Dicen que la vida da muchas vueltas, y que puede cambiar drásticamente de un segundo a otro. Tal vez estés riendo alegremente, y en unos instantes por alguna mala noticia todo se derrumba.
"La vida es un segundo..."
A lo largo del tiempo uno debe aprender a enfrentar sus miedos, sus demonios internos. Uno debe aprender a luchar, y cuando caiga saber levantarse. Sin importar lo difícil que sea, eso nos hace fuertes.
Vegeta y Judith se casaron hace muchos años, tuvieron un varón poco después de su primer año de matrimonio. Como era tradición en su familia, llevó su nombre, Vegeta. Y dos años después fueron bendecidos por el nacimiento de Tarble.
Ambos tenían aspiraciones, soñaban en grande... Pero lo que causaba gran ternura en ellos era la actitud de su primogénito, porque siempre daba la cara por su hermano y cuidaba de él. ¿Si lloraba? Vegeta lo consolaba. ¿Si se lastimaba? Él se encargaba de curar sus heridas. ¿Si no podía dormir? Aceptaba el desvelarse con él para contarle historias que él mismo inventaba.
Tanto tiempo juntos, tantas experiencias vividas. Y es que... el amor de hermanos va más allá de la razón, es inexplicable y un lazo muy fuerte que los ata para siempre. No se trata del vínculo de sangre, sino de su conexión estando juntos.
Sin embargo, pese a que todos desearon evitarlo, la tragedia manchó su familia. ¿Qué es lo que pasó? Vegeta actuó como el mejor hermano, sacrificándose por salvarlo. Un suceso evitable e irracional, es verdad. Pero en pleno suceso había demostrado que estaría dispuesto a dejarse lastimar con el fin de que su adoración, aquel niño adorable de ojos negros, nunca fuera lastimado.
La desesperación que tenía Vegeta por sanar el dolor de su alma y borrar de su mente el horrible suceso lo llevó a querer quitarse la vida. Pero... algo lo detenía. Simplemente no adquiría el valor de dejar este mundo por una única razón: su hermano. Si él no estaba, ¿quién cuidaría tan bien de él? La respuesta era simple, nadie cuidaría de él como lo hacía.
Su pecho dolía, y sentía su garganta quemarse al tratar de soportar el dolor y fingirse fuerte. Lo cierto era que cada vez la opresión era mayor y aquel valiente corazón se debilitaba con el paso de los días.
Negación. Estando en el hospital se aferraba en creer que nunca pasó, que los momentos vividos sólo fueron producto de una pesadilla. Sin embargo, ¿cómo engañarse si su cuerpo dolía y tenía los recuerdos frescos y recientes en su mente?
Ira. Sentirse completamente débil por la forma en que fue humillado, ultrajado, por cómo fue utilizado como muñeco sexual mientras él no podía defenderse. Para desahogarse le gritaba a todos, se sentía completamente frustrado consigo mismo, y toda esa energía negativa lo llevaba a atacarse, herirse cruelmente golpeando la pared o arañándose los brazos.
Negociación. ¿Qué hubiera pasado si no se regresaba aquella noche? Tanta incertidumbre lo carcomía, pero a todas las posibilidades que llegaban a su mente su familia se veía involucrada como víctimas. Así que él, como "un héroe y víctima", hizo más que proteger a su hermano.
Depresión. Pero, ¿por qué él? ¿Por qué de todas las personas en el mundo, por qué habiendo asesinos o criminales, tenían que haberle hecho daño a él, un alma pura e inocente que no merecía eso? Acabaron con su aprecio propio, apagaron la luz de sus días. La depresión lo inundó, le trajo tormentos, pesadillas, maldecía lo ocurrido y ya no quería continuar. Sus brazos estaban destrozados por tantas heridas que lograban hacerlo ignorar su dolor espiritual por el dolor físico.
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Mi novio suicida
Fiksi Penggemar*Diario de Vegeta* "Mi vida cambió aquella noche de invierno cuando iba caminando de noche por el pavimento. A mi hermano de la mano lo tenía bien sujeto. A lo lejos vi a un hombre que lucía estar ebrio. Él se acercó había malicia en su mir...