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Alison suspiró mientras llevaba su cabello lejos de su cara. Su escuela, y toda esa gente superficial que había en ella la hacían sentirse enferma y agotada con tan solo respirar. Con sus padres, nada era mejor. Nunca le prestaban atención y la dejaban siempre a cargo de su hermana mayor Rosie, convirtiéndola en su esclava hasta que llegaran de trabajar.

La campana sonó, anunciando que era hora de ir a casa, y Alison, no estaba segura de si eso era algo bueno, o todo lo contrario. Pero cuando escuchó, que su psicótico maestro de matemáticas, el Señor Greenwood gritaba. -No dejen que los padrinos mágicos se interpongan en su camino.- Alison decidió, que el hecho de ir a su casa sería algo menos estresante.

Alison emprendió el mismo camino de siempre a casa: girar a la izquierda, izquierda, izquierda, derecha, izquierda, adelante, izquierda, derecha, derecha y por fin... esa puerta color marrón.

Pero hoy, Alison encontró algo diferente en su camino, una pequeña botella de cristal que tenia impresa en una etiqueta: Ábreme para encontrar la felicidad. Y Alison, como la curiosa y estúpida adolescente que era... le hizo caso.

(...)

Una gran nube de humo color morado pasó por todo su alrededor, mientras todo, excepto ella, literalmente, se detenía. Escuchó un ligero tintineo de campanas y del polvo unos destellos salieron. El aire se impregnó de un olor a dulce, como algodón de azúcar y a fresas con crema también, sus dos cosas favoritas en la tierra.

Alison cerró los ojos cuando vio una nube morada explotar y se encontró reteniendo un grito cundo los abrió y visualizó a dos muchachos, aproximadamente de su edad enfrente. Usaban ropa tipo punk/rock y portaban un par de alas, casi invisibles.

Uno de ellos, tenia el cabello rosa y ojos azules, era tan alto como un rascacielos. Por supuesto, a Alison le encantaba exagerar, pero si era alto. Sus vaqueros eran ajustados y oscuros, usaba vans negros y una playera blanca. El otro, era ligeramente más bajo, portaba cabello y ojos verdes. Igual usaba jeans ajustados y oscuros, la diferencia de que él usaba tanques negros y usaba una gran playera roja.

-¡Hola!- dijo el segundo de ellos. El de cabello rosa tenia una cara traer un muy mal humor, mientras que el chico de cabello verde lucia emocionado. -¡Soy Luke!- dijo el rosado. -¡Y yo soy Michael!- se presentó el segundo. .Y somos....

-Tus padrinos mágicos.

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*Lo se... lo se. Tengo problemas mentales al escribir algo como esto. Pero Los padrinos magicos, como podran ver es una de mis caricaturas favoritas. Algo infantil a mis 20 años, pero no me importa. Esta es una historia un tanto peculiar. De verdad, espero que les guste, y si es asi, dejenmelo saber. Agradeceria su apoyo, con votos y comentarios. *

Padrinos Mágicos *5sos* Terminada. 《EN EDICIÓN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora