CAPÍTULO 6 "PRÍNCIPE POR SIEMPRE"

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-¿Me estas amenazando pequeña cereza?- soltó una risa burlona, aquellas advertencias ahora ya no servían mucho puesto que el rey legitimo estaba muerto -¿Y que esperas hacer? ¿derrotarme?, hahaha~, no me digas, ¿Cómo planeas hacerlo?, estas solo, tu bello cascanueces esta muerto y aunque seas la princesa de la profecía, ahora no eres mas que un niño tonto que no sabe nada de la vida, careces de poder y de liderazgo, patético, tan patético que tu propio miedo y torpeza propicio para que matase a tu amigo-

Cada palabra dicha por el rey tenia una dura realidad, solo lograba minorar el poco valor que Alfred había despertado en si. Miró de reojo a las personas que le observaban en espera de algo, ese algo era la luz de esperanza para salir del yugo del rey Francis. Su vista llego hasta la anciana que le había brindado su hospitalidad, quién ya estaba junto al cuerpo del príncipe malvavisco, en los ojos de esta recordó lo que su tío le había dicho "Eres único siendo quien eres...", "guíate por tus instintos..."

Apretó los puños, tenía impotencia de no poder confiar en la persona en quien mas debía confiar, el mismo. Sintiendo coraje se hinco cerca de su amigo, se cubrió la cara unos segundos, tenia que armarse de valor.

-Niño, que decepción, tu amenaza solo fueron palabras, te falta poder, la profecía erró, ya que lo único que tienes de princesa, es tu linda cara-

Al estar cerca del suelo rápidamente observo la espada que Iván había usado para poder atacar, él, pese a su condición, había sido muy valiente, por un momento cerró los ojos, pudiendo vislumbrar al albino sonriéndole, su corazón dio un brinco vigoroso.

-Hahahahahaha~- empezó a reír a carcajadas victorioso y le dio la espalda.

Sigiloso acercó su mano a esa espada y la empuñó, en su mente ahora estaba aquel albino, apretó fuerte la empuñadura y se levantó del suelo apuntando con el arma al rubio rey.

Francis percibió al joven y regreso su mirada a este con una sonrisa ladina -¿Enserio?-

Alfred suspiro y asintió con su ceño fruncido -Si...- mantuvo su distancia a pesar de que sus manos temblaban – ¡Aldeanos de Rat'ha!...- levantó la voz – Es hora de liberarse del rey Francis, tomen palos, escobas, piedras... todo lo que tengan a la mano y peleen, peleen, ya basta del mal trato del malvado rey Rat'ha- tragó seco- Es el causante de que esta bella aldea no prospere, su avaricia y su crueldad hizo que su legitimo rey no gobernara, quizás Iván se equivoco, pero se revindico ayudándoles, en cambio el Rey Rata, tal parece que solo desea explotarles y vivir a cuesta de su esfuerzo- Al fin pudo sentir una fuerza dentro de su pecho que le hacia sentir confianza y lo demostraba en su mirada -Francis ... no te perdonare lo que le has hecho a mi cascanueces-

Alzo su arma y con suma fuerza agito su espada cerca del rey, este a duras penas logró esquivarlo, el joven había cambiado radicalmente, su semblante y aura eran diferentes, emanaban un poder, ahora era fuerte y estaba golpeándole duro que apenas y podía detenerlos, pero no se dejaría vencer por un novato.

La mayoría de los Rat'hanianos comenzaron a pelear contra los soldados de la corte, era un campo de batalla, Alfred contenía los golpes de su enemigo y atacaba.

-Nunca los liberaras de su destino... deja de pelear, ¡basta! -

-¡Jamás!-

-Sabes por que nunca podrás libéralos, ¡¿lo sabes?! -Empujo al rubio hacia el árbol cerca de donde yacía acostado el príncipe. Le tomo fuerte la solapa al menor y lo sacudió haciéndole soltar la espada nuevamente-Te falta poder...- blandió el arma y la dirigió hacia el joven.

ALFRED Y EL CASCANUECESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora