0. Bromas Hirientes

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 La rubia estaba terminando de preparar y servir la cena. Todas las comidas favoritas de Ayato estaban puestas en la mesa, a cada una le puso su corazón y esmero.

Ayato luego de su casamiento, empezó a trabajar como asistente parlamentario. Ambos empezaron a vivir juntos, mientras él trabajaba, ella hacia las tareas de la casa.

Aunque le gustará valerse más por sí misma, y trabajar... sabía que él no la dejaría.

"Eres una mujer, solo encárgate de ordenar y cocinar", le decía él siempre y luego la besaba dulcemente.

Escucho como el portón delantero era abierto, y para su suerte, ya había terminado de poner todo en la mesa. Se sacó su delantal, y corrió para recibirlo en la entrada. En cuanto él cruzo la puerta, solo pronunció una frase.

─ Hola, Chichinashi. ─Esa típica sonrisa sádica apareció, esa que le daba cuando la torturaba.

 Yui se quedó de piedra, su labio inferior empezó a temblar, sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas, y miles de recuerdos llegaron a su mente. Las escenas de cuando él la golpeaba, la azotaba, lastimaba su espalda, la insultaba con ese apodo... todo volvió. 

 Una risa la hizo volver a la realidad. 

─ Dios, Yui, eso fue demasiado gracioso. ─Riendo, se acercó a ella. Sus dedos recorrieron de su mejilla a sus labios, y la tomó de la barbilla, haciendo que lo mire a los ojos. 

 Esos ojos verdes, esos la hacían perderse, la enamoraban, le encantaban. Justo como ahora.

─ Amor... ─susurró─ Sabes que nunca te volvería a llamar así, solo fue una simple broma. ¿Sí? 

─ Lose. ─Ella asintió. Quito su mano de su barbilla y entrelazo sus dedos con los de él. ─ Sabes que ese apodo me trae malos recuerdos...

 Yui se alejó un poco, suspiró, y sacudió la cabeza para alejar todos esos malos recuerdos. Luego volvió a sonreír.

─ Ven, la comida ya está lista. 

 Yui tomó la mano de Ayato, guiándolo hacia el comedor. Al llegar, miro la expresión de él. Esperaba algo bueno, puesto que demoró todo el día haciendo la comida. Pero él solo se sentó, sin comentar nada. 

Tal vez solo estaba cansado... ¿Verdad? 

 Intentó volver a poner buena cara, que él no haya opinado nada no significaba que algo estaba mal. 

 Yui tomo asiento frente a él, sirvió la comida y empezaron a comer. Ella lo miraba de reojo, mirando como él degustaba la comida. Entonces... Él tomo una servilleta y se sacó la comida de la boca. 

─ ¿Huh? ¿Esta algo mal? ¿Demasiada sal? ¿Muy amargo? ─Yui se apresuró a preguntar rápidamente. 

─ No es eso. ─Ella inclinó la cabeza, confundida. ─ Es solo que cocinas como la mierda. Tu comida es y será un asco. Todo lo que tienes de bueno es tu sangre.

 Dejo caer el tenedor, el sonido hizo eco por todo el silencioso comedor. Estaba boquiabierta, era imposible evitarlo, él nunca... nunca le había dicho eso. 

─ ¡Hahaha...! ─Ayato volvió a reír─ ¿Cómo es posible que no me guste la comida que prepara mi bella esposa? 

─ Lo siento... es que tus palabras parecían tan realistas. 

 Ayato volvió a acariciar su mejilla, intentando tranquilizarla.

─ Sabes que nunca te haría daño, eres lo mejor que me ha pasado. 

 Yui sonrió. Al fin y al cabo, eso era verdad.

¿No es así? 

Violentómetro || Ayayui / ReiyuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora