Siete

9 2 0
                                    

Para uno de mis primeros amores:

Yo no sé en qué momento las niñas empiezan a sentirse atraídas por los niños. Un día los odias por ser asquerosos y groseros y de repente al día siguiente como que ya no se ven tan mal, ya lucen interesantes.

Pero hay niños que no son groseros ni asquerosos, hay unos que son buenos y te enseñan un montón de cosas que son útiles en la infancia. Mis sentimientos cuando tenía 10 años fue una mezcla de amistad que todavía recuerdo con ternura.

Me enseñaste a hacer barquitos de papel y abrir la llave del cuarto de ese pueblo abandonado donde nuestros padres trabajaban. Aunque al día siguiente no podía abrir y la puerta solo se abrió hasta que apareciste en el pasillo con tu hermana.

Y una de las noches más divertidas de mi infancia en ese lugar fue cuando llegamos a una casa y tomamos leche caliente y de alguna cosa tonta reímos y a alguien se le salió la leche por la nariz.

Creo que fuiste tú, sin ánimo de hacerme la decente.

Te volví a ver cuando yo tenía como 13 y tú 14 y lo mejor fue que te acordabas de mí y dijiste el nombre del pueblo, ese donde llovía mucho, donde no había tienditas, donde la televisión solo se veía en noches de tormenta.

Todas las chicas se fijaban en ti y tu papá se reía por eso. Pero te contaré un secreto: ya no eras un chamaquito que hacía barcos de papel y abría puertas con facilidad. Así que me gustaste un poquito. Y eras medio rudo y te peleaste a golpes con un chico más grande porque tú tenías más sensatez que la mayoría de los adolescentes de nuestra edad y sabías cuando había que comportarse.

No sé en qué parte del mundo andas. No sé qué es perder un padre buena onda como el tuyo, y te mando un abrazo porque seguro eres una persona tan de buen corazón como él.

Espero que un día si te vuelvo a ver pueda decirte: ¿Te acuerdas de mí? Y entonces te voltees, sonrías y digas el lugar donde nos conocimos cuando éramos niños.

Una girlscout.

LO QUE NUNCA DIJEWhere stories live. Discover now