CONFESIONES

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Después de una rápida parada en la tienda para comprar los ingredientes que necesitaba para preparar una cena especial para su pareja, Taehyung se estacionó enfrente de la casa de Jimin. Una casa de dos pisos con muchas ventanas, una cochera para un carro y un agradable y de buen tamaño patio trasero rodeado por una cerca de privacidad, era por excelencia una casa de los suburbios de la clase media.

Tal vez fue la mecedora de dos personas. Pudo haber sido el pequeño jardín de piedra con la banca de piedra que estaba colocada frente al porche de la entrada. O tal vez era solo el hecho de que Park Jimin vivía ahí. Lo que fuera que sea, Taehyung decidió que la casa de su pareja, parecía invitarlo y era acogedora, en algún momento se pudo imaginar a sí mismo si tuviera un apellido diferente y además un diferente futuro frente a él.

Sacudiendo la melancolía de las cosas que no podía tener, Taehyung tomó sus bolsas de la tienda, salió de su Jaguar y siguió los escalones de piedra hasta la puerta principal. Tocó el timbre, y metió su mano dentro de su bolsillo, moviendo sus hombros contra el brutal frío viento.

—Taehyung, ¿eres tú? —Jimin gritó de algún lugar dentro de la casa.

—Si.

—Está abierto. —Esta vez sonaba lejos, mientras se movía dentro de la casa.

Bueno, eso era agradable. Desgraciadamente, eso no significaba nada para Taehyung. Sin una invitación real, no podía pasar por la puerta.

—¿Chim?

Un minuto después la puerta finalmente se abrió, con Jimin parado ahí con un ceño fruncido en su cara por la confusión. —¿No me escuchaste? Está congelado aquí afuera. —Se hizo a un lado, obviamente queriendo que Taehyung entrara.

Aun así, no había dicho las palabras. —Necesito una invitación.

—Oh. —Los ojos de Jimin se pusieron en blanco en entendimiento—. Lo siento, Taehyung. Por favor, entra. —Dando un paso por el umbral, Taehyung suspiró en alivio de que el bendito calor lo envolviera—. Gracias.

—Entonces, ¿es por eso que me decías que no invitara a nadie a entrar? Te aseguro que eres el único vampiro que conozco. —Jimin tomó las bolsas de papel que llevaba, y lo guio por un pequeño pasillo a una acogedora y pequeña cocina. Cuando Taehyung no le contestó inmediatamente, Jimin colocó las bolsas en mostrador y cruzó sus brazos frente a su pecho—. ¿Y bien?

—No son sólo los vampiros de lo que te tienes que preocuparte. —Todos los paranormales necesitaban una invitación en las casas privadas. ¿No sabía eso Jimin?—. Tengo enemigos, Chim. Todos con poder los tienen. A esos enemigos les gustaría más que nada tener poder sobre mí o destruirme. Lastimándote cumplirían ambos objetivos con facilidad.

—Casi no me conoces.

—No importa. —Tampoco lo conocía. Había tantas cosas que tenía que aprender acerca de él, pero solo le había tomado cinco minutos de estar en su presencia para que Taehyung tuviera ese conocimiento. Jimin lo intrigaba, lo hacía querer desear las cosas que no merecía pedir.

Había algo inocente acerca de él, algo que Taehyung no podía nombrar pero sabía que no tenía nada que ver con el estado virginal de Jimin. No era superficial. Iba más profundo que la pureza de su cuerpo, justo en el centro de su ser.

Y esas eran las únicas cosas que sabía después de unas pocas conversaciones y unos cuantos besos que destrozaban el alma. Con cada respiración que tomaba, la necesidad y el anhelo de reclamar a su pareja crecía hasta abrumadores niveles, pero había también una tendencia subyacente de paz y pertenencia que no había sentido desde que era un niño.

DISEÑOS -VMIN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora