16. Empujar, Jalonear.

175 19 2
                                    

─ Eleonor... ¿Qué es el amor? ─La pequeña niña le pregunto a la joven novicia sin mirarla, ella solo se limitaba a recoger flores. 

─ ¿El amor...? ─Soltó una risa nerviosa─ Bueno, hay tres tipos de amor. ─Eso capturó la atención de la niña. 

─ ¿Tres tipos? ¿Cómo? ─Sus ojos color rosa miraron fijamente a la joven que la cuidaba. 

─ Así es pequeña. El primero, el amor que sentía tu madre por ti, el amor que la llevo a dar su vida por ti, el amor de un padre o una madre a su hijo. ─Acarició la mejilla de la pequeña─ El segundo, es el amor que le tienes a un amigo, alguien con quien contarás siempre y sabes que nunca te fallará. Y, por último, el amor más poderoso... el amor verdadero. 

─ ¿Amor verdadero? ─Ella frunció el ceño. Su padre nunca le contó de ese amor. 

─ Así es pequeña rosa, el amor hacia otro ser, uno mucho más fuerte que el segundo amor. Te darás cuenta con solo una mirada te sonrojes, quedes indefensa, cuando... serías capaz de dar tu vida por aquella persona. ─La joven Eleonor miró a la distancia. 

─ ¿Te has enamorado, Eleonor? ─La novicia la miro estupefacta. 

─ Todos nos hemos enamorado en algún momento, yo también lo he hecho. Pero renuncié a él. ─La mirada de ella se volvió lúgubre. Antes de que la pequeña pudiera preguntar, la joven novicia se retiró sin dar otra palabra. 

─ Amor... Parece doloroso. ─Quién diría que una niña supiera esa simple verdad.

 La joven niña se retiró del jardín, con un ramo de rosas en mano... para la tumba de su madre. 

...

 Aquella joven rubia se encontraba leyendo, solo leía novelas románticas. De golpe, se levantó bruscamente y tiro el libro. 

─ ¿Joven rosa, se encuentra bien? ─Preguntó la novicia de cabellos albinos. 

─ ¡No! ─Tomó sus cabellos con sus manos, tirando de ellos─ ¡No lo entiendo! 

─ ¿Qué no entiende señorita? ─Eleonor intentaba calmarla. 

─ ¡El amor! ¡Parece algo tan bello, doloroso, hermoso, agonizante! ¡Pero no lo entiendo! ─Se dejo caer al suelo de rodillas. 

 Un hombre de cabellos negros entró en el cuarto, se sorprendió al ver a su hija en el suelo, rápidamente se agachó junto a ella y miro a la novicia. 

─Te dije que la cuidaras.  ─Tocó un nervio de la joven rubia, haciendo que caiga dormida al instante. ─ ¡Te dije que la alejes del amor!

─ L... lo siento señor. Pero... ─Trago en seco y tomó valor─ ella merece conocer el amor. Merece amar a alguien, sé que usted no quiere que ella sufra como su madre... pero- ─Un golpe en su mejilla la hizo callar. 

─ ¡Su madre se enamoró de un vampiro! ¡Su madre le dio su hija a un vampiro para que sirva como experimento! ¡Por su madre ella tiene el corazón de la hija del Señor Demonio! ¡Y, por el amor, ella está condenada! ─Le gritó, no podía controlar su furia. Volvió a golpear la mejilla de Eleonor y se retiró de la habitación, cerrando la puerta de un portazo. 

 Eleonor tomó a la joven rubia y la dejo en su cama. Le dejo una nota en la mesa de luz y se retiró... para nunca más ser vista por la iglesia. 

La joven rosa lloró por toda una semana, no podía aguantar la pérdida de su mejor amiga y cuidadora... Y no podía aguantar la verdad que había escuchado. 

Violentómetro || Ayayui / ReiyuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora