A la mañana siguiente la mujer dueña de la choza se despertó temprano para poder preparar algo de té caliente para sus invitados, al salir a la sala miro con ternura al rubio que estaba acostadito en el colchón y el gran muñeco de madera en la silla de su pequeño y rustico comedor, hizo un poco de ruido, cosa que hizo despertar al albo chico, la mujer le acerco la taza para que bebiera del caliente líquido. Poco a poco bebió de este y mientras lo hacía observo a su compañero que aun descansaba, bajo la cara para soltar una risa, era demasiado loco lo que estaba imaginando.
Alfred se removió un poco y fue despertado por el delicioso aroma del té, tomó asiento en el catre para estirarse de pies y brazos. La dulce señora le entrego la bebida en una taza, el jovenzuelo la tomo y agradeció, aquella delicia calentó su cuerpo.
-Jóvenes, les tengo estas ropas, les servirá solo para el frió, no son vestimentas pulcras-
-No se preocupe por ello señora ya ha hecho bastante con darnos asilo- respondió el cascanueces.
-No me agradezcan, ustedes salvaran a Rat'ha de la villanía del rey Francis, tengo que ayudar de algún modo-
-Bueno, eso si encontramos a tiempo a la princesa- murmuro el trigueño.
-La hallaran, de eso estoy segura- comentó con una sonrisa y le regalo una mirada dulce al enmaderado.
Terminaron de tomar el té, se colocaron aquellas ropas para cubrirse del frio, ambos chicos acordaron en ir a ayudar a la abuelita a cortar leña, aun les quedaban casi dos dias para hallar a dicha dama.
Al salir pudieron ver el paisaje blanco que la nieve había creado, era precioso. Alfred siguió a la señora, aunque no sabía bien el cómo se debía recoger leña estaba dispuesto a ayudar a esa comunidad. Todos parecían conocer a Iván, ya que le saludaban cuando pasaban, entre murmullos de los Rat'hanianos logro escuchar que es lo que Iván había hecho por ellos, estaba muy orgulloso de su muñeco, esperaba poder ayudarlo, admiraba la valentía de este al hacerle frente al rey Rat'ha, se preguntaba si algún día tendría valentía de poder hacerle frente a su padre y decirle que no planeaba cumplir sus caprichos, era difícil, apretó sus puños un poco ansioso.
-¿Sucede algo?, ¿tienes mucho frio?, puedo darte mi abrigo- susurró el níveo.
-No, no Iván, solo pensaba en que... bueno, que me gustaría ser valiente como tú-
Iván se ruborizó un poco y desvió su mirada, ya había escuchado antes ese tipo de halagos, pero viniendo de Alfred, sentía de verdad mucha vergüenza -Grac...ias, supongo-
Caminando llegaron al lugar donde podían tomar leña, mientras algunos cortaban la madera vieja, otros sembraban semillas, así podían regresar lo que retiraban de la naturaleza, era el lema de ellos.
Torpemente el blondo brindaba ayuda, en ello un hombre le dio un hacha para que cortara la leña, Jones tomo el hacha y le pego a la madera sin poder si quiera darle, en cambio, el movimiento fuerte que había hecho hizo que perdiera el equilibrio, dejo caer el hacha en un lado y cayó de sentón en el suelo, estaba enojado consigo mismo de no poder hacer si quiera algo tan simple bien. El albo se acercó a Alfred y le ayudo a levantarse del suelo no sin antes reírse de este.
-Te enseñare a cortar leña, hahaha, por lo visto, no sabes-
-¡No te burles!, no es tan fácil-
-Ven...-le ayudo a acomodarse, coloco el tronco en su lugar y tomo el hacha para enseñarle como debía cortarse.
Alfred presencio la basta potencia que debía ejercerse a la hora de cortar con el hacha el madero, al principio pensó que aquel fornido cuerpo era solo el volumen de la ropa, ahora entendía que no era así, Iván era un hombre muy fuerte, hizo un mohín y acepto con la cabeza la lección dada. Con aquel consejo tomo el hacha y ejerció fuerza, esta vez pudo cortar el tronco, pero se excedió y en rebote de fuerza de nuevo cayó al suelo, esta vez causando algunas risas, a Jones no le molesto, se contagió de ellas y también se rio de sí mismo. Ya para el tercer tronco manejo mejor el hacha y pudo hacer el corte.
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ALFRED Y EL CASCANUECES
FanfictionRusAme Los personajes ni algunas imagenes me pertenecen, son de Hidekaz Himaruya y los respectivos autores. La historia del cascanueces version Hetalia RusAme