—No es que sea algo físico, pero el aura que das es de mucha confianza.

Gabe acarició su mentón.

—¿En serio?

—¿Y por qué esa pregunta? —cuestionó la pelimorada—¿Acaso alguna chica te dijo algo?