-Capítulo 6-

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Camila se encontraba volviendo a su ciudad, Miami, luego de haber pasado el día más loco de su vida. Había descubierto que tenía una hermana, no sólo una sino dos, pero aún no había visto a la tercera y le iba a dejar todo el trabajo de fbi a Karla.

*Unas horas antes*

- Despierta, ya tienes que irte. - Karla sacudía el cuerpo de su hermana, que no se levantaba por nada en el mundo - ¡Que te levantes! - Optó por tirarla de la cama.

- ¡AAAAH! ¡ESTÚPIDA! - Le gritó mientras se sobaba la cabeza - Joder, ¿no puedes ser un poco más amable?

- No cuando no te levantas, ¡Te estuve llamando durante una hora! - Bufó molesta. - Son las dos de la tarde, supongo que ya tienes que irte.

- ¡Maldicion! Si, tengo que irme. - Camila se levantó del piso lo mas rápido que pudo. - ¿Tienes cepillo de dientes de mas? Por fa di que si.

- Si, ven.

Luego de un rato, Karla le hizo pasta a su hermana para que coma, ella no comió pues eran casi las 3 de la tarde, se sorprendió lo mucho que dormía Camila.

- Está deliciosa. - Dijo Camila con los cachetes llenos. - Deberías venir a vivir a mi casa y hacerme de comer todos los días. Karla rio.

- Camila. - La miró. - ¿Tu de verdad planeas seguir así?

- ¿Así cómo? - Camila no entendía a que se refería con "seguir así"

- Que si seguirás robando para sobrevivir, ¿vas a salir todas las noches a buscar dinero? Podrían atraparte, Camila. Mira, yo no soy nadie para juzgarte, lo que haces desde luego que está mal, pero no diría nada, ya que despues de todo tenemos la misma sangre. Pero tengo miedo que te atrapen, y que debas pasar unos cinco años en prisión. Una vez estuve presa sólo un día y sentí que me moría. Te tratan mal, no te alimentan lo suficiente, te joden la vida, y no me quiero ni imaginar si llegas a estar cinco años enteros.

- Yo... no lo sé. Lo siento, no sabría donde trabajar tampoco, soy una fracasada. Además, creo que me podrían reconocer.

- No conocen tu rostro porque siempre vas tapada, pero sí conocen tu nombre. Deberías cambiarte de identidad, ¿qué dices? Puedes usar el apellido de mamá.

- ¿Cómo es su apellido?

- Estrabao. Puedes llamarte Karla Estrabao, pero siempre vas a ser Camila Cabello para los que ya te conocen. ¿Qué te parece? Déjame encargarme de esto.

- Y-yo... no sé qué decir, ¿de verdad harías eso por mí?

- ¡Por supuesto! Y mira, por si lo dudas. - Se levantó y fue a buscar algo, cuando volvió, en la mesa puso una hebilla.

- Esta es la hebilla que supuestamente se me había caído cuando fui a robar el banco. ¡Tu! ¿En serio lo hiciste? - Camila no podía dejar de sonreír. - Pensé que estaba jodida, en serio te lo agradezco. Karla solo podia sonreír. - ¿Cómo es que lo haces?

- Ya lo dijiste, soy algo así como el FBI.

- Me gustaría saber los detalles, ¿me cuentas?

- Simplemente sé hackear cualquier dispositivo que quiera, puedo alterar cámaras de seguridad, incluso hacer tarjetas para que puedas pasar donde no tienes permitido. Así fue como robé la evidencia, por suerte para ti no la habían examinado todavia, así que estuviste, a literalmente un pelo. Si te digo algo, tambien podría rastrear tu celular y ver todos tus mensajes, así que, nada de sex chat con tu novia. - Karla río.

- ¡Iugh! Nada de eso, además, ¡no es mi novia!

- Pronto lo será. - Camila la miró y sonrió, no sabía qué podía pasar de acá hasta que vea a Lauren, ni si le parecia linda Camila a ella, nada. Ella lo que si sabia era que se le hacía hermosa. -Ven, debes irte, te llevaré a donde dejaste tu auto.

In the dark; CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora