Candela volvía del último día de clases, cansada tiró su mochila por algún lado de su habitación y se acostó en su cama. Ella estaba esperando con muchas ansias este día y por fin había llegado—Paz.. Y.. Tranquilidad—Suspiro ella. Pero su paraíso no duró mucho como ella quería, la puerta de su habitación se abrió par en par, dejando ver a Daniel con una bolsa vacía y una hoja con algo anotado. Apenas lo vio con lo que tenía en sus manos se acordó cuando la noche anterior le habían prometido a su madre que iban a ir a pasar a comprar al supermercado, si es que ella los dejaba quedarse despiertos con sus celulares unas horas más. Y eso paso. Candela se tapó la cara con una almohada y cansada gruñio.
—Candela, ya sabes lo que tenemos que hacer—Le dijo Daniel desde la puerta, pero la contraria no respondió. Como él no veía que se movía se acercó para agarrar su pie y empezar a tirar de él—Vamos Candela, se lo prometimos a mama—Le insistió, pero el ya cansado la tiró más fuerte haciendo que la contraria cayera al suelo.
—¡¡HEY!! eso dolió—Se quejo Candela incorporándose del suelo. Daniel recibió una cara enojada de su hermana pero solamente la ignoro—Esta bien—Suspiro Candela rendida—Vamos a comprar.
Salieron de la casa con todo lo necesario, tomaron el camino hacia el supermercado y en todo el camino estuvieron hablando de las cosas que iban a hacer cada uno los próximos días. Daniel le contaba a Candela sobre el nuevo trabajo de medio tiempo que iba a hacer, el había conseguido un trabajo a unas tres cuadras de la casa y este era que iba hacer de camarero en una cafetería en donde también estaban algunos amigos. Hay que admitir que no es uno de los mejores trabajos del pueblo, pero era muy difícil conseguir un trabajo en aquel pueblo que ya de por sí era muy chiquito. Que haya conseguido uno el, para su hermana era un milagro. Candela aun no tenia nada en mente como para hacer los próximos días, Aunque realmente solo quería estar tranquila y poder descansar de todos los problemas y papeleos de las clases.
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Ya salían del supermercado con las bolsas en las manos, Candela y Daniel caminaban hasta la casa. Alrededor de ellos jugaban algunos niños cuando de repente uno de estos al pasar al lado de Candela, se tropieza. Candela en ese momento sintió verlo todo en cámara lenta y rápidamente suelta las bolsas que tenía en sus manos, agarrando al niño antes de que este toque el suelo.
—Estas bien?—Le preguntó Candela al niño, este solo se limitó a asentir y decir un "Gracias" antes de irse con sus amigos.
—Tienes buenos reflejos—Habló su hermano después de un largo tiempo callado. Y es que después de eso los dos se quedaron callados y algo confundidos.
—Creo que sí—Le respondió, aunque más que respuesta sonaba como una pregunta para ella misma. Agarró las bolsas y metió algunas de las cosas que se habían salido de esta, se puso al lado de su hermano y comenzaron de nuevo su camino a casa.
Para ella fue muy raro lo que había pasado, como lo vio todo en cámara lenta y como tuvo ese impulso de dejar las bolsas y ayudar al niño justo antes de que este se cayera al suelo.
En la manada Moonlight estaban todos arreglando las cosas para esa misma noche donde la luna elegiría a la próxima Princesa de su manada. Algunos en su forma humana estaban poniendo decoraciones por lo más alto de los faroles, mientras otros también iban a talar árboles para la leña de la gran fogata que se prendería en la noche. Algunos en su forma lobuna corrían alrededor de las personas, llevando cosas de aquí para allá. También en una parte se podía ver a algunos sabios y niños al rededor de estos, escuchando todo lo que decían de estas fechas y que se hacía. Todo estaba quedando muy decorado de colores blancos y amarillos que se podían ver en las calles de toda la manada. La felicidad de las personas era más visible que nunca.
En la casa más grande de toda la manada estaba el Alfa Axel y su beta Alan viendo si todo está listo para el festejo de esta noche de luna llena.
—Mesas de comida?—dijo Axel haciendo que Alan se fijará en la lista y tachara lo que había dicho su alfa. Su beta le respondió con un simple "Listo"—Adornos?—"Listo"—Altar de la luna?— "Listo". Y así siguieron hasta ver que todo estaba Listo y que solo faltaban cuatro horas para que sean las doce y todo comience
Todos a esa hora estarían en su forma lobuna. El Alfa Axel salió a las calles de su Manada y pudo ver como todos los adornos de la calle le daba un toque más luminoso y divertido a estas. Mientras caminaba uno que otro lobo le daba un saludo o una mini reverencia. La última vez que se vio estos adornos fueron hace dos mil años, cuando él aún no existía y era su Padre quien era el Alfa de la manada y su Madre la Luna de la misma. Algo que les había sorprendido es que en esa Luna llena fue elegida una de las amigas de su madre, Elisa, y ella fue la princesa de la luna estos últimos dos mil años. Quedando esta misma noche dejarlo de ser.
Era la primera vez de sus 58 años lobunos donde Axel, estaría presente en la noche donde se elige a la princesa. Axel llegó a la casa de sus padres, abrió la puerta y lo primero que vio fue a sus padres y a Elisa con la corona de flores en sus manos, la que tendrá que darle a la nueva princesa semanas después de que a esta le enseñen lo que tiene que hacer. El cerró la puerta, saludó y comenzó la conversacional que a él le daban sus padres para que él no se olvide de que hacer cuando la princesa de la luna aparezca.
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¿Por Que No Puedo Saber?
FantasiPrincesa De Los Lobos Cada 2.000 años, en la manada Moonlight, la luna elige a alguien para convertirla en la princesa de la luna, para proteger y ayudar a la manada. En esta manada están los lobos mas fuertes y sabios, aunque es una de las mas pod...