17. Cachetear.

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 Iori me observa, una de sus piernas encuentra esposada a una pared, sus ojos demuestran miedo... miedo que le mire. 

— ¿Iori? —Vuelvo a preguntar. Él baja la cabeza, sí, definitivamente era él. 

 Intento acercarme, pero el dolor de mis piernas no me lo permitían. Recuerdo que había caído por unas escaleras, y que seguramente me he roto algunos huesos. 

 Suspiro lentamente y tomo aire, preparándome para el dolor que se viene... y lentamente me arrastro hacia él. Y, a medio camino, una especie de barrera invisible me impide el paso. 

— ¡Iori! ¿Eres tú? —Mis ojos intentan encontrarse con los de él, pero solo desvía la mirada. 

— Soy... soy un monstruo... ¿No lo ves? —Murmura, las lágrimas se acumulan en mis ojos. Mis ojos se abren de la sorpresa, sé que él no es eso... 

— ¡No! ¡No puedo verlo y no me importa! —Poso mis manos en esa barrera— Te amo... Te amo, Iori... —Aquella confesión se escapa de mis labios— Creo... creo que también eres el único que me ha demostrado el cariño y amor... 

 Esta vez él me mira, deja que mis ojos se conecten con los de él, el rosa y el rojo se funden en un solo color y crean una sinfonía de emociones.

 Mis dedos tiemblan sobre la barrera... No... creo que mi corazón late tan rápido que hace temblar mi cuerpo... Cierro mis ojos, y cuando menos me lo espero, veo que el presiona su mano sobre la mía. 

— También te amo, Yui... —Su voz es diferente, pero... no es desagradable. 

 En mi rostro se forma una débil sonrisa, y las lágrimas bajan por mis mejillas... siento que el corazón se me sale. Dejo caer mi frente sobre la barrera y él hace lo mismo... Estamos tan cerca... y tan separados. 

— Aww... Que tiernos se ven... —Una voz burlesca suena detrás mía. Ayato... 

 No me giro, tengo miedo, pero Iori se aleja de mí. 

— ¡Aah! —Un grito de agonía sale de mis labios al sentir como Ayato tira de mis piernas, siento como los huesos se separan cortando mi piel, me dejo arrastrar por el dolor.

— Eres tan tierna, Chichinashi... ¿Por qué no lo fuiste así conmigo? —Frunzo mi ceño— Oh, ¿Acaso me dices que es mi culpa? 

— ¿Acaso no lo fue? —Me maldigo por dentro... no debí haber dicho eso... 

 A los segundos, mi rostro está mirando hacia otro punto, mi mejilla derecha arde y mi vista se nubla aún más... Ayato me ha golpeado. 

— ¿Ves a lo que me refiero? —Suelto una risa— Por eso no te amo... y nunca te ame... 

 Lo vi, por unos segundos, pero lo vi... Mis palabras lo destrozaron por unos segundos. Recibo otra cachetada, pero no me importa... Quiero hacerlo sentir una mierda, tal y como él me hizo sentir. 

— Oh, ¿Solo harás eso, Ayato-kun? Solo sabes golpearme, porque digo la verdad, eres un idiota que nunca, repito, ¡Nunca será amado! 

 Los golpes van y vienen, dejando aún más marcada mis mejillas, pero me da igual, sé que lo he lastimado. 

— Te... te arrepentirás de eso, Chichinashi. —Me suelta y, antes de irse, me encarcela a una pared, impidiendo que llegue a Iori. 

 Si hubiera sabido lo que luego ocurrió... nunca lo hubiera desafiado. 

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Capítulo aún no publicado en amino, considérense especiales, ya que no planeaba subirlo aún. 

Violentómetro || Ayayui / ReiyuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora