Las cosas nunca empiezan, ni nunca acaban, estas acaban solamente porque nosotros queremos darle un cierto fin, ya sea de felicidad o doloroso.
Me remonto unos cuantos años atrás cuando las cosas eran como se suponía que debían ser.
El calor era tan amable en mi bella Australia, vivía en New Castle dónde la playa te regalaba lo mejor de sí y el sol casi nunca se escondía.
Pero lo mejor de ese lugar era mi familia.
El amor de mis padres era inocente; ellos eran como dos novios muy pasionales y entregados a lo qué hacían día con día y a ellos mismos. Tenían un amor qué lo soportaba todo; peleas tanto sencillas como explosivamente terribles, problemas de la vida cotidiana, acoplamiento mutuo, indiferencias, celos, carencias...todo.
Tenían un amor que no tan fácilmente terminaría, o al menos eso creían.
ESTÁS LEYENDO
"Almas perdidas"
RomanceVenimos a este mundo a ser felices, pero antes de encontrar esa felicidad puedes perderte muchas veces. Todos los derechos reservados.©