Tres

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L:

Tanto tiempo y aún sigues aquí. Todavía no te olvido, y sé que no lo haré, tampoco.

A veces me pregunto si me recuerdas —y espero, con gran parte de mi corazón, que así sea—, o si hay algo que te haga hacerlo, como la carta que escribiste para mí —y que

nunca me diste—. Ojalá no la hayas tirado.

Más de una década. Cuánto suena eso, ¿verdad? Y lo es, sin duda. Ni siquiera conozco el nuevo tono de tu voz, tu estatura junto a la mía; o si tus opiniones y personalidad han cambiado. Espero que no, eras una buena persona a pesar de la corta edad. No es como si hoy me dedicara largas horas a pensar en ti, pero a veces apareces con alguna canción o frase, y entonces lo recuerdo todo lo más rápido que puedo, no quiero vivir en el pasado.

Éramos tan chiquitos... Bueno, tampoco tanto, ahora no lo parece. Pero sí demasiadas otras cosas. Demasiado inocentes, demasiado callados, demasiado estudiosos, demasiado frente a frente todo el tiempo. ¿Te lo preguntaste alguna vez? Me refiero al qué hubiera sido de nosotros. Incluso después de tu partida y si yo hubiera sido más valiente y te lo hubiera dicho. Probablemente no nos hubiéramos perdido. Pero era tan cobarde... Todavía lo soy, y no sé si eso va a cambiar.

Y quizás esto último es de mala, pero quiero que, cuando escuches el nombre que llevo, te acuerdes principalmente de mí. De todo el tiempo que existí en tu pasado, de cómo éramos presente día a día, de cuánto nos faltó por decir y no tendrá palabras, porque nunca seremos futuro.

Igual sé que estás por ahí. Y eso es suficiente. Existimos y vale la pena.


Carolina,
la chica que, a veces, se pregunta qué hubiera sido de nosotros;
la que nunca te dijo que también estaba enamorada de vos;

la que siempre te desea lo mejor.

LO QUE NUNCA DIJEWhere stories live. Discover now