Roces de Porcelana.

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ADVERTENCIA: Atsuhi y Lucy.

Era común ver a los miembros de la agencia por la cafetería situada debajo de esta. Era como su lugar de descanso, donde podían ir y descansar del duró trabajo del día a día.

Pues en aquel establecimiento se encontraba Atsushi tomando café de una taza blanca y de porcelana, la cual parecía ser bastante fina.
A su lado se encontraba cierta pelirroja sujetando una bandeja entre sus brazos con la cual le había traído con anterioridad el café a Atsushi.

-¿Como está? - Pregunto la pelirroja un poco nerviosa.

El café que estaba tomando el albino era una nueva mezcla que había preparado la misma pelirroja a su lado.

Terminando el largo sorbo que le dio a aquel café se decidió a hablar. -Delicioso. -

-¿De verdad? - Se notaba cuanto le habían afectado aquellas palabras a la chica, pues ahora parecía que sus ojos brillaban y su entorno resplandecía.

-Si, ¿quieres probar? - Preguntó el albino acercándola la taza de café a la pelirroja, la cual no se negó y la tomó.

Rozando su mano con la del albino, la chica se sorprendió y soltó la taza de café sin darse cuenta, muerta de vergüenza y roja hasta los pies.

-¡L--Lo siento muchísimo! ¡¿Te encuentras bien?! - Preguntó el albino a la pelirroja, mientras esta reaccionaba y se alarmaba.

-¡Si, si! No toques nada, dame un momento. - Pidió la chica mientras iba a por un recogedor, una escoba, un trapo y una fregona.

Agachándose para poder recoger los trozos rotos, el albino se adelanto y empezó a recoger él los trozos rotos mientras que ella se ocupaba de secar el suelo con el trapo.

-Es una pena que se cayera. -

-Bueno, no pasa nada, puedo hacerlo en cualquier otro momento.

-¡¿De verdad?! ¡Eso seria maravilloso! - Exclamo Atsushi claramente emocionado por saber que no iba a ser la última vez que probara aquel café.

Ante aquella sonrisa que dedicaba el albino a la chica no pudo evitar sentir la pelirroja unos fuertes latidos en su pecho.

°•~~~•°

-Ahh~. Estoy molido. -

-Dazai-san, no puede estar cansado sino hizo nada en todo el día. -

En el establecimiento se empezó a escuchar las quejas del castaño y su subordinado mas reciente.

-Corrección Atsushi-kun, si hice algo; moleste a Kunikida-lun. Y eso cansa muchísimo. - Le aclaró el castaño a su subordinado con el dedo índice arriba.

-Por favor pare de molestar a Kunikida-san, luego lo paga conmigo. - Si bien el albino había expuesto su queja, el castaño había hecho oídos sordos, sentándose junto a la barra del bar.

-¿Qué desean? - Pregunto la pelirroja detrás de la barra.

-Un café de la casa. - Pidió Dazai.

-Bien. ¿Y tú, chico tigre? -

-Oh. Un café de los tuyos, por favor. - Pidió Atsushi.

Ante aquella petición la chica se había sonrojado un poco, no esperaba aquel pedido por parte del estúpido tigre.

Mirando aquella situación Dazai dio un fuerte golpe a la barra, siendo ignorado por la atmósfera que había entre los dos jóvenes. -¡¡¿Puede ser...?!! -

One-shots [BSD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora