CAPITULO 5. ¿Qué me han hecho?

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       Elizabeth despertó a la misma hora que todos los días de la misma forma que lo hacía todos los días.
Emma se había encargado de grabarle una alarma especial para asegurarse que Liz despertara.
La alarma no era para nada agradable, solo eran gritos demasiado agudos exclamando palabras no tan agradables, pero era efectiva. Y eso era lo importante.

Liz suspiró y se corrió el pelo de la cara. Se mantuvo mirando el techo durante varios minutos sin pensar en nada en especial. Solo en lo agotada que estaba y en cuanto le gustaría poder dormir hasta las once.
Pero no, tenía una rutina que seguir y eso haría.

Así que se levantó y se dirigió a la cocina. Cocinó unos huevos revueltos, preparó un bowl de cereal y se sentó en la mesa.
Lentamente y con los ojos cerrándose cada tanto, miró sus redes sociales, mails y mensajes mientras desayunaba. No había nada importante, de hecho, esta semana había sido bastante tranquila.
No había tenido entrevistas ni eventos. Y eso no le molestaba para nada, era como una semana de vacaciones para ella. 

Cuando terminó con su desayuno puso la vajilla que usó en el fregadero y se dirigió al pequeño gimnasio que había montado en una habitación vacía de su departamento.

Subió a la cinta y se puso sus auriculares. La música la ayudaba a distraerse de lo cansadas que se sentían sus piernas.
Stop Falling, de Smile, empezó a sonar a todo volumen. A Elizabeth se le escapó una sonrisa. Nunca hubiese imaginado que estaría 'saliendo' con el baterista de esta banda cuando agregó esa canción a su playlist.

Terminó de ejercitarse y se dirigió a la ducha. Tardó exactamente una hora y tres minutos en terminar de bañarse. De esa hora solo uso veinte minutos para lavarse el pelo y de mas, los otros cuarenticuatro minutos los uso para dar un concierto intenso a fans imaginarios.
Aun no entendía como los vecinos no se quejaban por los gritos desafinados.

Salió de la ducha y se vistió, se maquilló y tomó la correa de su perro, Maracuya, que estaba listo para ir a dar un paseo.
El día estaba soleado pero de todas formas Liz sintió como su nariz y mejillas se ponían coloradas por el frío.

En medio del paseo, que por cierto había tenido cientos de paradas porque la gente le pedía a Elizabeth fotos (cosa que no le molestaba la mayor parte del tiempo ya que si no fuera por los fans ella no estaría donde se encuentra hoy), Liz sintió como su celular vibraba dentro de su bolsillo.

Lo tomó con sus manos congeladas y miró el identificador de llamadas para ver quien era. Ben.
¿Que quiere ahora? Pensó Elizabeth y rodó los ojos pero de todas formas atendió.

-¿LIZ? SOY JOE- gritó el chico del otro lado de la línea, haciendo que Liz se aleje el teléfono de la oreja.
-DEVUELVEME MI TELEFONO CARAJO- se escuchaban los gritos de Ben de fondo y muchas risas.
Liz sonrió.
-Hola, Joe, ¿Qué me otorga el placer de hablar hoy con usted?- bromeó.
-My Lady usted fue invitada por la banda, menos Ben, a cenar con nosotros esta noche.
-¿Esta noche? Si, está bien. ¿A donde iremos?- preguntó sonriendo.

Por algún motivo, había hecho un click inmediato con todos los integrantes de la banda menos con Ben.

-A lo de Ben, si quieres te puedo buscar.

-DEVUELVEME EL CELULAR JOSEPH- gritó el chico de fondo.

-De acuerdo, dile al neanderthal de Ben que te diga mi dirección y que deje de gritar, ¡nos vemos!

-OYE- gritó Ben y ella rió y cortó la llamada.

   Horas después, Liz estaba terminando de maquillarse mientras esperaba que Joe la recogiera.
Al escuchar el sonido de una bocina fuera de su casa, tomó sus llaves, saludó a Maracuya y salió.

Subió al auto de Joe y aseguró su cinturón de seguridad. Si Joe manejaba como Ben tendría que ir bien agarrada.

Cuando Joe y Liz llegaron, el resto de la banda ya estaba ahí, todos con una cerveza en mano y riendo.

-LIZ- gritó Luke, levantándose de su lugar para saludar a la actriz.

-¿Qué hay de mi?- preguntó Joe con una mano en su pecho fingiendo estar indignado.

Liz rió y saludó a todos los chicos. Rápidamente se unió a la conversación que estaban teniendo.

-NO, BEN, YO NO DERRAMÉ MI CERVEZA SOBRE TU ALFOMBRA- gritó Liz, sosteniendo su botella para que Ben la vea.

-¿Y ENTONCES QUIEN FUE, ELLIE?- gritó de vuelta él, siempre dispuesto a discutir con ella.

-Eehm.... Ben..... en realidad.... f-fui yo- murmuró Luke avergonzado y medio borracho.
Ben rodó los ojos y salió al jardín prácticamente hechando humo por sus orejas.

-Saben, cuando pregunté si había alguien esperándome, no estaba pidiendo que me mandaran a la persona más insoportable del planeta- dijo Ben mirando hacia el cielo mientras le daba una pitada a su cigarrillo.

Soltó todo el humo, que contrastaba con el frío de la noche.

-¿Qué estás haciendo?- preguntó Liz, saliendo al jardín de la casa de Ben, envolviéndose con un buzo que encontró sobre el sofá.

-Nada, ¿Qué haces tú aquí? Deberías ir con los chicos.

-Necesitaba un poco de aire.- respondió Elizabeth, levantando sus hombros y mirando al cielo.

Las estrellas estaban deslumbrantes.

-¿Me compartes?- preguntó ella, estirando su mano hacia Ben.

-¿Elizabeth sofisticada Shellstrop fuma?- rió él.

-Es increíble como puedes burlarte de absolutamente todo lo que digo.- bufó Liz, apoyándose sobre la baranda de vidrio.

-Es un don que muy pocos tienen- respondió Ben pasándole el cigarrillo y ella rió.

Liz lo tomó y le dio una pitada mirando hacia arriba. Al chico casi se le abre la boca al verla. Tenía el pelo despeinado, estaba usando un buzo demasiado grande para ella y sostenía un cigarrillo entre sus dedos.

-Sip, sigue siendo igual de asqueroso como lo recordaba- declaró, soltando el humo y devolviéndole el cigarrillo a Ben, que rió.

Ambos se quedaron ahí parados en silencio, mirando al cielo. Después de unos momentos, Ben tiró la colilla al suelo y la pisó.

-Debería volver con los chicos- anunció el rubio.

-Si, claro, yo me quedaré aquí unos minutos más.

Ben entró y Liz apoyó sus brazos sobre la baranda de vidrio. Soltó un suspiro pesado y miró a las estrellas.

-¿Qué me han hecho?.

No nos enamoremosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora