Cuatro

13 5 0
                                    

No llores.

Es lo único que creo poder decir y pensar para calmarte. Has estado demasiado tiempo triste, demasiado tiempo estresado, demasiado tiempo ilusionado. Esa persona... Créeme... No era para ti. Lo supe desde el primer instante en el que vi tu rostro al mirarla. Tus ojos brillaban de ilusión al ver a aquella persona; en tus pupilas se dibujaba tu fantasía por estar al lado de ella. Pero quien diría que lo que uno piensa no es lo que realmente pasa.

Debo admitirlo, se veían bien juntos. Se veía tierna la manera en que se veían y se sonreían mutuamente. Pero quien diría que esa persona estaba jugando contigo. También lo admito, jamás lo esperé.

Esa noche que te vi sentado en la banqueta esperándole, quería decirte lo imbécil que te veías ahí esperando a alguien que se notaba que no iba a llegar. Recuerdo que me senté a tu lado y suspiré para tratar de iniciar una conversación. Pero tu única respuesta fue «Aún la estoy esperando».

Estaba molesta, lo admito, porque yo, que he estado a tu lado por toda una vida, nunca he sido suficiente como para igualar la relación que hicieron repentinamente ustedes dos. Y hoy, hoy es un mal día.

Hoy estás llorando en tu habitación. ¿Cómo lo sé? Porque nieva. Cada copo que cae desde lo más alto del cielo es una lágrima tuya. Y no puedo hacer nada. Tú la querías, y yo la verdad traté con todas mis fuerzas de avisarte sobre esto. Pero ahora resulta que no quieres saber nada de mí. Te dejó con el corazón roto y no me dejas curarte. ¿Por qué?

No soy la mejor persona del mundo, pero haría lo posible por intentarlo. Y no te preocupes, no estoy molesta porque sé que la ilusión y la falacia te ganó. Lo único que hago aquí es sentarme frente a la ventana, pidiendo al cielo que no caigan más copos de nieve. No quiero que sigas llorando.

Por favor. Me duele. Me duele saber que pude haber cambiado esto y que no lo hice. ¿Debería pedir perdón? ¿Debería humillarme por alguien que ya no está más aquí pero que sigue haciéndote dolor? ¿Debería?

Siempre me lo pregunto y cada vez que pienso en mandarte un mensaje, recuerdo en lo mucho que me hiciste sufrir con tu indiferencia siendo que yo fui tu sustento durante tanto tiempo como para que ella llegase y rompiese todo lo que habíamos construido juntos.

Me odio por permitirle eso. No la odio a ella, y no te odio a ti. Sólo estoy decepcionada. Si lo preguntas, sí, tal vez te sigo amando, pero ya no como antes. Supongo que es tiempo de cambiar de página.

Jamás olvidaré nuestros momentos.

Te quiero.

Kxm

LO QUE NUNCA DIJEWhere stories live. Discover now