Rozar Ambas Frentes.

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ADVERTENCIA: Chuuya Y Dazai.

—Sigo sin creerme, que el "gran" Osamu Dazai pueda pescar un resfriado por estar una noche con la ventana de su cuarto abierta. — hablaba el pelirrojo a uno de los lados de la cama que daban al propio baño.

—Venga, venga. — habló Mori, intentando así que ese carácter tan característico del pequeño pelirrojo se calmara. —Cualquiera se puede resfriar, Chuu~. — habló de nuevo el doctor para quitarse así uno de los tantos artilugios médicos que tenía en la bolsa a los pies de la cama.

Sin mucho más que poder hacer, el pelirrojo solo se limitó a bufar en respuesta a esa aclaración con cierto toque de verdad que dio el doctor.

—Bien, Chuu. — Mori empezó a guardar todo en la bolsa, listo para poder retirarse del apartamento del castaño. —Tendrás que ocuparte de Dazai ¿entendido? — preguntó Mori, mirando hacía los ojos a Chuuya, que este tardo en responder con otro bufido y apartando la mirada. —Gracias.

—Cof*, cof*. ¿Y qué pasa conmigo? — parecía costar le abotonarse la camisa, a pesar de no poder sentir que no le faltaba energía, sus fuerzas al contrario decidieron irse de vacaciones y no volver hasta después de unos días.

—Tú; te quedarás en cama, y yo me haré cargo de ti bastardo. — habló el pelirrojo con autoridad en estos momentos, colocando así ambas manos en su cintura y yendo a abrirle la puerta de la habitación a Mori.

—Exacto. Dazai estarás bajo el cuidado de Chuuya hasta que te encuentres en mejores condiciones; y nada de sobre esforzarse. — habló su padrastro, fingiendo así ser un cálido padre, y ganándose una mueca de repulsión por parte del castaño.

—Bien, yo ya he terminado, dejé las medicinas necesarias en la puerta nada mas entrar, si se acaban puedes llamarme y pedir receta para ir a la farmacia. ¿Si? — aclaró Mori antes de salir por la puerta de la casa del castaño.

Chuuya solo se despidió haciendo una reverencia hacía su superior.

Al entrar solo pudo escuchar un fuerte ruido proveniente de la habitación del castaño. dando así un suspiro y yendo a una marcha bastante acelerada hacía la habitación del de ojos avellana.
Si bien Dazai no se encontraba en la cama; las sabanas casi en el suelo, y la luz del baño encendida dieron a entender a Chuuya que seguramente el castaño estaría en el baño haciendo dios sabe qué.

Otro suspiro.

Con dos toques le fueron suficientes a Chuuya para llamar la atención del castaño, sentado en el borde de la bañera.

—¿Qué haces? — preguntó el pelirrojo yendo a paso lento hacía el castaño. —¿Tú qué crees, perchero? — preguntó con sarcasmo el castaño mientras volvía a dirigir la mirada hacía el agua que corría por el grifo y llenaba la superficie de la bañera. —¿Darte un baño de agua helada? — preguntó con ironía el pelirrojo, dándose cuenta de que el castaño tenía el agua puesta a lo mas frío posible. —¡Exacto!

Otro suspiro de paciencia perdida.

—*Esta enfermo, ten paciencia, ten paciencia.* - repetía varias veces el pelirrojo en su mente para así no meterle una colleja en la nuca para que se mojara y de paso con suerte comerse el grifo o la pared.

Lo único que pudo hacer de forma NO violenta, fue cerrar el grifo, trayendo así una reprimenda de Dazai, que fue cayada con una colleja más floja de la que tenía pensada dar el pelirrojo.

—Si quieres una ducha, solo dímelo idiota. — se quejó el pelirrojo echando así al castaño del cuarto de baño para meterlo en la cama, taparlo y poder alcanzarle el vaso de agua que estaba en la mesilla de al lado de su cama.

—Maldita sea, mi paciencia no dura tanto idiotazai. — quejó el pelirrojo dejando la bandeja donde había traído el vaso con anterioridad y unas medicinas que le dijo de ante mano Mori que le trajera.

La vena que parecía casi a punto de explotar en la sien del de ojos azules, fue desapareciendo nada más notar como la cara de Dazai se ponía mas roja al pasar del tiempo. —Deja me medir tu fiebre. — pidió el pelirrojo, mirando por todos los cajones de la habitación, intentando encontrar así un termómetro; recordando que Dazai no suele tener ese tipo de cosas a no ser que pueda llegar a envenenarse, o intoxicarse con ellas; y aunque una vez lo consiguió, Chuuya siempre estaba ahí para reñir le como buen complejo de madre tenia, y confiscarlo todo termómetro que pudiera haber en la casa.

Otro suspiro, esta vez, por culpa suya y su lado sobre protector.

Se acerco al castaño, quitando así de los labios del castaño el vaso de agua, dejándolo en la mesilla y acercándose de forma lenta hacía el castaño.

Ambas frentes se juntaron para así poder notar cual estaba a una temperatura estable y cual estaba al rojo vivo.

—Chuuya, si querías un beso, habérmelo pedido~. — habló de forma picara el castaño, mientras que el pelirrojo seguía teniendo ambas frentes pegadas, un con la otra. —Callate, idiotazai. — quejó el pelirrojo, ganando así una risa baja por parte de Dazai.

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Espero les haya gustado este primero ˆˆ.
No olviden comentar cosillas para motivarme, votar y disfrutar de las siguientes que haya ˆˆ.

Xiao~.

One-shots [BSD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora