Un aura de enojo envolvía a Vegeta. Completamente molesto subió a su habitación, seguido de su pareja.
—Vegeta, ¿qué tienes? —le preguntó Goku, pero el otro no respondió. Pudo ver cómo él tomaba un bate de béisbol y se colocaba unos goggles, de esos que usaban en el taller de carpintería. Después caminó hacia afuera, ignorándolo por completo—. Vegeta, ¿a dónde vas? —le preguntó mientras lo seguía.
El menor salió de la casa, y había quienes lo veían. Sólo caminaba por las calles, aun con la fuerte lluvia cayendo sobre su cuerpo. Había escuchado acerca de la nueva vivienda en la que se hospedaba Nappa, así que caminó hacia allí. Recordaba las veces que su expareja lo había llevado en su auto (un Camaro Concept color rojo), ya sea a la escuela o simplemente a pasear por algún lugar. Sabía cuánto adoraba ese auto, escuchaba como ridículamente lo llamaba "mi bebé".
Vegeta también le quitaría lo que más ama. No sería capaz de matar a alguien como él lo hizo. Así que mejor le quitará algo material. Y es que uno de los más grandes problemas de la humanidad es que llegaban a valorar tanto los objetos materiales, siendo como una prioridad en sus vidas.
Llegó a la vivienda, y con el bate rompió el vidrio del parabrisas, haciendo que pedazos del cristal saltaran por doquier. Esperó unos segundos y vio cómo, por la ventana de la casa, se asomaba Nappa. Rompió otro vidrio, de uno de los costados.
—Pero... Vegeta... ¡No lo hagas! —pedía al ver cómo rompía uno por uno los vidrios.
—¿Por qué mataste a mi madre? —dijo en voz alta mientras golpeaba el cofre, abollándolo.
Siguió golpeando ahí hasta que Goku, acompañado de los policías, su padre y hermano, y el padre y hermanito de Vegeta, llegaron. Los oficiales tenían intenciones de arrestar a Vegeta por daño a la propiedad privada, pero antes de que lo esposaran el pelinegro habló.
—¡Contesta!, ¿por qué mataste a mi madre? —repitió molesto.
—Yo... yo no sé de qué hablas—decía mintiendo y nervioso, estaba atónito y confundido por lo que le hicieron a su "bebé".
—¿Seguro? —preguntó con cinismo y amenazó con golpear aquellos rines nuevos. El mayor se asustó.
—¡Espera! —gritó al ver sus intenciones, así que el más bajito se detuvo a tan solo unos centímetros—. Yo... yo le pagué a alguien para que lo hiciera... Saqué de la cárcel a los que te violaron, y ellos me ayudaron en esto...
—Maldito... —murmuró y golpeó el rin.
Los policías, al escuchar la declaración, se acercaron al de cabeza rapada y lo esposaron. Se escuchó un "Buscaremos a los cómplices y los arrestaremos" por parte de los oficiales. Vegeta, por otro lado, se sentó en el cofre abollado del auto. Se sentía un poco tranquilo, pero a la vez triste, le haría tanta falta su mamá. Goku se sentó a su lado y lo abrazó. El más bajito sólo apoyó su cabeza en el hombro del otro.
—Siempre creí que mi madre me acompañaría por casi toda la vida... Estuve tan centrado en mi mundo que no sentía su tristeza, su llanto, las veces que se culpaba a sí misma por lo que me ocurrió... Y ahora que no está quien se culpa soy yo... no le dije lo mucho que la amaba, lo mucho que le estaba agradecido por todo lo que ha hecho por mí. Quería poder decirle una vez más lo feliz que me sentía porque ella estaba conmigo... Ya no lo puedo hacer, jamás volverá a estar conmigo, la perdí para siempre... Me siento un poco culpable, después de todo quien salía con Nappa era yo, yo terminé con él, yo le puse un "alto". Creí que con el hecho de que haya abusado de mí ya se habría cobrado por todo, pero veo que no... Creo que mi venganza no fue tan buena, pero supongo que se compensa con que él, Freezer, Cell, Majin Buu y Broly estén por el resto de su vida en la cárcel, así jamás volverán hacerle a alguien lo que a mí me hicieron... —dijo y después hizo una pausa. Se puso de pie y comenzó a caminar hacia su hogar, mientras el más alto lo seguía—. Era un lindo auto... me gustó la manera en la que casi llora por él...
—Sí, era un lindo auto... ¿Vegeta? —preguntó tímido.
—¿Qué quieres, Goku? —preguntó fríamente, pero después se dio cuenta de cómo le había hablado, así que con una mirada se retractó.
—Descuida, te entiendo... Quería pedirte una cosa, pero no aquí... —le dijo con un tenue rubor.
Caminaron hasta un callejón. Goku colocó a Vegeta apoyado en la pared, y se acercó a él, para susurrarle al oído
—Te quería pedir... un beso...
El más bajito se sonrojó abruptamente, pero obviamente quería ese beso. Pasó sus brazos alrededor del cuello de su pareja, y se acercó a él, para besarlo. Adoraba la forma inocente y ligeramente pervertida con la que le hacía ese tipo de peticiones.
Goku paseó sus manos por la cintura de su novio, atrayéndolo más hacia sí. Su mano derecha la deslizó hasta llegar a su rostro, se separó del beso y delineó sus labios con su dedo. Se volvió a acercar a él, y continuó con el beso, pero esta vez masajeo aún más apasionadamente sus labios.
—¡Hey! —se escuchó la voz de un hombre cerca, al parecer los estaba espiando.
La dulce pareja se separó y pudieron ver que ese hombre no estaba solo, tres sujetos lo acompañaban.
—F-Frezer... —murmuró el menor con miedo.
Se aferró a Goku, su cuerpo temblaba, a su mente regresaban aquellos recuerdos de lo que pasó. Podía sentir todavía aquellas manos tocándolo sin pudor y mancillando su piel. Kakarotto se dio cuenta de eso, así que lo abrazó protectoramente para tranquilizarlo, intento inútil al ver que esos cuatro sujetos se acercaron poco a poco, con una mirada lujuriosa e intenciones obvias de volver a repetir lo que hace mucho habían hecho.
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Mi novio suicida
Fiksi Penggemar*Diario de Vegeta* "Mi vida cambió aquella noche de invierno cuando iba caminando de noche por el pavimento. A mi hermano de la mano lo tenía bien sujeto. A lo lejos vi a un hombre que lucía estar ebrio. Él se acercó había malicia en su mir...