Descendiendo

Capítulo V. Reencuentro

¿Por qué cuando te perdí me di cuenta de cuánto eras importante?
Tanta gente que te sigue, que mataría por ti y yo que te tuve, no te supe apreciar"

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En algún lugar del mundo
Tres semanas después de la
Civil War

– Siberia – susurro Steve con amargura y dolor, aquel misero lugar testigo de tan trágico final entre el y Tony, entre el Capitán América y Iron Man – ¿No puede ser otro lugar? – la voz de Rogers temblo, del otro lado de la linea telefónica se escucho un sonido, uno de lastima.

  –  Mi próxima misión sera ahí, es el único lugar donde los puedo ver, estoy siendo vigilada, el gobierno aún me quiere tras las rejas, no puedo arriesgarme, soy la única que lo sigue buscando – 

El corazón de Steve se aceleró tanto que dolió, aquella maldita realidad, ya nadie buscaba a Tony, lo habían dado por muerto, estaba enojado con todos, ¿No decían que lo adoraban? ¿Qué era el mejor héroe? Si eso era cierto, ¿Por qué ahora que él los necesitaba, le daban la espalda? No podía creer que todos se tragaran el cuento que el castaño se encontraba muerto, aquello era una vil mentira o tal vez era él, que se negaba a creer en la realidad, apretó el celular en sus manos.

  –  ¿Aún nada? –  tenia la leve esperanza de que Natasha le dijiera que ya habia encontrado algo, pero como siempre, su respuesta fue negativa.

–  Nada – 

El silenció se extendió por unos minutos, Steve incapaz de colgar, esperando mas información del castaño, creyendo ciegamente que la espía tal vez sabía algo y no quería decírselo, por que seguía enojado con él. Natasha volvió a suspirar.

  – Escucha Rogers, no se nada mas de lo que los reporteros dicen, no te estoy ocultando nada, no eres el único que lo quiere encontrar, yo también necesito verlo, saber que esta bien, aun así cuándo el tal vez no me perdoné –  guardo silencio – Nos vemos en Siberia, mas específicamente, en el Bunker – 

Y antes de que el rubio pudiera reclamar dicho lugar, la espía colgó. Steve apretó el celular entre sus manos, la mención de dicho lugar y saber que tendría que volver ocasionó un gran dolor en su pecho, el recuerdo de cierto castaño tirado, con partes de su armadura a su alrededor y su propia sangré atormento sus pensamientos, sintió sus ojos humedecer, él era el culpable de todo esto, él era el único responsable de la posible muerte de Iron Man.

– ¿Dónde? – 

La voz indiferente de Clint lo trajo de vuelta a la realidad, volteó encontrandose con sus fríos ojos, su postura era defensiva, como si él fuera atacarlo, Wanda solo los observaba de lejos, sus ojos rojos y aquellas grandes ojeras, su mirada era triste y sus hombros estaban decaídos, ninguno se había dado cuenta, pero Tony era mucho mas importante en aquel equipó de lo que ellos sabían, Tony era su hogar, su estabilidad, aquel que hacía mejor su realidad, Tony era su presenté, su tesoro, la razón de los Vengadores.

–  Siberia –  sus ojos se dirigieron hacia la cabina de pilotos, dónde observo a Sam, quién piloteaba el quinjet, Scott a su lado solo mantenía los ojos al frente, pero todos los presentes se tensaron –  Específicamente el Búnker –

Un atisbo de ira cruzo por los ojos de Clint, sus músculos tensos, sin decir nada, se alejó de Steve, Wanda ocultó su cara entre sus manos, evitando llorar, Steve bajo la mirada triste, no era necesario que lo dijeran los demás, el sabía que todo era su culpa, solo suya.

Dos días después se encontraban sobre volando Siberia, de manera cuidadosa aterrizaron varios metros del Búnker, agradecían la tecnología de T'Chala, que les había proporcionado dicho transporté, los primeros en salír fueron Clint y Wanda, seguido de Sam y Scott, dejando al final a Steve, quién tomó el teléfono en sus manos, esperando alguna llamada  de Natasha, a unos metros de ellos, escucharon el sonido de un auto, automáticamente se colocaron en posición de defensa, una cabellera rubia bajo del auto, Natasha se encontraba frente a ellos, nadie pudo evitar observar el nuevo color de su cabello.

  – Es bueno volver a verlos – 

Antes de que alguno pudiera responderle a la espía, algo fue lanzado hacía ellos dejando salir rápidamente un extraño gas, todos esperaron a toser, pasos se escucharon a sus alrededores pero no lograban ubicar nada, voces y el sonido de armas, alguien golpeó con su arma el rostro del rubio, quien trato de defenderse sin éxito.

–  De se por vencido Capitán –  una voz desconocida con un extraño acento –  No podrá contra nosotros –

El gas tóxico se disolvió, dejando ver como Wanda se encontraba desmayada en el suelo, al igual que Scott, a Natasha le tenían inmovilizada contra el suelo, a Clint lo tenían con la punta de un arma en su frente, su rostro mayugado, indicios de haber forcejeando, Sam a su lado se encontraba igual que el arquero, Rogers observo los hombres frente a ellos, vestidos de negro, pero no tenían el logotipo representativo de Hydra, el tipo frente a el lo miraba con repulsión.

  –  ¿Quiénes son? –  pregunto el rubio al hombre pelinegro frente a él.

–  Creímos que Hydra ya no existía– secundo Clint.

El tipo pelinegro río mirándolos divertidos –  No somos de Hydra si eso creen –  empezó a caminar al rededor de Rogers, con una sonrisa divertida se acerco a Natasha, el soldado que la retenía la levanto del suelo de forma brusca, así su jefe tomo fuertemente su quijada, su mirada se oscureció –  Sabíamos que esta perra mantenía comunicación con ustedes, solo nos facilitó el trabajo de encontrarlos – 

– Si no son de Hydra, entonces ¿para quién trabajan?   –  

El hombre dirigió su mirada al rubio, se acerco de forma peligrosa y golpeó su rostro fuertemente, haciendo que este cayera estrepitosamente al suelo, seguido lo pateo, todo con una sonrisa ante la mirada del resto.

  – Digamos que somos justicieros –  los prófugos lo miraron confundido – Ustedes lastimaron a la persona equivocada, él ya no esta aquí por su culpa y como las autoridades no hacen justicia, lo haremos nosotros, la Muerte de Tony Stark no quedara impune – 

Entonces ahí todo cobro sentido, no eren de Hydra y mucho menos trabajaban para el gobierno, eran soldados entrenados que admiraban a Tony, amaban a Iron Man tanto como a Tony Stark  y estaban buscando justicia, algo que las autoridades no les otorgaban, tal vez Steve se merecía esto pero sus compañeros no, el único error de ellos era haberlo seguido ciegamente, el sonido del arma al quitar el seguro hizo que levantara la mirada, cada soldado apuntaba a uno de los prófugos, y ninguno forcejaba para librarse, era como si se resignaran a su destino.

  – Últimas palabras Capitán – 

Miro a sus amigos, una gran tristeza lo invadió, cada uno regreso la mirada, sin rencor, sin decepción, solo miradas de despedida –  Lo siento –  susurro hacia todos, cero sus ojos esperando el disparo, el cuál nunca llegó, una gran luz iluminó el lugar, abrió sus ojos para ver que era, todos salieron volando hacía atrás, el ruido de algo grande aterrizando en el suelo, como cuando Thor hacía su viaje por el Bifrost pero mucho mas poderoso, la gran onda que eso ocasionó y la luz que los cegó a todos, entre toda esa iluminación alcanzo a ver una cabellera castaña, unos hermosos ojos achocolatados, una singular barba de candado bien cuidada, tal vez su subconsciente lo estaba engañando, ¿Ese era Tony, su Tony? Unas grandes alas danzaban en su espalda, tal vez estaba en el cielo y Tony lo estaba recibiendo, pero no se sentía digno de tal paraíso, de ver tan bello ángel.

  – ¿Tony? –  el nombre salió sin detenerlo de sus labios, quiso tocarlo, sentirlo una última vez, lo vio sonreír como solo él lo sabía hacer, sus ojos comenzaron a cerrarse, su mente se nublo de solo oscuridad, al final cayo inconsciente, soñando con un hermoso ángel. 

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Nota:

Fue casi un milagro que escribiera, estaba en blanco con esta historia, casi al punto de decirles " la canceló" pero no pasó, no se si es lo que esperaban.

Ya apareció Tony, es corto lo sé pero algo es algo.

Les gusta el IronStrange, tango planes para ese Shipp.