Capitulo 12

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Capítulo 12

Tarta de limón

Una caja más y empezara a gritar de verdad.

¿por que se había visto obligado a volver a mudarse?.

Conan observó la puerta de su casa con frustración, sujeto su teléfono móvil con clara intención de llamar a algún cerrajero o alguien, que pudiera arreglar ese destrozo provocado por la policía, notando que este volaba de sus manos y al observar a la castaña algo molesto, ¿Que pretendía ahora?.

-Debo llamar para arreglarla...-Sentenció el menor extendiendo la mano para que le regresara su teléfono aun enfadado, no se le había olvidado el chillón de la cabeza a causa de ese golpe, pero ver cómo guardaba este en el bolsillo de su chaqueta.-¡eh!

-Tus padres son unos irresponsables, mira que dejarte solo...-Ran se cruzó de brazos observando al adolescente.- te vas a venir conmigo...-Ver aquella mirada incrédula y cómo el adolescente caminaba al interior del apartamento, para sujetar el teléfono fijo de casa.- ¡hablo en serio Conan!

-Servicio técnico...si buenos días, si, vera debido a unos problemas con una bestia en mi apartamento, las puertas están descolgadas, podrían venir alguien arreglarlas...-Conan noto la sombra de la chica e la ignoró completamente, Ran comenzó a tener ese terrible tic en la ceja e indignada fue hacia Heiji el cual, intentaba contener la risa para intentar evitar un puñetazo de su compañera, durante esos años, había comprendido el pánico de Kudo por los golpes de la judoka.

El adolescente sacó de su cartera algo de su asignación, suspiro al saber que deberia de llamar a sus padres explicando lo sucedido para aumentar un poco el dinero de sus gastos, sonrió al hombre dándole el dinero al notar la puerta fija, algo que tomo algo de tiempo debido a que incluso había arrancado los tornillos del enganche.

-quién la haya descolgado debido tener la fuerza de un elefante...-Conan contuvo la risa, viendo como aquel hombre guardaba el dinero en su cartera para despedirse, el adolescente aliviado intentó cerrar la puerta, pero noto como aquella policía sujetaba uno de sus brazos para ponerle una esposa, intentó tirar notando que rápidamente ponía sus manos a la espalda sorprendiendolo, Conan estaba impactado por el hecho de ser arrestado, ¿que había hecho?.

-si no es por las buenas Conan kun, sera por las malas...ya hablaré con ese par de irresponsables...-Saber que era por el mero capricho de la morena, hizo que tratara de darle una patada.- no te las quitaré hasta...eh...

-¡déjame en paz Rannesan!¡esto es injusto!.- Para su vergüenza, notar con la facilidad que la chica lo cargaba al hombro en presencia de todos aquellos policías, trato de patalear pero fue inútil, pues notar la mano de aquella chica pellizcar con fuerza su trasero hizo que se pusiera completamente rojo, al igual que furioso.

"¡no se lo iba a perdonar!"

Había destrozado sus expectativas de estar una temporada solo en Tokio, dejo esa caja en el suelo frustrado y se tiró en el sofá boca abajo, por que todo tenía que ser tan complicado, noto la mano en su cabeza, al girar levemente pudo ver a Genta que le observaba preocupado.

-Conan...se que te fastidia pero si no acabamos ya...-Señalo a todo el salon lleno de cajas.- no comeremos....y tengo hambre - El moreno sin expresión busco con la mano el cojín más cercano, para plantarlo encima de su cabeza y gritar de enojo.- vaya...

Genta recordaba como entro al salón de clase aquella mañana y al mirar en el pasillo, ver a Ran entregando un papel al tutor, no necesitaron más cabos que atar, el chico casi queriendo desaparecer al sentarse en su silla cubriendo su cabeza con sendas manos, para el colmo ese día en el instituto había estado cargado de tensiones, desde la primera clase el director se había disculpado con todos los alumnos por el motivo de la contratación de aquel degenerado, inclusive facilitando a ellos tres que descubrieron sus perversiones, pero el sabia¡el mérito era de Conan!, discretamente el aludido había declinado esa felicitación por lo que al saber que se iba a volver a mudar, hablaron entre los cuatro para poder ayudarle a mudarse.

El Sacrificio del DetectiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora