SOLOS

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Lo había atribuido a los nervios —la crepitante electricidad que lo había invadido desde que el príncipe había caminado dentro del baño. El frío con el que había estado peleando por más de una semana que lo dejaba congestionado y con una nariz cosquillosa. También interfería con su sentido del olfato.

La esencia de los hombres lobos había sido abrumadora, mayormente porque habían sido muchos de ellos en un lugar muy pequeño. Por eso, no tenía problemas identificándolos una vez que su confusa borrachera se había disipado. Aunque la dulce e intoxicante esencia de la sangre del príncipe Kim era sutil, y hasta que se cortó su pulgar había estado escondida debajo de la seductora fragancia de su colonia.

Una vez que el líquido rojo escapó de las venas de Taehyung, la esencia golpeó a Jimin como un rayo en el pecho. Las ansias que había estado sintiendo eructaron en un torbellino de emociones que hicieron vibrar su cuerpo y casi hacen que se ponga bizco.

Tampoco era sólo la atracción carnal que sentía en la superficie. Se enterraba muy dentro de él, envolviéndose alrededor de su propia alma y asentándose ahí como si pensara que Taehyung siempre hubiera sido una parte de él que no sabía que estaba ahí. Mientras su cerebro se sentía como si aún estuviera flotando en una piscina de alcohol, su pantera arremetió contra él, gritando por ser libre.

«Pareja».

El príncipe Kim Taehyung, heredero del trono de la raza de los vampiros, era su pareja. Todo de esa deliciosa, suave y acanelada piel estirándose sobre su pecho desnudo, encerrando esos hermosos músculos, le pertenecía a Jimin.

—¡Mío!

Disparado de los cojines como si tuviera un resorte en su trasero, Jimin se lanzó a través de la mesa, y aterrizó en el regazo de Taehyung tacleándolo contra el duro piso de madera. El inesperado calor saliendo de Taehyung lo inundó, haciéndolo ronronear de alegría.

Un profundo murmullo tembló en su pecho, llenando sus labios partidos mientras frotaba su rostro contra el pecho de Taehyung y a lo largo de su garganta. Se apartó y retrocedió, contoneándose sobre su pareja, cubriendo cada centímetro que pudiera alcanzar con su esencia, marcando al vampiro como propio.

Un par de jadeos, un gruñido e incluso pequeñas risitas llegaron a sus oídos, pero los ignoró. De hecho, todo dejó de importar excepto el hombre debajo de él. Frotándose y ronroneado, hizo su camino hacia lo bajo del torso de Taehyung, deslizando sus palmas por toda la maravillosa piel, aprendiendo cada cuesta y curva de sus músculos.

No fue hasta que se sentó y su trasero se encontró con la dura montaña montada en el zíper de Taehyung que la razón finalmente regresó a él. Alzando la cabeza rápidamente, se encontró con la mirada de su pareja y tragó saliva fuertemente ante el deseo que ardía en esos profundos ojos amatista.

Su pareja. El príncipe era su pareja. ¿Qué demonios se suponía que iba a hacer con una pareja?

Bajándose lentamente del hombre, logró que sus piernas quedaran enredadas y se cayó al suelo; golpeándose en el proceso la frente con la orilla de la mesa redonda para café. Haciéndose un ovillo, presionó su palma contra su dolorida frente y gimió cuando la bilis subió por su esófago por el dolor abrasador.

Oh, estaba haciendo una maravillosa primera impresión. Primero había vomitado los zapatos del hombre. Después prácticamente lo había acosado. Finalizó la lista con actuar como un torpe y completo perdedor. Ahora, era probable que vomitara otra vez. Por Dios, ¡lo estaba haciendo excelente!

Sus amigos lo llamaron por su nombre preocupados, y él escuchó sus movimientos mientras se apresuraban a atraparlo. Aunque ninguno de ellos era más rápido que Taehyung. Rápido y hábil, el príncipe rodó una vez y se levantó sobre sus rodillas, cubriendo a Jimin con actitud protectora mientras acariciaba su cabello para consolarlo.

DISEÑOS -VMIN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora